El camino hacia la restauración de los ecosistemas

Actualizado
  • 13/11/2021 00:00
Creado
  • 13/11/2021 00:00
En esta primera entrega conoceremos la nueva apuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, una gran oportunidad para la seguridad alimentaria y la acción climática
La degradación de los ecosistemas terrestres y marinos socava el bienestar de más de 3,200 millones de personas y tiene un costo aproximado del 10% del PIB mundial anual en pérdida de especies y servicios ecosistémicos.

En esta primera entrega de dos, conoceremos la nueva apuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) conocida como el llamado a la nueva década de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Restauración de los Ecosistemas, gran oportunidad para la seguridad alimentaria y la acción climática.

El Pnuma señala que, “la década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, declarada hoy por la Asamblea General de la ONU,  tiene por objeto incrementar a gran escala la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos, como medida de probada eficacia para luchar contra el cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad”.

Naciones Unidas indica que la degradación de los ecosistemas terrestres y marinos socava el bienestar de más de 3,200 millones de personas y tiene un costo aproximado del 10% del PIB mundial anual en pérdida de especies y servicios ecosistémicos.

Cuando los ecosistemas clave desaparecen, rápidamente se pierden numerosos servicios que proveen los ecosistemas y que son esenciales para la alimentación y la agricultura, incluyendo el abastecimiento de agua dulce, protección contra los desastres naturales y la provisión de hábitat para especies como peces y polinizadores.

El río Elwha tiene una extensión en su cauce principal de 72 km en la península Olímpica en el estado estadounidense de Washington.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su primer informe mundial sobre el estado de la biodiversidad que sustenta nuestros sistemas alimentarios, ha alertado a las naciones que las especies asociadas a la biodiversidad, como las abejas y los peces, están gravemente amenazadas, lo que afecta la cadena de alimentación de otras especies, como los humanos.

La FAO hace un llamado a las poblaciones y sus gobiernos porque la biodiversidad para la alimentación y la agricultura incluye todas las plantas y animales, silvestres y domésticas. Es decir, todas proporcionan alimentos, piensos, combustible y fibra.

Además, incluye la miríada de organismos que apoyan la producción alimentaria a través de los servicios ecosistémicos, lo que se denomina “biodiversidad asociada”; dentro de ella se encuentran todas las plantas, animales y microorganismos, como insectos, murciélagos, aves, manglares, corales, praderas marinas, lombrices, hongos y bacterias que habitan en el suelo y los mantienen fértiles, polinizan las plantas, purifican el agua y el aire, mantienen sanos a peces y árboles, y combaten las plagas y enfermedades de los cultivos y el ganado.

He allí la justificación de por qué la ONU apuesta por la restauración de los ecosistemas.

La restauración del río Elwha

El río Elwha tiene una extensión en su cauce principal de 72 km en la península Olímpica en el estado estadounidense de Washington. Esta península está ubicada al oeste de Washington y contiene al Parque Nacional Olympic en casi toda su extensión al río Elwha.

En las montañas de esta península, en el sitio denominado Elwha Snowfinge, nace el río Elwha que es uno de los ríos en el noroeste del Pacífico que provee de hábitat a las cinco especies de salmones nativos del Pacífico, el chinook, coho, chu , salmón rojo y salmón rosado; más de cuatro especies de truchas, trucha arcoíris, trucha degollada costera, trucha de toro y la dolly varden char.

A principios del siglo XX se construyeron dos represas para la generación eléctrica en la cuenca del río Elwha.

Entre los años 1911 y 2014 las presas bloquearon el paso de peces en la parte baja del río Elwha puesto que, al retener el caudal del río, rompieron el ciclo ecológico y el ciclo del agua del ecosistema del río.

Antes de las represas, 400,000 salmones adultos regresaban anualmente para desovar sobre los 110 km de hábitat fluvial, que proveían el cauce principal y sus afluentes; luego de casi 100 años, menos de 4,000 salmones regresaban cada año y solo sobrevivían en 7.9 km de hábitat debajo de la presa más cercana al mar.

Cuando el salmón desaparece, toda la cuenca cambia, desde el paisaje y las conexiones del sonido, hasta el funcionamiento interno del bosque.  Se pierde el transporte de nutrientes de origen marino a las profundidades del interior de la cuenca, se pierde la alimentación que brindan los salmones luego de dos años de crecer en el mar, porque los salmones nacen en los afluentes del río, donde las aguas son más tranquilas y, una vez empiezan a crecer, se integran a la corriente del cauce principal para ser transportados por ella hasta el mar, donde crecen durante dos años para luego regresar al hábitat donde nacieron.

Al regresar, empiezan su frenético viaje contra la corriente hasta la cabecera del río; y a su paso van alimentando los bosques que dan sombra a su hábitat de desove.  Los científicos han demostrado la presencia de nutrientes oceánicos en el tejido de los árboles, a lo largo de kilómetros del río dentro de la cuenca. Los salmones migratorios atraen la vida silvestre, desde la nutria hasta el oso, quienes a su vez ayudan a distribuir los cadáveres por todo el bosque.

Durante más de un siglo, la red de conexiones ecológicas y culturales en el valle de Elwha se rompió, hasta que por la constante participación ciudadana de los habitantes de la cuenca del río –quienes presentaron pruebas a través de generaciones sobre cómo fueron afectados en su calidad de vida, alimentación, salud mental y derechos humanos, por ejemplo al agua y saneamiento–, lograron que en 1992 el Congreso de Estados Unidos de América aprobara la Ley de Restauración de Pesquerías y Ecosistemas del río Elwha, autorizando la remoción de presas para restaurar el ecosistema alterado y las pesquerías anádromas (truchas) nativas en el mismo.

Así, después de dos décadas de planificación, el 17 de septiembre de 2011 comenzó la remoción de presas más grande en la historia de Estados Unidos, y seis meses después la presa Elwha desapareció, seguida por la presa Glines Canyon en 2014.

Hoy, el río Elwha fluye de nuevo libremente desde su cabecera, en la sierra Olímpica hasta el estrecho de Juan de Fuca.

Agenda 2030

Cuando se restaura, se logra el proceso de invertir la degradación, en este caso lo que busca la ONU es restaurar los ecosistemas para recuperar su funcionalidad ecológica; al lograrlo, se mejora la productividad y la capacidad de los ecosistemas para satisfacer las necesidades de los seres vivos que forman parte de ellos.

El caso del río Elwha es un ejemplo de cómo la intervención antropogénica daña el ecosistema del que antes se abastecía, para luego de 100 años comprender que al restaurarlo las especies vuelven a proveerlos de cada uno de los valores ecosistémicos que “siempre tuvieron”.

La restauración de los ecosistemas es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), enfatizando lo relacionado con el cambio climático, erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria, agua y conservación de la biodiversidad; más aún, al restaurar los ecosistemas consolidamos los procesos que garantizan la protección de las especies que viven en las áreas protegidas por las convenciones ambientales internacionales, como la Convención Ramsar sobre los humedales y las Convenciones de Río sobre diversidad biológica, desertificación y cambio climático.

En la próxima entrega de Huella Verde compartiremos los hallazgos de restauración en el río Elwha.

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