- 12/03/2020 06:00

Atravesar por un episodio de infidelidad puede resultar traumático, sin embargo, cada individuo y su experiencia de vida condicionan la manera en la que se afronta este fenómeno. “Contar lo que me pasó no me hace sentir orgullosa y quizá recordarlo me duele en cierta forma. Tuve mucho tiempo unida a mi pareja. Noté que luego de varios años presentó un desinterés hacia mí, sobre todo en la intimidad. Llamadas de números desconocidos, cancelación de nuestras citas, incluso su carácter cambió. Me di cuenta de que algo andaba mal y lo confronté, y por supuesto me lo negó”, relata Elena González.
“Tenía la certeza de que se veía con alguien más, sin embargo, no tenía pruebas. Un día decidí seguirlo y mis ojos no podían dar crédito a lo que miraba: la persona que más amaba me había traicionado. En ese momento mi mundo se vino abajo. Pasó mucho tiempo para perdonarlo, pero ya nada volvió a ser igual. Aunque intentamos reconstruir nuestra relación. mi confianza hacia él estaba rota. Después de varios intentos decidimos separarnos por el bien de ambos. Ahora continúo mi vida y creo que esta fue una lección que me marcó y me ayudó a ser más fuerte. Es difícil pasar por una situación como esta, pero no es imposible levantarse y seguir adelante”, confiesa.
En otros casos el amor puede más que la decepción y hay quienes deciden dejar lo malo atrás y darse una segunda oportunidad.
De acuerdo con el psicólogo especialista en sexualidad, Pedro Rondón Navas, la conexión erótica no se pierde del todo luego de la infidelidad. “Al principio hay un distanciamiento y la persona a quien le han sido infiel se pregunta: ¿se sentirá mejor con la otra o con el otro?, lo que impide el disfrute de la relación. Después de un tiempo, la persona puede recuperarse y todo dependerá de la duración de la infidelidad o de si hubo una relación paralela”, explica.

El especialista indica que perdonar al infiel no significa recuperar inmediatamente la intimidad sexual.
Sobre la alternativa de acudir a terapias de pareja, comenta que es necesario analizar qué tipo de relación es. “Si es disfuncional, en ese proceso se descubre cuáles son las causas. El individuo debe asumir la culpa, generar confianza en la víctima, corregir pensamientos negativos y distorsiones. No hay duda de que la relación no va a ser la misma”.
El magíster en sexología valora que es importante saber si el infiel estaba insatisfecho y por qué no habló con su pareja acerca de ello. “Si no lo hizo, hay un gran problema de comunicación. Hay que trabajar sobre la ira, la depresión, la sensación de ridículo, la imagen de víctima y otros estados emocionales. Es necesario hacer un cierre de reconciliación para tratar de que la situación no salga cada vez que hay una discusión”.
Una vez que ocurre la infidelidad, la pregunta que muchos se hacen gira en torno a la confianza, ¿es recuperable? El experto en sexualidad comenta que todo dependerá de ambos miembros en la pareja. “El infiel tiene que demostrar que es digno de confianza y es un trabajo arduo. La víctima va a desconfiar cada vez que llegue tarde o que no responda inmediatamente las llamadas. Esto tiene que trabajarse a través de la terapia cognitiva conductual y la Gestalt, que son efectivas cuando son bien llevadas”.
Sostiene que también dependerá de la duración, la intensidad, el alcance del engaño, la cantidad de veces que lo hizo y con cuántas personas. “La víctima va a ejercer un rol de hipervigilancia. El análisis de los motivos es fundamental. No se puede justificar la infidelidad, pero hay que considerar los atenuantes para corregirlos”.
Puntualiza que una de las razones más comunes de este acto es “sentirse joven, atractivo(a), deseada(o), salir de la rutina, ser tomado en cuenta, mala vida sexual, curiosidad, aburrimiento, aventura, distanciamiento, embarazo y presión social”.
No cabe duda de que luego de este suceso, la persona puede verse afectada emocionalmente y extender el sentimiento de inseguridad afectiva a futuras relaciones en caso de que decida terminar con la pareja.
El especialista afirma que la autoestima se ve perjudicada y surgen el miedo y la incertidumbre. “La víctima se pregunta por qué lo hizo, a veces se culpa y siente que no es lo suficientemente buena para su pareja. Es un error. Hay que separar los hechos del autoconcepto y de la autovaloración”.
El sexólogo asegura que sí es posible la convivencia después del engaño sexual y que, para superar esta etapa, es importante recordar los vínculos que los unen: la historia en común, los hijos y lo positivo de la relación.

“Los lazos pueden ser duraderos si ambos están de acuerdo. Hay quienes deciden continuar por seguridad, comodidad, estatus, miedo a la soledad, o por los hijos. Otros no soportan la tortura de imaginarse lo que haría con la otra(o) y qué lugares frecuentaba, y eso les impide continuar. En ocasiones la víctima desea vengarse siendo infiel también. Cada pareja es un mundo, en ese caso hay que trabajar lo que cada uno quiere mejorar en la relación, así como los conceptos de amor, afecto, exclusividad y compromiso”, señala.
Rondón aconseja que los cónyuges con hijos no los involucren en sus problemas de pareja, para que no resulten afectados. “Si llegan a enterarse, pueden alejarse del padre o la madre que fue infiel. No necesariamente van a repetir esa conducta; a veces sucede lo contrario”.