Agua y energía no son mercancías

Actualizado
  • 11/03/2020 06:00
Creado
  • 11/03/2020 06:00
El 14 de marzo se celebra el Día internacional de acción contra las represas y en defensa de los ríos, el agua y la vida. Organizaciones como MAR piden al Estado crear conciencia y responsabilidad en el uso de estas joyas acuáticas en proyectos millonarios

La importancia de los ríos va más allá de lo imaginable. Desde tiempos remotos, los ríos han servido a las civilizaciones como vías de comunicación entre ciudades, así como fuente de alimentos, agua dulce y energía para las comunidades asentadas en sus alrededores.

En este marco, no hay duda de que “es nuestra responsabilidad ser su voz y defenderlos de la destrucción ambiental y las obras hidráulicas indiscriminadas”, tal y como lo plantea la Fundación Ancón, organización nacional dedicada a la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales de Panamá.

Represa de Bayano en Panamá

Es por ello que cada 14 de marzo se celebra el Día internacional de acción contra las represas y en defensa de los ríos, el agua y la vida, una iniciativa que surgió durante el primer encuentro internacional de damnificados por las represas, realizado en Curitiba, Brasil, en 1997.

Desde ese entonces se organiza un foro de seguimiento y defensa de los ríos y sus cauces naturales, muy crítico con las políticas de construcción de represas.

Damaris Sánchez Samudio, miembro de la Fundación para el Desarrollo Integral del Corregimiento de Cerro Punta (Fundiccep), comenta que esta fecha es especial porque celebra las luchas y victorias de muchos pueblos de Latinoamérica, para la eliminación de presas y la restauración de los ríos.

“Es un día para salir a las calles a demostrar y exigir mejoras en las políticas y prácticas de los tomadores de decisiones. Es un día para educar a otros acerca de las amenazas que enfrentan nuestros ríos, y aprender acerca de las mejores soluciones de agua y energía”, afirma.

Para Sánchez, “hay que defender los ríos porque son un bien natural y de subsistencia. Proveen a las comunidades de muchos servicios necesarios para el desarrollo y bienestar de sus pobladores”.

Y agrega que muchas comunidades se han visto amenazadas con la aprobación de proyectos de represas, ya que provocan un gran impacto en la vida de quienes viven en las comunidades cercanas. “Se ven muy afectados, principalmente porque no son tomados en cuenta cuando las empresas y los gobiernos toman decisiones en cuanto al uso del río”, explica.

Según la representante de Fundiccep, los ríos son un ecosistema con una gran cantidad de especies de plantas y animales.

¿Cuál es el llamado?

Para crear conciencia en torno a la importancia de los ríos, muchos pueblos de Latinomérica se han pronunciado para demandar a los gobiernos su protección.

En el caso de Panamá, la Red Nacional en Defensa del Agua reunió a grupos de apoyo que se ven afectados por la destrucción de los ríos en diferentes provincias, para exigir un cambio en la manera en la que se desarrollan los proyectos.

“Hay que respetar la visión que tienen los pueblos en cuanto al uso del ríos. No se trata solo del beneficio económico que se pude generar del uso del agua, sino de su posible agotamiento por proyectos como las represas. En algún momento las privatizan y el agua de ese río se convierte en una mercancía”, puntualiza Sánchez.

La conciencia inicia con la responsabilidad ciudadana.
¿Perjudican las represas al medioambiente?

La edificación de represas y las actividades destructivas en las cuencas de los ríos, han generado una problemática socioambiental, originada por la acción antrópica (como la deforestación) y que ponen en riesgo tanto el hábitat como los ecosistemas sensibles, condenando a pueblos enteros al desarraigo y la pérdida de identidad cultural, sostiene Sánchez.

Organismos ambientales internacionales señalan que estas megaobras (represas e hidroléctricas), además de los cuantiosos recursos económicos que adquieren, perjudican de manera extrema, las tierras fértiles, destruyen zonas de alto valor histórico-cultural o paisajísticas y contribuyen a la dislocación de comunidades enteras, que engrosan la lista de refugiados ambientales, radicándose en las grandes ciudades, agravando el problema de las urbes sobrepobladas.

En este contexto, anualmente las organizaciones que integran el Movimiento de Afectados por Represas (MAR) organizan una serie de actividades relacionadas a la conmemoración del 14 de marzo.

La fecha es importante y simbólica. Es un día de lucha en defensa de la vida y de los derechos ambientales, para que exista una justa reparación a todas las familias víctimas de crímenes cometidos por las empresas y por la ausencia de políticas gubernamentales adecuadas.

MAR convoca a todos los afectados, aliados y a la sociedad como un todo a participar de esta jornada de lucha. Este 2020 las poblaciones afectadas recuerdan los crímenes de la minería en Mariana y Brumadinho, en Brasil, y se unen a la defensa de la vida tras los asesinatos de mujeres líderes de las organizaciones como Berta Cáceres, en Honduras; Nicinha y Dilma Ferreira, en la Amazonia brasileña; además del legado político de la concejal Marielle Franco, asesinada en Río de Janeiro.

“En todos los casos, la impunidad campea. Con acciones por la búsqueda de la soberanía de los pueblos y la defensa de los bienes comunes nos sumamos a la agenda de movilización de la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo. La organización y la lucha de los afectados en todo el continente es por la vida, por nuestros derechos y por los ríos”, señala un comunicado de MAR.

“Agua y energía no son mercancías. Agua para la vida, no para la muerte”, concluye MAR.

Las represas han contribuido al cambio climático
Ríos IMPORTANTES

Organismos ambientales internacionales afirman que las más de 45 mil grandes represas que se han hecho en todo el mundo han contribuido al cambio climático y a las sequías en el planeta, ya que más del 50% de los ríos son represados. ¿Qué más se necesita para tomar conciencia?

Actualmente los ríos más importantes, caudalosos y poderosos del planeta son el Amazonas, el Congo, Ganges, Yangtze, Orinoco, Paraná, Yenisei, Lena y San Lorenzo. En Panamá destaca el Chagres, con 125 kilómetros entre Panamá y Colón; su existencia es vital para el funcionamiento del Canal. El Changuinola, con 110 km, es un río silvestre ubicado en el corazón del Parque Internacional La Amistad. El Indio, con 97 km, ubicado entre Panamá oeste y Coclé; el Cricamola con 83 km, que sale del corazón de la comarca Ngäbe-Buglé; el Sixaola, con 70 km, forma parte del límite entre Panamá y Costa Rica; el Chucunaque, con 231 km atraviesa la provincia de Darién; el Tuira, con 230 km, nace dentro del Parque Nacional Darién; el Bayano, con 206 km, es el más caudaloso del país y es empleado para generación de energía; el Santa María, con 173 km, abastece de agua para consumo humano y regadíos en Coclé, Herrera y Veraguas; el Balsas, con 152 km, ubicado en la selva de Darién; el Chiriquí Viejo, con 128 km, del que se extrae agua para potabilizar, regadíos y producción de energía en Chiriquí; La Villa con 119 km, es la fuente más importante de agua para múltiples usos en Herrera y Los Santos; el Tabasará, con 109 km, incorporado recientemente a la producción de energía; el Grande con 97 km en Coclé y el San Pablo, con 148 km, que baña la región occidental de Veraguas, donde proporciona agua para consumo humano, regadíos y energía.

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