La injusticia de los votantes con el boricua Carlos Delgado

Aún teniendo grandes números, quedó fuera de la lista de votación para el Salón de la Fama

El nombre de Carlos Delgado no aparecerá más en la boleta de selección de nuevos miembros al Salón de la Fama de las Grandes Ligas.

Alguien diría ‘así es el juego’, pero no; si lo fuera, sería de uno muy sucio y amargo, excluyente al máximo.

Delgado no cometió ningún pecado mientras jugó en las Ligas Mayores.

Fueron 17 años que el de Aguadilla, Puerto Rico, jugó con los Azulejos de Toronto, Marlins de Florida y Mets de Nueva York.

A ver algunos de sus números: promedio al bate de por vida de .280, empujó mil 512 carreras, conectó 473 cuadrangulares, dos mil 38 imparables, y un impresionante OPS de .929.

En diez de sus 17 años en las Grandes Ligas conectó 30 o más jonrones, y por nueve años consecutivos, ese famoso OPS estuvo por encima de los .900.

¿Qué tendría que haber sucedido para que Delgado sobreviviera en su primer año en la papeleta del Salón de la Fama?

¿Se concibe que con estos números solo haya recibido el 3.8% de los votos, sin siquiera acercarse al 5% mínimo para al menos aspirar a estar un año más en la nómina de votaciones?

Un detalle: Jimmie Foxx, Lou Gehrig, Mike Schmidt y Eddie Matthews, todos con un asiento en Cooperstown, tuvieron nueve temporadas o más con 30 o más jonrones. Soslayar a un pelotero como Carlos Delgado, es haber negado su existencia en los registros de las Ligas Mayores, y eso es simplemente un pecado mortal.

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