Patógenos limitan distribución de los árboles en zonas secas

Actualizado
  • 04/12/2014 01:00
Creado
  • 04/12/2014 01:00
Según un estudio del STRI, la presencia de estos agentes pueden afectar los programas de recuperación de las áreas boscosas de Panamá 

A pesar de que muchas especies de árboles han evolucionado o se han adaptado a climas distintos, un nuevo estudio del Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian (STRI, por sus siglas en inglés) revela que los bosques de climas secos corren mayor riesgo de morir por patógenos (agentes infecciosos microscópicos) que los de bosques húmedos, lo cual podría afectar los programas de reforestación que se desarrollan en Panamá como alternativa para enfrentar el cambio climático.

Agrega que esto se debe a que los árboles de clima seco son más susceptibles a los patógenos que los de clima húmedo, lo cual es clave para entender por qué los árboles crecen donde lo hacen en el presente, y puede proporcionar una visión para el futuro de los bosques más secos de Panamá.

La preocupación de los científicos del Smithsonian radica en que la recuperación de las zonas boscosas panameñas podría complicarse, toda vez que hay otros estudios que indican que la presencia de los patógenos ayudan a promover la diversidad forestal en la región.

‘La poca presencia de patógenos pueden restringir la distribución de las especies arbóreas, un hallazgo que tiene implicaciones para la conservación de los bosques en el contexto del cambio climático’, señala el informe de la investigación del Smitsonian publicada recientemente en la revista Journal of Ecology.

Erin Spear, investigadora y autora principal del trabajo, considera que los hallazgos sobre ‘la mayor sensibilidad de los bosques secos a los patógenos debe ser considerada cuando se toman las decisiones de manejo forestal (programas de reforestación y manejo sostenible de los recursos)’.

La investigadora afirma que ‘debemos conservar los bosques secos existentes porque las especies de árboles de bosques secos están adaptadas a esas condiciones específicas y puede que no sean capaces de persistir en otros lugares’.

LA INVESTIGACIÓN

Para el desarrollo de este estudio Spear colectó semillas de bosques de las vertientes del Caribe y del Pacífico del istmo panameño, específicamente de las áreas del Canal de Panamá y del Smithsonian.

Las dos zonas tienen distintos climas y composiciones boscosas diferentes, a pesar de estar separadas por apenas 60 kilómetros. Luego plantó las semillas en parcelas comunes, tanto del lado seco como del lado húmedo del istmo. ‘En comparación con las parcelas de bosque húmedo, los árboles de las parcelas secas tenían cinco veces más probabilidades de morir cuando fueron afectadas por patógenos’, subraya el informe.

El Smithsonian añade que estos hallazgos ayudan a reforzar la hipótesis de Janzen-Connell que trata de explicar la biodiversidad de la flora tropical y sugiere que los patógenos ayudan a promover la diversidad forestal regional.

Pero las circunstancias de por qué las especies de bosques secos sufren el ataque de patógenos, tanto o más en un bosque donde naturalmente no se encuentran es quizás el resultado más interesante del estudio. ‘Se cree que los agentes patógenos promueven o mantienen la diversidad porque evitan que las especies arbóreas sean demasiado comunes’, destaca el informe.

Según la hipótesis los patógenos tienden a adaptarse a especies específicas, por lo que una semilla necesita viajar lejos de su árbol madre para escapar de patógenos específicos del hospedero. ‘Si es así, esto pondrá a prueba el pensamiento convencional sobre el papel de los agentes patógenos en los bosques tropicales’, comentó la investigadora del Smithsonian. ‘Esa falta de fuga (de semillas) presenta una serie de interrogantes de seguimiento interesantes’, agrega Spear, candidata a doctorado en la Universidad de Utah.

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