Artritis reumatoide, una dolencia sin cura pero se puede remitir

Actualizado
  • 17/10/2020 11:52
Creado
  • 17/10/2020 11:52
Más de 23 millones de personas en todo el mundo padecen AR, patología que afecta aproximadamente tres veces más a las mujeres que a los hombres. En Panamá los tratamientos son accesibles en el sector público

Las enfermedades reumáticas son aquellas que comprometen al aparato locomotor (huesos, articulaciones, músculos, tendones y ligamentos), y otras originadas por la alteración del sistema inmunológico. De hecho, actualmente existen más de 250 tipos diferentes. Una de las más comunes es la artritis reumatoide (AR), una dolencia autoinmune caracterizada por la inflamación o hinchazón, reducción en el rango de movimiento y la progresiva destrucción de las articulaciones del cuerpo. Más de 23 millones de personas en todo el mundo padecen AR, patología que afecta aproximadamente tres veces más a las mujeres que a los hombres.

El pasado 12 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Artritis Reumatoide, fecha que institucionalizó la Organización Arthritis Rheumatism International desde el año 1996 con el objetivo de educar a las personas sobre las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas a fin de promover y brindar una mejor calidad de vida y los mejores tratamiento a quienes las padecen.

Las personas con artritis tienen una batalla diaria para no perder la movilidad.

Antonio Cachafeiro, especialista en medicina interna y reumatología en Panamá, señala que la AR es una enfermedad que tiene una prevalencia en un porciento de la población. “Es decir, Panamá con una población de 4.5 millones de habitantes, se esperaría que unas 45 mil personas pueden estar padeciendo AR, una dolencia que daña y provoca secuelas importantes en la vida de una persona como lo es la invalidez, deformidad en las articulaciones hasta que la persona pierde la capacidad de movilizarse adecuadamente”, dice.

Todavía no se sabe la causa de la AR; sin embargo, aunque se sabe que el sistema inmunológico del cuerpo es la defensa del cuerpo contra bacterias, virus y otras células extrañas. En una persona con AR, la cual se presenta en edad reproductiva entre los 30 a 40 años, las células del sistema inmunológico invaden los tejidos de las articulaciones y provocan inflamación hasta dañarla. “En vista de que el sistema inmunológico ataca a las propias articulaciones también podría afectar a otros órganos del cuerpo como los ojos, pulmones y el corazón. Se sabe que las pacientes con artritis, tienen mayor riesgo de sufrir un infarto, que aquellas mujeres con la misma edad y no padecen la dolencia. Y si a eso le sumamos colesterol alto, obesidad el riesgo de un infarto es aún mayor”, menciona el médico.

El especialista afirma que antes se decía que la expectativa de vida de una persona con artritis era diez años menos que la población sin la enfermedad pero esa hipótesis ha cambiado debido a los novedosos tratamientos y un diagnóstico oportuno.

“La buena noticia es que gracias a los avances tecnológicos se han desarrollado grandes avances en la medicina, de hecho, en los últimos diez años han salido novedosos tratamientos y al día de hoy con un diagnóstico temprano estos medicamentos (convencionales y los biológicos) han ayudado a remitir la enfermedad, es decir que la AR se queda pausada y no avanza, lo que ha ayudado a las pacientes a llevar una mejor calidad de vida”, reconoce el galeno.

Influye la genética o factores ambientales

Pese a que se desconoce el origen de la enfermedad, Cachafeiro explica que la AR puede tener una mayor predisposición genética, sin embargo, no quiere decir que necesariamente la persona la vaya a heredar. Aunque se han dado casos de madres e hijas con la condición, pero no es necesariamente una enfermedad que se hereda.

“También existen otros factores durante la vida de las personas que hacen que se desarrolle la enfermedad como los ambientales y la exposición a ciertos virus, que puedan activar el sistema inmunológico pero aun eso no está comprobado científicamente”, admite.

Esta enfermedad puede aparecer desde los 20 años en adelante.

Según el especialista en Panamá el uso de medicamentos biológicos (hechos de un organismo vivo) y biosimilares (una versión del principio activo de un medicamento biológico) es mucho más amplio en hospitales públicos que privados en el país.

“De hecho, debido al alto costo de estos tratamientos llevaron a que la Caja de Seguro Social (CSS) y el Ministerio de Salud (Minsa) unieran esfuerzos para que las personas con AR pueden tener acceso a estos medicamentos que en un inicio eran muy caros, lo que hacía difícil poder comprarlos y que estas llevaran una mejor calidad de vida.

“Gracias a estudios o pruebas científicas se ha logrado tener buena experiencia con ambos tratamientos por lo que son considerados una opción de calidad y seguridad para remitir la enfermedad.

Recomendaciones

El médico recomienda a las personas que una vez sean diagnosticadas deben admitir o aceptar que padecen la dolencia. Luego deben hacer un cambio de vida radical, es decir, llevar una alimentación balanceada, más actividad física, evitar el consumo de productos procesados, el alcohol y el cigarrillo.

Recomienda que ahora que estamos con la crisis de la covid-19 es cunado más las personas con AR deben seguir sus tratamientos al pie de la letra. “Se ha demostrado que la covid-19 no empeora la evolución de la enfermedad, de hecho muchos medicamentos que actualmente son para la artritis se han utilizado en el tratamiento de la covid-19 como los es la hidroxicloroquina. Con esto no quiero decir que las personas con AR no son de alto riesgo, pero lo son más quienes, además de artritis, presentan otras comorbilidades como diabetes, enfermedades cardiovasculares y mayores de 70 años”, puntualiza.

Es necesario considerar que, aunque todos los medicamentos (incluso aquellos cuya venta no está restringida) tienen efectos secundarios, es necesario el tratamiento pronto de la AR, ya que si no se la trata puede causar problemas serios, como la destrucción de las articulaciones. Por lo tanto, las decisiones relacionadas con el tratamiento deben hacerse pensando también en los beneficios del tratamiento (alivio del dolor, prevención de la discapacidad) y los riesgos.

Ante esto es urgente llamar a un médico especializado en caso tal de tener alguna duda sobre los medicamentos, o si piensa que éstos están produciéndole efectos secundarios o si es que no están actuando adecuadamente. 

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