VIH en adolescentes, un reto con varias soluciones

Actualizado
  • 10/12/2015 01:00
Creado
  • 10/12/2015 01:00
Como parte de la Cumbre de Salud Masculina, una representante de ONUSIDA habló sobre las enfermedades de transmisión sexual en adolescentes

En días pasados, como parte de Primera Cumbre Global y Jornada de Actualización de Salud Masculina, la Dra. Alejandra Corao, infectóloga pediatra especilizada en salud sexual y reproductiva en adolescentes, de ONUSIDA, participó del seminario ‘Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS): El Reto del Nuevo Milenio', con una exposición sobre la situación de los jóvenes y adolescentes de la región.

REALIDADES ADOLESCENTES

La doctora destacó que la vulnerabilidad de esta población hacia el VIH y las ETS se debe en primer lugar a la falta de conocimiento sobre ellas y sus vías de transmisión. En segundo lugar, por la falta del uso correcto y consistente del preservativo o condón.

Para entender la situación regional, Corao resaltó las estadísticas de una encuesta de comportamiento que se realizó en Venezuela en 2011.

Entre los puntos importantes, mencionó que la mitad de los adolescentes ya ha iniciado relaciones sexuales a los 15 años, sin importar su estrato socioeconómico ni el entorno urbano o rural. Por otra parte, la mayoría de ellos tuvo una sola pareja en el último año.

En este sentido, no se puede categorizar a un adolescente de promiscuo por haber adquirido una ETS. ‘Decirle a una adolescente que está siendo promiscua no es cierto, porque para ella el amor es un ingrediente importantísimo en su relación sexual', manifestó la especialista.

Asimismo, reveló que las adolescentes tienen un mayor riesgo de infección por VIH que los adolescentes, pues generalmente mantienen relaciones sexuales con hombres hasta seis años mayores que ellas. Es decir, hombres que han tenido un mayor número de parejas sexuales.

Por otro lado, recalcó que nueve de cada diez adolescentes conocen lo que es un preservativo. Sin embargo, de estos solo siete de cada diez lo han utilizado al menos una vez en su relación sexual, cuatro de cada diez lo usó en su primera relación sexual y tres de cada diez lo utilizó en su última relación sexual.

‘La decisión de utilizar el preservativo recae en el hombre y para que se lo ponga, mucho tiene que ocurrir', puntualizó Corao, agregando que ‘en nuestros países, el uso del preservativo está asociado con no ser suficientemente macho'.

La médico advirtió que en América Latina, aproximadamente una de cada cinco adolescentes entre los 15 y 19 años ya es madre. Así, el mejor indicador para conocer el riesgo que tienen las adolescentes de infectarse de VIH es fijarse en la tasa de fecundidad en esta población a nivel nacional.

‘Casi el 100% de adolescentes había oído hablar del VIH/SIDA y 7 de cada 10 lo oyó en la escuela', puntualizó Corao. No obstante, seis de cada 10 adolescentes que se había iniciado sexualmente, nunca se había realizado una prueba de VIH. ‘No es un problema de conocimiento. Es un problema de apropiarse de ese conocimiento'.

SOLUCIONES REALISTAS

El primer paso es acelerar el acceso de los adolescentes y jóvenes a las estrategias de prevención, tratamiento y cuidado ‘especialmente diseñados para ellos'.

Entre las estrategias que funcionan, Corao expuso la educación de la sexualidad, los servicios de salud amigables para adolescentes, acciones comunitarias, campañas comunicacionales y la promoción del uso del condón.

‘Es un mito que la información en salud sexual y reproductiva promueve la promiscuidad y aumenta el inicio de las relaciones sexuales a temprana edad', declaró. ‘Toda estrategia de educación de la sexualidad debe ir dirigida a retrasar el inicio de las relaciones sexuales, a reducir el número de parejas sexuales, pero sobretodo a darles las herramientas sobre el uso correcto del preservativo'.

Un artículo publicado el mes pasado en JAMA Pediatrics ilustra la importancia de la educación sexual en esta población. Los investigadores analizaron los datos de 52 artículos, con más de 25 mil adolescentes, para examinar si existía una relación entre la comunicación sobre sexualidad con los padres y la práctica de sexo seguro. Basado en los resultados obtenidos, los autores concluyeron que hablar sobre sexo con los padres —en especial con las madres—, tiene un efecto protector.

Pero, ‘la mayor parte de los hogares panameños no están conformados por familias tradicionales, lo cual es una gran limitación', expone Deika Nieto de la Asociación Panameña Para El Planeamiento De La Familia (APLAFA). ‘Además, la generación de padres y madres actuales... no tiene el panorama completo y la capacidad de transmitir los mensajes adecuados'.

Igualmente, solo proveer información no es suficiente para promover cambios duraderos y significativos en el comportamiento de los adolescentes y jóvenes. Estudios indican que las estrategias para la prevención del VIH y ETS deben tener un enfoque participativo, con contenido relevante a sus necesidades. Tampoco pueden ser aisladas. Al contrario, deben formar parte de otras campañas dirigidas a los adolescentes —pues todos sus problemas están interrelacionados– como las de prevención del consumo de drogas, violencia, suicidio o embarazos no deseados.

La pertenencia a un grupo que le da sentido a su vida, ayuda a retrasar el inicio de las relaciones sexuales, disminuir el número de parejas sexuales y de utilizar el preservativo en caso de hacerlo.

‘El promover la pertenencia a grupos, ya sea de religión, deportes o cultural, es una herramienta protectora'.

Como mencionado anteriormente, las desigualdades de género deben formar parte de este tipo de estrategias, pues ‘siguen siendo una de las principales determinantes de la epidemia de VIH'.

‘El cambio en la masculinidad en los hombres es fundamental para que se apropien del preservativo como herramienta de prevención', señaló la representante de ONUSIDA. ‘Ahí es donde el enfoque de género juega un rol prioritario'. Esto se vio reflejado en la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (Enasser, 2009) en el país, en la que el porcentaje de jóvenes (15 a 24 años) que usan condones durante las relaciones sexuales prematrimoniales fue de 39.4% en mujeres contra un 78.6% en hombres, porque la decisión de utilizarlo típicamente recae sobre el hombre.

En cuanto a los servicios de salud amigables para adolescentes, estos deben ser accesibles, con horarios apropiados y la confidencialidad que les proporcione la confianza para acudir a ellos. Corao además enfatizó la oportunidad que existe de llegar a los adolescentes por vías menos tradicionales, como lo son la consulta del dermatólogo o el odontólogo, de los pocos especialistas de salud que frecuenta esta población.

‘Con respecto a la promoción del condón es importante romper los mitos, reducir los costos y aumentar su disponibilidad'.

Por otra parte, resaltó la necesidad de que se incluya en el currículo escolar la educación sobre la sexualidad.

‘Sabemos que es una barrera que está haciendo que nuestros adolescentes se estén infectando de ETS, VIH y embarazando a temprana edad'. Según datos de Enasser, solo un 14.9% de mujeres y 12.4% de hombres entre los 15 y 24 años podía identificar los medios de prevención de la transmisión del SIDA.

En cuanto a las campañas comunicacionales, estas deben aprovecharse de que la gran mayoría de los adolescentes, inclusive en los estratos socioeconómicos más bajos en la región, ‘tienen en sus manos un teléfono inteligente'.

‘Aprovechemos las herramientas que da la tecnología para difundir el mensaje y para construir herramientas de prevención. Sabemos que los adolescentes están en Instagram y Snapchat… utilicemos sus propias redes sociales para transmitir mensajes que vayan acorde a su edad', concluyó.

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‘La decisión de utilizar el preservativo recae en el hombre y para que se lo ponga, mucho tiene que ocurrir

ALEJANDRA CORAO

DOCTORA

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