Manglares chiricanos generan $1,981 anuales por cada hectárea

Actualizado
  • 08/04/2018 02:00
Creado
  • 08/04/2018 02:00
Un estudio coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en los manglares de San Lorenzo, San Félix y Remedios, en Chiriquí, cuantificó los beneficios económicos de la conservación de los bosques salados

Los manglares son ecosistemas únicos, fuentes de vida, de protección y de sustento para los pueblos y comunidades costeras, pero frágiles.

Así quedó demostrado en el estudio ‘Protección de reservas y sumideros de carbono en los manglares y áreas protegidas de Panamá', coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El proyecto determinó la valoración económica de los distritos de San Lorenzo, San Félix y Remedios, en la provincia de Chiriquí, donde existen altos niveles de pobreza y donde la pesca artesanal es su principal actividad económica.

Este ecosistema genera $27.1 millones anuales a través de sus bienes y servicios considerando 13,718 ha de bosques salados que aportan $1,981 cada una. Esta suma, sin embargo, es la mínima que podría estar generando este ecosistema considerando que solo se evaluaron algunos de los servicios y bienes a los que se le puede sacar provecho.

Los ingresos son producto de pesca comercial y artesanal, extracción de conchas negras, cáscara de mangle, fijación de dióxido de carbono, retención de sedimentos, y el desarrollo de actividades ecoturísticas.

El área de estudio de manglares se extiende desde la desembocadura del río Fonseca, en la Bahía de San Lorenzo, hasta la desembocadura del Río Tabasará. En las zonas de influencias de estos manglares están ubicados doce corregimientos, en su mayoría rurales, con una población aproximada de 13,446 que sobreviven con ingresos de la pesca, extracción del mangle, turismo y fincas agropecuarias.

Los resultados también demostraron el enorme potencial que tienen los manglares como sumideros de carbono a través del estudio de 642 muestras de suelo.

En un área de aproximadamente 14,500 hectáreas los manglares llegan a absorber más de 4 millones y medio de toneladas de carbono. La fórmula para medir la absorción de carbono fue el Protocolo de Medición de Carbono en Manglares, del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

‘Hemos logrado destacar el rol de los manglares panameños en su contribución al desarrollo sostenible y en la gestión del riesgo de cambio climático, tanto desde perspectivas de adaptación como de mitigación', explicó la Coordinadora General del proyecto, Isis Pinto, resumiendo el aporte principal de esta iniciativa, implementada en el país entre los años 2014 y 2017.

A pesar de sus múltiples beneficios, los manglares enfrentan riesgos que atentan contra su conservación. Están afectados por la presión humana y son muy vulnerables al cambio climático.

Los bosques están sometidos a la extracción de madera y su drenaje para la expansión de la agricultura. Esto pone en peligro la reserva de carbono almacenado en el manglar, y la biodiversidad que alberga.

Esto, además, repercute en la capacidad para seguir prestando servicios que facilitan la adaptación al cambio climático de las poblaciones costeras.

OTRAS ACTIVIDADES

Durante el tiempo en que se realizó el estudio se capacitaron 73 líderes comunitarios, 26 de los cuales son mujeres, y a 105 personas (40 mujeres) en temas de conservación del manglar para fomentar una participación pública y contribuir a aumentar los conocimientos sobre la conservación de biodiversidad costera en los manglares.

Así mismo se conformó el Grupo Defensores del Manglar ‘El María', que está compuesto por 43 niños y niñas, maestros y el representante del Corregimiento Santa Lucía. Durante el desarrollo del proyecto también realizaron siete jornadas de limpieza de playas.

Este proyecto también sirvió para levantar una línea base de biodiversidad en manglares y ecosistemas asociados, y la implementación de Protocolos de Monitoreo en época seca y lluviosa.

El área alberga una riqueza de 89 especies de aves. En la laguna de Las Lajas se identificaron 66 especies de aves durante la época seca.

Entre las especies de distribución restringida en el Oriente de Chiriquí se observo la batará negruzco y otras amenazadas como el tucán picoiris, el gallinazo rey, el loro cabeciazul, el gavilán pescador y el playero aliblanco. Asimismo se reportó la presencia del gato cangrejero, murciélagos dispensadores de semillas, osos hormigueros, armadillos, monos aulladores y cariblancos, ardillas negras, ñeques, conejos pintados y muletos, coyotes, mapaches, nutrias y venados colablanca.

Con este estudio también fue posible la elaboración de una guía para la restauración de los manglares. Este documento, pionero en el país, saldrá a la luz este año y supondrá un respaldo técnico para la protección de los manglares.

La agenda incluyó el análisis de conectividad de los manglares con otros ecosistemas y se presentó un Plan de Acción de Conectividad, que entre sus acciones propone la promoción del establecimiento de cercas vivas, de árboles para forraje o sombra, y acciones de reforestación que dieron inició con el proceso de restauración de áreas degradadas de manglar en la laguna Las Lajas.

El proyecto fue financiado por el Ministerio Federal del Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Obras Públicas y Seguridad Nuclear de Alemania, con una inversión de $ 3.1 millones.

‘Este proyecto ha servido para que hoy estemos en condiciones de responder, con datos fiables, a dos preguntas: ¿cuál es la contribución de los manglares?, y, ¿qué tenemos que hacer para preservarlos? En ese sentido, podemos afirmar que el proyecto logró sentar un precedente en Panamá y apuntalar las bases para orientar la acción institucional hacia la efectiva protección de los manglares', explicó la Oficial Nacional de Programa para Ambiente y Desarrollo Sostenible del PNUD, Jessica Young.

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