Asma y covid-19, una guía para pacientes en pandemia

Actualizado
  • 11/05/2021 00:00
Creado
  • 11/05/2021 00:00
En un escenario de pandemia, con una enfermedad caracterizada por un cuadro respiratorio, es fundamental controlar el asma bajo un estricto seguimiento médico, explican los expertos.
El asma es considerada una enfermedad crónica altamente prevalente.

En Panamá, con el inicio de la estación lluviosa se incrementan las alergias respiratorias con rinitis y asma. En un contexto de pandemia, donde la enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2 se presenta con síntomas muy similares, es común la preocupación y alarma de algunos pacientes.

El asma es una enfermedad no transmisible que inflama de manera crónica los bronquios y provoca dificultad para respirar, y podría presentarse en varias ocasiones al día o en la semana. Se trata de una dolencia cuyos síntomas (tos, dolor de pecho, dificultad para respirar y sonidos sibilantes) se manifiestan ante la presencia de sustancias llamadas alérgenos (polen, moho, residuos de cucarachas, ácaros, humo de cigarrillo) y que aqueja a más de 30 mil panameños. La rinitis es la inflamación e hinchazón de la mucosa de la nariz causada por los agentes alérgenos antes mencionados.

Jerónimo Espinosa, gerente médico en el área respiratoria para la farmacéutica británica Glaxo Smith Kline (GSK) en el Caribe y Centroamérica, señaló a este diario que el asma es considerada una enfermedad crónica altamente prevalente. “En Panamá, por ejemplo, se reportó una prevalencia del 10,1% en adultos, reflejada en un mayor porcentaje en mujeres con un 68,6%. Además, se encontró que solo el 22,2% de los pacientes tenían conocimiento del padecimiento de la enfermedad”, detalló el médico infectólogo durante el taller regional 'Asma Academy II'.

Igualmente explicó que el istmo es muy similar a otros países de la región, que presentan entre sus principales factores de riesgo la rinitis y el tabaquismo. “Las sibilancias con el ejercicio, la tos seca por la noche y haber tenido alguna vez rinitis se asociaron en gran medida con los síntomas del asma en los últimos 12 meses”, detalló.

De todos los asmáticos se considera que 1 de cada 10 puede tener una manifestación grave de la enfermedad, lo que tiene implicaciones más serias porque puede presentar un mayor riesgo de muerte y peor calidad de vida, e incluso, aquellos pacientes que tienen un tipo de asma llamada asma eosinofílica, pueden llegar a tener un mayor riesgo de hospitalización, reconoció Espinosa.

Esta enfermedad requiere de un tratamiento antiinflamatorio controlador administrado de forma proactiva regular, con corticosteroides inhalados.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que la prevalencia mundial de asma es de 339,4 millones de personas; la mayoría se encuentra en países de medianos y bajos ingresos. Sin embargo, es una enfermedad que no distingue estado o región ya que se registra en todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo.

En la región de Latinoamérica se calcula una prevalencia de asma del 18%. Esto quiere decir que el 18% de las personas en Latinoamérica podría padecerla.

Asma y covid-19

En Panamá aún no hay estadísticas oficiales que demuestren o relacionen las muertes en pacientes asmáticos a causa del SARS-CoV-2, sin embargo, los médicos afirman que esta combinación es letal, si no se realizan los exámenes pertinentes a tiempo.

El humor del cigarrillo es pejudicial para el asmático.

“Los pacientes asmáticos no deben interrumpir los corticoides inhalados prescritos para el control del asma (o los corticoides orales prescritos) durante la pandemia, ya que detener este tratamiento puede conducir a un empeoramiento potencialmente peligroso del asma”, enfatizó.

El especialista invitó a las personas con asma a mantener las estrictas medidas sanitarias, como el uso de mascarilla, distanciamiento físico, control médico, lavado frecuente de manos, y en caso de estar enfermo no salir de casa. Estos aspectos son fundamentales para un mejor manejo de la patología, ya que aquellos pacientes que tienen un diagnóstico moderado o grave pueden enfrentar un deterioro significativo en su salud, presentando desde ataques frecuentes de asma, afectación en la nariz, garganta, pulmones, hasta enfrentar una neumonía o enfermedades respiratorias agudas.

Control de la enfermedad

El asma es una patología que no cuenta con una cura, pero puede controlarse con un tratamiento adecuado, por eso se hace un llamado a los pacientes para que mejoren su calidad de vida, con aspectos clave como una buena alimentación, el uso adecuado de medicamentos e inhaladores de acuerdo con cada una de las necesidades de los pacientes, y lo más importante, estar en control médico periódico.

El tratamiento del asma tiene dos objetivos a largo plazo en beneficio del paciente: el primero, lograr un buen control de los síntomas y mantener niveles normales de actividad; el segundo, minimizar el riesgo futuro de crisis, limitación del flujo de aire y efectos secundarios de la medicación utilizada. “Para lograr esto, el asma requiere de un tratamiento antiinflamatorio controlador, y una participación activa del paciente, siguiendo las instrucciones entregadas por su médico tratante”, dijo Espinosa.

“Tener control de la enfermedad permite sentir tranquilidad de que la próxima infección respiratoria será menos incapacitante que las anteriores. Para mí se traduce en que puedo descansar en las noches sin interrupciones, reír a carcajadas sin que me interrumpa un penoso ataque de tos, además de ser un buen ejemplo de constancia y de rutinas saludables para mi hijo cuando me ve manteniendo un tratamiento continuo”, mencionó Tamara Rosales, pediatra infectóloga y paciente asmática durante el taller.

Los médicos también recomendaron a los pacientes que padecen de asma tomar control de sus síntomas y reducir el riesgo de sufrir exacerbaciones si cuentan con un tratamiento preventivo diario de corticoides inhalados.

Aunque el asma tiene una tasa de mortalidad relativamente baja en comparación con otras enfermedades crónicas, la ausencia de un tratamiento efectivo, o el uso de medicamentos inadecuados para controlar la condición puede generar consecuencias graves.

Las sustancias que causan las respuestas alérgicas se denominan alérgenos y pueden causar asma, rinitis, etc.
Campañas en torno a la enfermedad

AstraZeneca desarrolló la campaña 'Dele voz a sus pulmones', con el objetivo de generar conciencia sobre la enfermedad, especialmente porque muchos pacientes no mantienen un control adecuado, lo que puede causar consultas en emergencias constantes e incluso que se agrave el padecimiento, según señaló un comunicado oficial.

Esteban Coto, director médico de AstraZeneca para Centroamérica y el Caribe, reconoció durante su ponencia en el taller que “el asma genera una fuerte carga económica a los sistemas de salud, independientemente del nivel de desarrollo de los países. Sin embargo, la mayoría de las muertes por esta patología se dan en países de ingresos bajos y medianos bajos, ya que los programas de educación, prevención y diagnóstico de la enfermedad suelen ser menos robustos en estas regiones, lo que dificulta un tratamiento oportuno, por lo que con la campaña pretendemos que las personas se informen y tomen control de su enfermedad para prevenir complicaciones, según el tipo de asma que presenten”.

“Las personas con asma no parecen enfermas, pero el padecimiento puede ser grave y difícil de controlar, puede afectar la vida entera de las personas, obligándoles a cambiar actividades diarias y en ocasiones requerir atención de urgencia u hospitalización. Por esto una campaña como 'Dele voz a sus pulmones' se vuelve muy relevante, ya que nos permite entender y ser empáticos con aquellos que tienen un diagnóstico de asma, así como educar al paciente y la familia para ayudarle a lidiar con el miedo y entender la ruta correcta para obtener un adecuado diagnóstico y tratamiento, de la mano de un profesional de la salud calificado”, agregó Coto.

En la región de Latinoamérica se calcula una prevalencia de asma del 18%.

Según la OMS, aún se sigue desconociendo la causa de la patología, sin embargo, existen diferentes factores de riesgo que pueden aumentar la posibilidad de desarrollar la enfermedad como la genética, padecer de afecciones alérgicas, obesidad, ser fumador, tener exposición a gases u otros tipos de contaminación atmosférica, la ingesta de diferentes medicamentos (betabloqueadores, ácido acetil salicílico y los antiinflamatorios no esteroideos), estrés, el consumo de ciertos alimentos y bebidas (por ejemplo camarón, frutas, cerveza o vino) o incluso tener padecimientos por reflujo gastroesofágico.

El pasado 5 de mayo se conmemoró el Día Mundial del Asma, con el fin de orientar a las personas afectadas y controlar la enfermedad para alcanzar un mayor bienestar y calidad de vida.

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