La 'gamificación' educativa y su evolución a través de los videojuegos

Actualizado
  • 02/09/2020 00:00
Creado
  • 02/09/2020 00:00
En la era digital, la educación ha caído en un estado de búsqueda constante de nuevas maneras de desarrollar el aprendizaje dentro de las instituciones tradicionales. Ante esta realidad, el Banco Interamericano de Desarrollo lanzó el 'Desafío Play' como herramienta innovadora de impulso tecnológico

Los esfuerzos globales por mejorar la calidad educativa en el siglo XXI han llevado al desarrollo de la gamificación de la educación, que se distingue por ser una “técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo-profesional con el fin de conseguir mejores resultados, ya sea para absorber mejor algunos conocimientos, mejorar alguna habilidad, o bien recompensar acciones concretas”, según el sitio web especializado Educativa.

La 'gamificación' permite una sesión educativa centrada en el aprendizaje mediante el juego para interiorizar de mejor manera los conocimientos

Dentro de este aprendizaje, las metodologías de formación con carácter lúdico facilitan la interiorización de conocimientos a través de un terreno de diversión y entretenimiento, lo que genera una experiencia positiva que a su vez promueve la retención de la información en los estudiantes. Si bien esta tecnología es reciente, se ha confirmado que el modelo de juego funciona para la motivación de los estudiantes, crear mayor compromiso y ánimo de superación.

Antes esta búsqueda del aprendizaje, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) creó el Desafío Play, un reto global “para identificar las soluciones globales más innovadoras del sector educativo y de la economía creativa”, incluyendo la creación de videojuegos, plataformas virtuales y productos digitales que faciliten la gamificación para el “desarrollo, medición o certificación de habilidades cognitivas, socioemocionales o de función ejecutiva”, como indica el organismo en su sitio web.

“Necesitamos entender mejor los mecanismos de aprendizaje de las personas, pero también cómo se desarrollan las habilidades del siglo XXI, cómo se miden y qué efectos tienen a corto, mediano y largo plazo”, dijo Mercedes Mateo-Berganza, especialista líder de la División de Educación en un comunicado, “el desafío Play premiará soluciones de videojuegos educativos, plataformas y productos digitales que usen la gamificación tanto para desarrollar estas habilidades como para medirlas o certificarlas”.

Este concurso global en el que puede inscribirse cualquier joven o adulto (mayor de 18 años al 20 de julio de 2020) hasta el 11 de septiembre de este año, busca atraer iniciativas que cumplan con la agudización de las habilidades del siglo XXI, por ejemplo, la solución debe ayudar a desarrollar habilidades en matemáticas, lectura, creatividad, música, arte, habilidades digitales, resolución de problemas o empatía. A su vez, la solución ya debe estar funcionando con números de usuarios oficiales, ubicación donde fue publicada y certificación de su uso y resultados en la población.

Los participantes podrán provenir de cualquiera de los 48 países que forman parte del BID, siendo una aplicación globalizada liderada por los equipos de Educación e Innovación y Creatividad. El Desafío Play se establece en el marco de la 'Iniciativa de habilidades del siglo XXI', liderada por el BID, que responde a “los nuevos desafíos que enfrentan los estudiantes, moldeados por un entorno extremadamente dinámico con un mercado laboral cambiante y sociedades cada vez más diversas”.

Videojuegos y aprendizaje
La desmitificación de los videojuegos ha permitido su expansión como herramientas de desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y sociales.

La mitificación de que “los videojuegos no ayudan a aprender” se ha ido descalificando con el paso de los años, entre más estudios señalan que la implementación de videojuegos con base educativa permite una mayor formación integral de los estudiantes. Esto es porque, al utilizar técnicas dinámicas que asemejen a un videojuego con características como: acumulación de puntos (agregando valores cuantitativos a asignaciones), escalado de niveles, obtención de premios, regalos, clasificaciones, desafíos y misiones, el usuario podrá desarrollar mayores habilidades cognitivas, ejecutivas y socio-emocionales.

No debe sorprender que actualmente organismos como el BID y demás de gran impacto en la región latinoamericana y del Caribe estén invirtiendo tiempo y esfuerzos en impulsar los estudios en desarrollo de videojuegos, e incluso creando puestos de trabajo con este requerimiento, ya que los videojuegos fomentan el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la curiosidad y la creatividad, la motricidad digital y, dependiendo del género del juego, también un gran conocimiento.

La desmitificación de este sector tecnológico permitirá la expansión de esta industria y el beneficio de los usuarios con un alcance globalizado que podría ayudar al mismo tiempo a cumplir con el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para 2030, que establece alcanzar 'Educación de calidad'.

Según un comunicado de la ONU, a medida que la pandemia por la covid-19 comenzó a llegar a diversos países, para abril de este año cerca de mil 600 millones de niños y jóvenes estaban fuera de la escuela. “Igualmente, cerca de 369 millones de niños que dependen de los comedores escolares tuvieron que buscar otras fuentes de nutrición diaria”, indicó el organismo, “nunca antes habían estado tantos niños fuera de la escuela al mismo tiempo, lo que altera su aprendizaje y cambia drásticamente sus vidas, especialmente las de los niños más vulnerables y marginados. La pandemia tiene graves consecuencias que pueden poner en peligro los avances que tanto costó conseguir a la hora de mejorar la educación a nivel mundial”.

Con este panorama en mente, la respuesta de instituciones regionales debe centrarse en proveer nuevas iniciativas que logren reducir la brecha de aprendizaje para un futuro cercano en el que los colegios alrededor del mundo vuelvan a abrir sus puertas, pero también para que ayuden a los niños y jóvenes que no podrán regresar a las aulas. Uno de los pilares de este objetivo destaca que: “De aquí a 2030 se debe aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento”, lo que puede ser posible con el entendimiento a gran escala de lo que el acceso a un videojuego o plataforma virtual puede representar para el avance educativo de una persona.

Pero en países de bajo desarrollo, ¿cómo se puede integrar esta tecnología a la formación? Para la pedagoga vocacional y autora en la plataforma educativa, Amaranta Morel Delgado, lo primero que debe cubrirse es la adaptabilidad de los recursos educativos en línea: “El hecho de que permitamos a una persona que se comporte de una forma activa o pasiva en un curso de e-learning, hará que su aprendizaje sea o no significativo y/o duradero en el tiempo”.

Morel indicó que “para generar una formación sustancial se deben incentivar las necesidades psicológicas innatas que están presentes en todos los seres humanos: autonomía, competencia y relación”.

Inversión en Latinoamérica

El enfoque de la industria de los videojuegos ha tenido un mayor auge en plataformas latinoamericanas haciendo que organismos como el BID creen espacios para la inversión en proyectos de soluciones regionales. “Este Desafío PLAY responde a la necesidad de un mayor catálogo de soluciones que integren la tecnología con el sector educativo, así como parte de un proyecto del BID llamado Habilidades transversales del siglo XXI hemos logrado crear una coalición con otras instituciones”, indicó a La Estrella de Panamá Alejandra Luzardo, líder en Innovación y Creatividad.

El periodo de postulación de proyectos culmina el 11 de septiembre y Luzardo anotó que hasta el momento se han recibido postulantes de Argentina, Perú, México, Israel y otros países alrededor del mundo.

“Esperamos que además del premio principal de $10 mil, los 15 proyectos que serán seleccionados se unan como parte del proyecto de las 'Habilidades del siglo XXI' como una iniciativa regional”, comentó la especialista, “además, tenemos como prioridad llevar estas ideas y soluciones al corazón de los países latinos para mejorar la calidad educativa y laboral”.

Es la primera vez que el BID invierte esfuerzos en la industria de los videojuegos con un enfoque primario en sus beneficios para los sectores públicos como la salud, infraestructuras y la capacitación profesional. “Esperamos que con estas nuevas soluciones se pueda llevar a cabo otro tipo de aprendizaje para la región”, puntualizó Luzardo.

“El desafío de conectividad y el acceso a la telefonía móvil –que es clave en la mayor parte de las soluciones presentadas en Latinoamérica con respecto a videojuegos– son pilares que pueden lograr que estas iniciativas lleguen a ser la punta de lanza para detonar interés en los jóvenes para estudiar carreras distintas a las tradicionales, tener mayor acercamiento tecnológico y aprender mientras juegan”, agregó.

La inversión en la economía creativa de la región ha presentado resultados favorables, señalando que el 57% de la población mexicana juega videojuegos correspondientes a todas las edades, además se ha posicionado a América Latina como la segunda región con mayor crecimiento exponencial de la industria con un índice anual de 13,3% después de Asia, con más de 397 millones de jugadores activos; el 80% de estos concentrados en México, Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela.

“Las empresas latinoamericanas tienen la oportunidad de posicionarse en el panorama de los servicios creativos que no son muy conocidos”, enfatizó la experta, “esto abarca la creación de plazas de trabajo en la educación y la simulación de proyectos en sectores de construcción, salud y entretenimiento, lo que está detonando la conexión con otros sectores; así este tipo de desafío puede ser replicado en otras industrias como la salud, la agricultura, la infraestructura”.

Con la correcta inversión y esfuerzos en pro de la economía creativa y un sector laboral flexible, los proyectos de gamificación pueden pavimentar un principio que se podrá aplicar en los sectores culturales para ayudar a impulsar la educación y dar valor agregado a nuestra región.

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