Estigmas en la sexualidad incluyente, un tema de relevancia que abordar

Actualizado
  • 15/10/2020 00:00
Creado
  • 15/10/2020 00:00
Actualmente hay muchos prejuicios acerca de este tema. Expertos y organismos internacionales recomiendan informarse, para conocer un poco más sobre educación sexual y los derechos que tienen las personas con algún tipo de discapacidad a fin de evitar la discriminación

La sexualidad en personas con discapacidad hoy sigue siendo un tabú en nuestras sociedades, con prejuicios acerca de este tema. Esto eleva la necesidad de informarse en torno a educación sexual y los derechos que tienen las personas con algún tipo de condición física o discapacidad, a fin de evitar episodios de discriminación.

Las necesidades sexuales de las personas con discapacidad muchas veces se ven frustradas, porque la familia y la propia sociedad no las reconoce como algo natural y relevante.

Según describe la plataforma internacional Inclúyeme, la sexualidad en personas con discapacidad radica en la decisión propia de cada uno. Además, hay que recordar que la sexualidad no solo trata del acto sexual, sino también del erotismo a través de la piel, por lo que toda persona con discapacidad tiene derecho a disfrutar de su sexualidad, de manera responsable y libre.

“Para ello es importante brindar una orientación adecuada, acerca de las enfermedades de transmisión sexual y previniendo abusos”, redacta el portal de la plataforma.

Eliécer Pérez, psicólogo y psicoterapeuta de familia y parejas, reconoce que las necesidades sexuales de las personas con discapacidad muchas veces se ven frustradas, porque la familia y la propia sociedad no las reconocen.

“Hoy existe ese mal concepto de creer que las personas con una condición física no deben o no pueden formar pareja, casarse o tener hijos. De hecho, los familiares se centran más en la condición y hacen hasta lo imposible por su rehabilitación, hasta olvidar que estas personas también tienen deseos o sienten atracción por el sexo”, explica el psicólogo.

El experto hace referencia a que el término discapacidad quieres decir “capacidad diferente”, por lo tanto, una persona con discapacidad será toda aquella que tiene una capacidad diferente en algún aspecto de su vida, ya sea psicológico o físico.

En ese sentido, debemos tener en cuenta que las personas con capacidades diferentes tienen sexualidad y quieren hacer uso de ella. Según Pérez, en casos como estos deberían trabajarse más factores como la autoestima y el desarrollo de posibilidades, ya que son personas con ganas y derecho a expresarse, tanto social como sexualmente.

De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existen alrededor de mil millones de personas con algún tipo de discapacidad, cifra que está aumentando debido al crecimiento de la población, los avances de la medicina y el proceso de envejecimiento de la población mundial.

La inclusión como necesidad

La sexualidad en personas con discapacidad va a depender del nivel de la lesión de la persona, ya que algunos podrían experimentar dificultades de erección y eyaculación, también podría presentarse disminución en la movilidad del esperma causando infertilidad, describe la organización Inclúyeme.

Sin embargo, en este escenario se pueden aplicar terapias que incluyen estimulación, uso de medicamentos y otras ayudas técnicas para facilitar el disfrute de la relación sexual.

En el caso de las mujeres con discapacidad, si hubiese una lesión grave, puede haber afectación del impulso del orgasmo, también una pérdida de la capacidad de satisfacción.

Por otra parte, las personas con síndrome de Down son las que más expresan su interés por casarse y tener hijos, cosa que es totalmente posible si se les brinda la orientación y apoyo adecuados.

Pérez concuerda en que las personas con discapacidad tienen derecho al placer y al disfrute de la sexualidad, a decidir sobre su cuerpo con autonomía, a mantener la fertilidad, a que no les hagan esterilizaciones sin su consentimiento, a permanecer con sus hijas/os y hacerse cargo de la crianza.

Entre las discapacidades encontramos las visuales, auditivas, de traslado, las secuelas de amputaciones, de enfermedades neurológicas, musculares, viscerales, psiquiátricas y las que producen discapacidad intelectual, en sus diversos grados, de leve a moderado y profundo.

En ese caso, el psicólogo reconoce que ayudar a las personas con alguna condición física es función de los profesionales.

Derechos

La ONU establece algunos derechos fundamentales de las personas con discapacidad a fin de garantizar su seguridad y su bienestar interpersonal y sexual, como derecho a la propiedad de su cuerpo, derecho a tener privacidad e intimidad, derecho a recibir información y ayuda en el campo de la sexualidad, derecho a relacionarse con iguales y a las manifestaciones sexuales propias de su edad, derecho a explorar su cuerpo y a descubrir sus posibilidades de placer sexual.

Y si tienen capacidad para ello, con autorización de los tutores, otros derechos fundamentales, como derecho a mantener relaciones sexuales coitales o no coitales, derecho a formar pareja, derecho a elegir el estado civil que más le convenga y derecho a tener o no hijos.

Según el organismo, estos derechos relacionados con la sexualidad podrán ser activados o no por la propia persona con discapacidad, pero deben ser en todo caso promovidos por los tutores en la medida en que sea posible su consecución, salvaguardando la ley, y teniendo en cuenta que los tutores comparten la responsabilidad sobre las consecuencias que su ejercicio conlleve.

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