El gran reto de Panamá es mantener el carbono negativo

Actualizado
  • 10/11/2021 00:00
Creado
  • 10/11/2021 00:00
Durante la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), que se celebra en Glasgow, Escocia, hasta el 12 de noviembre, Panamá, Bután y Suriman firmaron una declaratoria que los sitúa como los únicos países del mundo 'carbono negativo', es decir, que absorben más gases de efecto invernadero que los que generan por las actividades humanas. El desafío será mantenerlo, según los expertos
Los bosques panameños son los grandes pulmones del país ya que atrapan la mayor cantidad de dióxido de carbono (Co2).

Durante la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), que se celebra en la ciudad de Glasgow, Escocia, hasta el 12 de noviembre, Panamá, Bután (un país del sur de Asia ubicado en la cordillera del Himalaya) y Surinam (Sudamérica) firmaron una declaratoria que los clasifica como los únicos países del mundo 'carbono negativo', es decir, que secuestran más dióxido de carbono (CO2) del que generan a causa de las actividades humanas.

El documento, que consta de 11 puntos, encierra el compromiso de estos tres países en contra del cambio climático, la gestión forestal, y el desarrollo sostenible, además de reiterar que cada vez se necesita mayor esfuerzo conjunto para alcanzar el compromiso del Acuerdo de París.

Pero, ¿qué hace de Panamá un país carbono negativo? ¿Qué significa eso para el país? ¿Cuáles son las estrategias y retos para dar continuidad a este escenario?

Yoisy Belén, analista de cambio climático del Ministerio de Ambiente (Mi Ambiente), afirmó que mantener el estado de carbono negativo no es tan sencillo y es necesario seguir trabajando en estrategias de reducción de emisiones. “Nos hemos puesto una vara muy alta y la carbono negatividad se puede perder tarde o temprano si seguimos con el mismo nivel de consumo”, mencionó.

Panamá estará presente hasta el 12 de noviembre en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP26).

En este marco se hace relevante adaptar los procesos que sostienen la economía nacional a una visión más verde y sostenible.

Mientras que Ligia Castro, directora nacional de Cambio Climático de MiAmbiente, expresó que el sector que más emite gases de efecto invernadero en el país es el transporte; por ende, se espera evolucionar hacia vehículos eléctricos, híbridos o de hidrógeno.

En tanto, el segundo sector de mayores emisiones es el de agricultura y ganadería, por lo que se unen esfuerzos para transformar los sistemas de producción a unos con adaptación al cambio climático y bajo en emisiones.

“El hecho de ser un país en vías de desarrollo y tener un logro tan importante, deja a Panamá en un buen sitial, comparado con otras naciones que tienen mayor cultura ambiental; pero requiere de gran esfuerzo e interés nacional el poder conservar esto”, declaró la directora.

Castro también señaló que a fin de mantener o brindar seguimiento a esta estrategia, el país se encuentra trabajando en la política, ley y estrategia nacional de cambio climático, las cuales deben alinearse con las iniciativas de desarrollo bajo en emisiones del país.

En ese sentido, Laurentino Cortizo, presidente de la República, quien participó en la COP26, destacó durante su ponencia que el interés del país es replantearse metas de mitigación y de acción climática con el objetivo de mantener el estatus de carbono negativo.

Además, resaltó que se está trabajando en una estrategia de desarrollo económico y social bajo en carbono, la cual se convertirá en el instrumento rector de la política nacional de desarrollo a 2050.

Bosques panameños capturadores de CO2

Panamá logra la carbono neutralidad gracias a que el país cuenta con una cobertura boscosa de un 65,4% lo que equivale a 4,925,789 hectáreas de bosques.

A su vez, el territorio tiene más de 165,000.00 hectáreas de manglar, siendo Panamá la nación con la mayor variedad de especies de mangle entre todos los países del continente americano.

“Todos estos espacios marinos y terrestres contribuyen en la lucha frente al cambio climático. De ahí el reto de conservarlos y seguir realizando actividades que permitan ampliar su cobertura”, mencionó en un comunicado Milciades Concepción, ministro de Ambiente.

El ministro afirmó que estos espacios permiten a los países tomar decisiones y acciones de mitigación a nivel de políticas públicas, como apalancar financiamiento climático para los países menos desarrollados, como también apoyo en materia de tecnología, creación y fortalecimiento de capacidades.

Señaló que el istmo, además, es líder mundial azul al cumplir con nueve años de anticipación la meta global de proteger el 30% de las áreas marinas antes de 2030. “Con estas acciones demostramos el compromiso que tenemos como país para proteger nuestra herencia natural, la biodiversidad y para la conservación del medio ambiente a nivel global”, dijo.

Otras acciones

Panamá prevé reforestar 50 mil hectáreas de terreno que contribuirán a la absorción de carbono de aproximadamente 2,6 millones de toneladas de CO2 equivalentes al año 2050.

El actor y ambientalista estadounidense Leonardo Di Caprio mostró su complacencia por la firma histórica de la declaración por los presidentes de Panamá, Costa Rica, Colombia y Ecuador para la Conservación y Manejo de los Ecosistemas Comprendidos en el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical Migravías Cocos-Galápagos-Malpelo-Coiba, hecho que se dio durante la convención de la COP26 en Escocia.

A través de sus redes sociales, el actor estadounidense protagonista de Titanic expresó: “Un gran paso hacia la protección total de al menos el 30% del océano para 2030. Logro que alcanzara Panamá en junio pasado, siendo el primer país en lograr la protección del 30% de sus áreas marinas”.

Igualmente aplaudió las iniciativas de Panamá, Surinam y Bután como los únicos países de carbono negativo, e instó al resto de los países a que planteen iniciativas a fin de lograr la neutralidad de carbono para 2050, y a asumir compromisos tangibles en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la inversión en soluciones y tecnologías basadas en la naturaleza para eliminar y compensar más carbono del que se emite.

De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, los árboles, rastrojos, pastos marinos y manglares del país son grandes secuestradores de dióxido de carbono, que han colocado a Panamá como el tercer país carbono negativo del mundo.

Entre la gran variedad de flora que ayuda a remover el CO2 que se genera en el país se destacan: cocobolo (Dalbergia retusa), guayacán (Tabebuia guayacán) y almendro (Dipteryx oleífera).

Estos árboles tienen algo en común: su alta densidad y su lento crecimiento. A mayor dureza de la madera, más fijación de carbono forestal.

Félix Magallón, ingeniero forestal, explicó a este medio que los árboles que crecen más rápido (pioneros) tienen madera más suave y por tanto menos carbono fijado. Por el contrario, los árboles que crecen más lento, guardan más carbono en su madera.

“Maderas poco densas, como el balso, pueden ser cargadas con bastante facilidad, por su poco peso; sin embargo, maderas más duras como el cocobolo y otras, ofrecen mayor dificultad al ser transportadas por su gran peso. “De esta forma se acelera su composición y estructura para formar un paisaje más equilibrado y con mayores beneficios ambientales para la sociedad en general”, aseguró Magallón.

Carlos Gómez, también ingeniero forestal, hizo énfasis en que el cocobolo, el guayacán y el almendro son especies que, a diferencia de otros árboles, tienen una mayor capacidad de remoción en su edad adulta, por lo que es muy importante su conservación. “Su capacidad de absorción de carbono forestal es mayor a la edad entre 20-30 años; en comparación con los de lento crecimiento, que van a fijar más carbono a los 40-50 años”, comentó.

El cambio climático es un fenómeno que a lo largo de los años ha ido afectando a todos los países, los desastres naturales, mermas agrícolas, deshielo de los polos, son solo algunos de los impactos de esta problemática.

Regularmente al plantar un árbol se piensa en embellecer el lugar, generar productos maderables y no maderables y producir alimento (en el caso de los árboles frutales), sin embargo, el impacto va mucho más allá. “En el caso de los árboles con alta densidad, se pueden plantar en los patios de las casas y en las fincas. En áreas abiertas se recomienda utilizar especies que crecen de mayor tamaño y mezclarlas entre sí para crear un ambiente similar al de un bosque natural, y también propiciar la fijación de carbono forestal”, puntualizó.

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