¿Cuándo es necesario acudir a terapia sexual?

Actualizado
  • 26/09/2019 07:00
Creado
  • 26/09/2019 07:00
No es sencillo abrir a terceros las puertas de lo que sucede en la intimidad, aunque se trate de un profesional capacitado para ello. La búsqueda de un profesional de la sexología implica madurez, responsabilidad y deseos de mejorar la calidad del desempeño sexual

Hoy día para muchas parejas parece ser un tabú acudir al sexólogo. De hecho, es común que solo al enfrentar una crisis consideren utilizar este comodín. Es frecuente que tanto hombres como mujeres se conformen con una sexualidad limitada carente de conocimiento, orientación e información.

Pareciera que seguimos sin otorgar a la salud sexual el mismo estatus que a la física y mental, cuando en realidad estas deben coexistir y estar entrelazadas.

Un reciente artículo publicado por la Universidad de Harvard reseña que, cuando se trata de hablar con un médico sobre la salud sexual, “los adultos mayores a menudo son reacios a abrirse”, citando la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento Saludable 2018 realizada por investigadores de la Universidad de Michigan.

Vale la pena revisar una máxima de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que destaca: “La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”.

Especialistas coinciden en que no es sencillo exponer las preocupaciones por disfuncionalidades sexuales, aunque se trate de buscar ayuda.

En el informe 'La salud sexual y su relación con la salud reproductiva: un enfoque operativo', la OMS sostiene que la sexualidad “se siente y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y relaciones. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se experimentan o expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”.

Lo cierto es que llevar esto a la práctica requiere a veces la guía de un profesional que facilite la comprensión de la disfuncionalidad en la intimidad y permita responder a los conflictos que puedan presentarse frente a los problemas de pareja —en caso se existir— o simplemente ayude a decantar las fortalezas.

Lesbia González, psicóloga forense con experiencia en sexología, considera que todos las parejas deberían acudir al sexólogo. “Consultar a especialistas muchas veces nos ayuda a despejar dudas; no tiene que ser necesariamente por algún problema”.

Sin embargo, “lo más común es que se acuda cuando realmente hay una situación en la que no se logran acuerdos, así como problemas con el placer y la comunicación en la vía sexual”, dice.

“En nuestra cultura, generalmente se espera la crisis para actuar. El panameño común no ha aprendido a prevenir, actúa como un bombero y cuando el fuego ya existe, lo apaga”, recalca.

“La gente busca al sexólogo cuando ya la situación es delicada y difícil de resolver. Además de que en Panamá hay pocos sexólogos, pocas veces acuden a un psicólogo en relación a la sexualidad”, acota.

Aunque las mujeres son las que más acuden a la ayuda con estos profesionales, González destaca que “las mujeres tienen el chip de que es mejor no expresarse o pedir demasiado. No desarrollan la capacidad de conversar con la pareja en torno al placer. Los varones son menos conformistas, pero tampoco buscan ayuda cuando algo no funciona”.

Lo cierto es que la educación sexual sigue estando en un segundo plano. “La gente no cuida su salud física y mental; en ésta última, está incluida la sexual”.

La psicóloga explica que la búsqueda de ayuda profesional debería contar con el factor preventivo y “muchos desconocen lo que es realmente intercambiar emociones positivas dentro de la sexualidad”.

“En nuestra cultura, al hablar de sexo suele haber una asociación con el coito; no comprenden la sexología con todo lo asociado a la sexualidad humana. Por ende, desconocen las implicaciones de las emociones en esta materia”, afirma.

“La educación sexual y emocional van de la mano. De ello derivará que la persona maneje correctamente su sexualidad”, afirma.

En la sexología hay diversos tipos de terapias, ello dependerá de cada pareja. Las más comunes implican el reconocimiento de la propia anatomía y los puntos de placer, buscar motivación sexual y fortalecer la comunicación en la pareja. “También se les enseña a los pacientes diferentes técnicas para prender a conocer su cuerpo y las zonas de placer junto a la pareja”.

Aunque no hablar de sexo es frecuente y los tabúes en torno al placer son comunes, González dice que “buscar ayuda profesional y recibir la guía de un experto impacta de manera positiva nuestro intercambio, nuestra vida emocional y sexual, lo que permite además preservar la misma relación o terminar con la que no sea parte de nuestra felicidad”.

Una publicación en el HuffPost resume la labor del sexólogo. Si bien la Sexología abarca el estudio científico de la sexualidad humana y del comportamiento sexual, las personas que la estudian se conocen como sexólogos.

La Sexología es una disciplina científica y humanística que estudia los problemas relativos al sexo y la sexualidad en sus dimensiones bio-psico-sociales y culturales, en sus aspectos normales, disfuncionales y patológicos, con los aportes de diversas disciplinas reunidas en un campo integrador multi e interdisciplinario.

Una publicación del diario digital español El Confidencial recoge como los motivos de consulta más frecuentes la falta de deseo sexual, el exceso de impulso sexual u obsesión, la eyaculación precoz, la infidelidad, la falta de conexión, la monotonía y la falta de tiempo para la intimidad.

Luis Ramírez, psicólogo clínico y terapeuta de parejas, explica que el sexólogo se especializa en el abordaje de dificultades que afectan el desempeño sexual y la dinámica de la pareja.

Ramírez detalla que para el ser humano, “desvelar la intimidad sexual a un extraño no es tarea fácil, por lo cual no usaría el término tabú”.

Tras su experiencia constante con pacientes, sostiene que “hemos aprendido que la salud sexual es tan importante como la salud física, es uno de los motivos principales de consulta”.

Según Ramírez, los detonantes emocionales que impactan con mayor frecuencia la dinámica de la pareja y pueden empujarla a terapia son el carácter, problemas de comunicación y la interferencia de los familiares. Entre los elementos fisiológicos añade disfunciones sexuales en el hombre, flacidez, pérdida de la rigidez o erección, falta de eyaculación y en las mujeres hiperlubricación, vaginismo o dolor.

Sandra Lusgarten, sexóloga y autora del libro Desnúdate conmigo, afirmó en un artículo para el Clarín, que aunque “las cuestiones sexuales son un tema muy delicado y no todos se animan a abrir la intimidad sexual, lo ideal es que se consulte en pareja, salvo que la persona que tiene la dificultad se encuentre soltera”.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus