La infraestructura de conectividad será 'un desafío' para el nuevo gobierno, afirma exfuncionario chileno

Actualizado
  • 12/03/2022 00:00
Creado
  • 12/03/2022 00:00
Para Francisco Moreno Guzmán, ex subsecretario de Telecomunicaciones de Chile, el gobierno de Gabriel Boric deberá continuar estimulando la capacidad del Estado de trabajar con el mundo privado, para fortalecer el despliegue de la tecnología 5G en todo el territorio
Francisco Moreno Guzmán ha ocupado diversos cargos públicos y fue, hasta este viernes, el subsecretario de Telecomunicaciones de la nación sudamericana.

El nuevo Gobierno de Chile encara un importante reto para los cuatro años venideros: continuar con éxito el despliegue de la infraestructura 5G en todo el territorio nacional; una tarea que empezó en 2021 el ex subsecretario de Telecomunicaciones del país sudamericano, Francisco Moreno Guzmán. Para el abogado con trayectoria en la vida política, con quien platicamos en días recientes poco antes del cambio de Gabinete, lograr este hito en América Latina demandó la capacidad del Estado de trabajar con el mundo privado; y es precisamente esta facultad –según admite– la fórmula para dar pasos tan importantes como desplegar la red de quinta generación a nivel nacional y la que abriría un compás de reflexiones para el resto de los países en la región.

Chile se ha convertido en la primera nación de Latinoamérica en empezar el despliegue de la tecnología 5G; ¿cómo ha sido el trayecto en este paso inédito para la conectividad móvil del país?

Chile se ha caracterizado por tener un liderazgo probado respecto al desarrollo de las telecomunicaciones; como país hemos aplicado una serie de políticas de Estado que nos han permitido ir avanzado de manera segura a propósito de los avances que requerimos. Con el presidente Sebastián Piñera, analizamos la posibilidad de desplegar esta red 5G, o la quinta generación de tecnología en telefonía y servicios móviles. Nos interesaba especialmente antes de la pandemia, el hecho de que tuviésemos una mejor y mayor conectividad. Chile tiene un alto alcance a nivel de 3G y 4G y estamos hablando de 22 millones de accesos, siendo que es un país con 18 millones de habitantes pero necesitamos mejorar no solo la velocidad de las transmisiones de los servicios de telecomunicaciones, sino también aprovechar la capacidad de la transmisión de datos que ofrece 5G con el menor tiempo de respuesta. A fines de 2020 se realizó un proceso de licitación pública muy competitivo a nivel internacional, que permitió disponer más de 1,400 megahertz en el espectro radioeléctrico a efectos de que las compañías pudieran desplegar esta tecnología. En el proceso de licitación, el Estado de Chile recaudó $453 millones, que en la práctica es el mayor ingreso que ha tenido nuestro país para efectos de un proceso de licitación pública de espectro radioeléctrico. Hay cuatro empresas a nivel nacional que se adjudicaron esta licitación y a partir del 16 de diciembre pasado, junto al presidente, estuvimos en el Palacio de la Moneda dando cuenta del inicio del despliegue. Una de las condiciones que se estableció en el proceso de licitación de 5G fue que al cabo de 2 años llegáramos al 90% del territorio poblacional de nuestro país; eso es un gran desafío y lo destaco porque la realidad geográfica de Chile hace que sea muy difícil llegar a este porcentaje, y por otro lado necesitábamos dar un salto en la profundidad de la conectividad. Esta red nos va a permitir llegar al 90% del territorio a través de 9,000 estaciones base ubicadas a lo largo y ancho de Chile. Hoy ya llevamos el 16% de ese avance y alrededor de 450.000 personas en nuestro país tienen acceso a 5G desde el 16 de diciembre, y día a día va aumentando. Tenemos una visión positiva sobre el impacto tecnológico que va a generar; no solo estamos hablando de una tecnología 10 veces más rápida que 4G, sino de una tecnología transformadora que impactará positivamente a sectores productivos; veremos en profundidad a la inteligencia artificial, en internet de las cosas, la big data, el machine learning y muchas tecnologías que gracias a este despliegue de 5G podrán estar presentes en la vida de las personas. Por ejemplo, proyectamos que la telemedicina tendrá un desarrollo profundo (...) y eso nos hace reflexionar sobre el acceso a la salud en sectores rurales.

¿Cuál estiman que será la inversión para el despliegue total de la infraestructura y a qué sectores favorecerán?

Nuestros cálculos preliminares llegan alrededor de los $3 mil millones, desde el punto de vista de lo que las compañías adjudicatarias del proceso de licitación van a tener que invertir para cumplir con los 9.000 sitios a lo largo del país que van a permitir que el 90% de Chile tenga acceso a esta tecnología. También vemos que habrá un impacto importante en la creación de empleos; nuestra proyección en los primeros años es de 67.000 a 68.000 nuevos empleos producto del despliegue de la red 5G aplicada a los distintos sectores productivos; desde el punto de vista del despliegue de la tecnología calculamos alrededor de 2.000 a 3.000 personas y el impacto más potente se va a producir en los distintos sectores; la medicina y áreas como la agricultura se verán muy beneficiadas; estamos viviendo una situación muy compleja con el cambio climático y el recurso hídrico; el hecho de contar con tecnología 5G permitirá generar información a través de muchos sensores ubicados en distintos lugares de las zonas agrícolas, para tener un mayor conocimiento del recurso necesario para el riesgo de superficies. También hay avances desde el punto de vista de la seguridad y son muchos los impactos a nivel global y esperamos que también ocurra en los procesos educativos.

El Banco Mundial reitera que uno de los grandes retos en la región es el acceso a una infraestructura óptima que permita a todos los sectores acceder a las nuevas tecnologías. ¿De qué manera este salto facilitará la igualdad de oportunidades y cerrar la brecha digital?

Es necesario llegar a un nivel de conectividad total y a través de diversos proyectos es que esperamos lograrlo en los próximos años. Chile, en su historia, llegó tarde a la primera Revolución Industrial, lo que tuvo un efecto importante en el desarrollo económico, donde tuvimos décadas de estancamiento y hoy nos enfrentamos a una cuarta Revolución Industrial que es eminentemente digital y que llegó para quedarse; es por eso que necesitamos el esfuerzo de una política pública de Estado más que de un gobierno en particular para generar esta conectividad total. Esperamos generar una conectividad en alrededor del 90% de los hogares en nuestro país; hemos avanzado en un 40% en los últimos cuatro años; recibimos el gobierno con un 48% del total de los hogares en Chile con conexión de internet fija y lo estamos entregando, en el cambio de mando, con un 68% del total de los hogares, lo que es un gran avance, pero nos falta y me gustaría mencionar dos proyectos que van a generar esta conectividad total: en primer lugar, una súper carretera de fibra óptica (lo que permite el acceso a internet de alta velocidad), doblando la cantidad de fibra óptica que tuvimos a marzo de 2018 cuando asumimos el gobierno; esta es una gran inversión de recursos que ya muestra un 63% de avance y va a permitir conectividad de fibra óptica a 202 de los 345 municipios de nuestro país. En segundo lugar, diseñamos el proyecto 'Última milla regional', donde en cada una de las 16 regiones de nuestro país hemos diseñado y aprobado 11 de estos 16 proyectos para llegar a 1.550 localidades, que de otra manera no tendrían conectividad.

¿Qué lecciones podría modelar el resto de la región?

Hay una muy importante, en relación a la capacidad que hay que tener desde el Estado o desde el gobierno de trabajar con el mundo privado. Son las empresas de servicios de telecomunicaciones las que realizan las inversiones, pero estas necesitan reglas claras y que haya un trabajo público-privado en la resolución de los distintos problemas. La capacidad de diálogo y de estar abiertos siempre a buscar soluciones, de considerar las telecomunicaciones como una política de Estado, más que el sello de un gobierno terminado es algo que a Chile le ha significado consolidar una posición de liderazgo, que estamos demostrando con el despliegue de 5G, como primer país de Latinoamérica que cuenta con esta red a nivel nacional.

De cara al fin de su gestión, ¿qué prevé para los próximos cuatro años en Chile?

Desde el punto de vista de las telecomunicaciones, el hecho de llevar dos años en pandemia nos ha hecho reconocer nuestras fortalezas y debilidades como país; tuvimos una debilidad en la profundidad de nuestras redes de conectividad; cambió el modelo y aumentó el tráfico de datos, lo que en la práctica hizo que los primeros meses tuviésemos muchos problemas, sin embargo, las empresas tuvieron la capacidad de reaccionar frente a la demanda; por eso aumentamos durante el último año en un 12% las conectividades fijas. Espero que en los próximos cuatro años no solo se continúe con los proyectos, sino que se siga fortaleciendo la red de conectividad. Ese es un desafío que el próximo gobierno debe continuar, además de dar reglas claras, y conversar con las distintas compañías de servicios de telecomunicaciones y aplicar la ley, cuando haya que aplicarla, con respecto a la calidad de los servicios de telecomunicaciones.

¿Cómo fue el diálogo entre los sectores público y privado para llevar a término este tipo de negociación?

Principalmente reconocer cuáles son las facultades y los campos de acción tanto del sector público como privado. Somos la entidad reguladora del mercado de las telecomunicaciones en nuestro país y somos capaces, a través del irrestricto cumplimiento de las leyes, de garantizar que las familias reciban un buen servicio de telecomunicaciones. Hoy en Chile, las personas cambian cada 18 meses su celular; eso obedece en la práctica a que hemos creado un ecosistema en el que las personas están muy atentas a los cambios tecnológicos y quieren participar en estos; ¿cómo es posible hacerlo? A través de procesos competitivos como el de 5G y que permitieron que diversas compañías se disputaran con una alta cantidad de recursos y de ingresos para el Estado, el despliegue de esta red, con normas claras desde el punto de vista de los compromisos tecnológicos y generando la obligación de incorporar contraprestaciones sociales en este proceso, dentro del cual establecimos la obligación a las compañías de darle conectividad a 366 localidades del país que no tienen conectividad; también incluimos la obligación de conectar 199 hospitales del país, zonas de salud rural, sistemas de agua potable rural, lo que nos va dar información mediante la sensorización, para tomar mejores decisiones desde el punto de vista del cambio climático y la escasez hídrica en Chile.

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