Las múltiples facetas de no comer carne

Actualizado
  • 01/10/2015 02:00
Creado
  • 01/10/2015 02:00
Un vistazo al vegetarianismo, una práctica alimentaria que hoy celebra su día mundial

Algunos de los primeros vegetarianos se conocían como ‘Pitagoreanos'. Eran seguidores del matemático y filósofo griego y habían adoptado sus restricciones alimentarias, convencidos de que les otorgaría longevidad.

Un par de milenios después, el vegetarianismo es multifacético. Algunos lo adoptan por razones religiosas, morales o ambientales, otros lo ven como una manera de alimentarse más sanamente, y están quienes no solo adoptan la dieta, sino el estilo de vida (evitan vestir de lana o cuero).

También encontramos a quienes son ‘vegetarianos' por accidente. Simplemente no les alcanza el dinero para consumir proteína animal.

Hoy se celebra el Día Mundial del Vegetarianismo, establecido en 1977 por la North American Vegetarian Society, con el objetivo de celebrar y promover la práctica.

DISTINTOS NIVELES

La Real Academia Española define el vegetarianismo como un régimen alimenticio basado principalmente en el consumo de productos vegetales, pero que admite el uso de productos del animal vivo, como los huevos, la leche. Pero lo cierto es que hay una variedad de niveles de restricción.

Están los veganos o vegetarianos estrictos, que no consumen ningún tipo de producto animal. Es decir, no consumen carne, pollo, pescado, ni huevos, lácteos o gelatina. Algunos incluso evitan la miel.

Luego encontramos los lacto-vegetarianos, que evitan los productos de origen animal, con excepción de los lácteos, como leche, yogur y queso.

Los ovo-vegetarianos excluyen los alimentos de origen animal, incluyendo lácteos, pero consumen huevos.

La combinación de los dos anteriores es lo que se conoce como ovo-lacto-vegetarianos. Evitan la carne, pollo y pescado, pero consumen huevos y productos lácteos.

Finalmente están los vegetarianos parciales, que evitan las carnes pero consumen pescado (pesco-vegetariano) o pollo (pollo-vegetariano).

Existen otras versiones de vegetarianismo, tal vez menos conocidas. Los crudívoros, quienes solo consumen vegetales sin cocinar y los frugívoros, que se alimentan principalmente de frutas y hortalizas. Así lo explica Verónica Hidalgo, nutricionista dietista de la asociación panameña de nutricionistas-dietistas.

VENTAJAS A LA SALUD

Los principales beneficios de una dieta vegetariana bien llevada provienen del alto consumo de frutas, verduras y legumbres, pues estos son altos en fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales, además de ser bajos en calorías.

‘Estudios que se han hecho en Europa han visto una disminución en muchos cánceres, principalmente de estómago, hígado, colon', expresa Hidalgo. ‘De igual forma protege contra las enfermedades cardíacas y puede ayudar a mantener el peso, pues las carnes rojas tienen altos contenidos de grasas'.

NUTRIENTES DE CUIDADO

Al reducir el consumo de proteína animal, en distintos niveles, también se limitan las fuentes de calcio, hierro, zinc y vitamina B12, principalmente.

La proteína animal contiene todos los aminoácidos que el organismo necesita, mientras que la vegetal es incompleta, y se debe combinar para lograr este balance.

Por ejemplo, Hidalgo indica que un vegano puede consumir un plato de arroz con menestras para obtener una proteína completa.

Otras fuentes de proteína vegetal incluyen las nueces, semillas, lentejas, garbanzos, frijoles, trigo (harinas, pastas), avena, cebada y la soya, cuya calidad de proteína es comparable a la animal.

‘Es importante que la persona que va a iniciar este tipo de alimentación busque la asesoría de un experto, por las deficiencias que puede llegar a tener', señala la nutricionista. ‘Principalmente mujeres embarazadas o lactantes, la tercera edad, los niños y adolescentes, pues en estas etapas de la vida los requerimientos son distintos'.

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ANÉCDOTA

El activismo llega a la mesa

‘Tomé la decisión a raíz de que empecé a investigar acerca de mi entorno, del modo como se producían los alimentos que llegaban a mi mesa', revela Corina, quien es vegetariana hace un año y tres meses. ‘Ese modo de producción de los alimentos, no solamente animales, tiene un gran impacto en el medio ambiente, especialmente en cuanto al cambio climático'.

Aunque no piensa regresar a sus viejos hábitos alimenticios, sí confiesa que no ha sido fácil. En particular por el estilo de vida agitado, que hace más complicado cuidar cada elemento de la dieta, pero también por su familia, que consume mucha carne. ‘Cuando vas al interior es muy difícil, porque nada más hay fondas', agrega. ‘Pero sabes que allí por lo menos venden menestras, arroz, vegetales y plátano'.

Más que un cambio radical, para Corina fue un proceso paulatino. Primero eliminó el cerdo de su plato, luego la carne, más adelante el pollo, y ahora el atún. ¿Que si ha notado algún cambio en su salud? Así es. ‘Tengo mejor cutis y voy más veces al baño', admite, entre risas.

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