Messi, el conseguidor del Barcelona

En el FC Barcelona ya nadie discute la dependencia que tiene de su astro, el argentino Lionel Messi, a pesar de contar con un elenco de futbolistas de primer orden mundial, como Xavi, Iniesta, Busquets, Piqué, Valdés o Neymar.

En el Barça, hace años que nadie pone en duda que cuando las cosas se ponen complicadas, Messi acudirá al rescate, porque es el conseguidor de los culés.

Mientras se ha abierto una tenue línea discursiva en el barcelonismo, en este caso desde la misma entidad, acerca de si el Barça ha de renovar nuevamente el contrato del argentino (como así se preguntó el vicepresidente Javier Faus), posiblemente en el entorno azulgrana no exista ni una fisura respecto a la continuidad del que es, ya sin discusión, el jugador más importante y determinante de la historia centenaria del club.

Sus goles -anoche firmó contra el Madrid su 23 triplete- y, sobre todo, su perseverancia y su hambre de títulos le han hecho único en la escena futbolística, donde para el argentino no hay otro objetivo que golear y ganar partidos para recoger trofeos.

Hace unos días que apareció Josep Guardiola diciendo que había abandonado el Barça, entre otras razones, porque no había sabido motivar a sus jugadores o porque sería difícil motivarlos en adelante.

Algunos se dieron por aludidos, dada la temporada que firmaron antes de que el entrenador se marchase de la entidad. Messi, no.

Messi, siempre está motivado, a no ser que una lesión o un mal le debilite lo suficiente para menguar su magia. Messi se ha convertido para la mayoría de los culés en su Rey Mago favorito, el que consigue los regalos que le piden.

Anoche, en la visita al Bernabéu, parecía predestinado que el Barça iba a despedirse de la Liga, que el Madrid abriría una brecha de siete puntos insalvables y que la crisis latente que se respira entre los culés se iba a recrudecer.

Messi creyó lo contrario. Messi ha hecho muy feliz a los culés estos últimos años y ha conseguido que casi todos los fines de semana sea una fiesta para los suyos.

Desde que es el jugador determinante en que se ha convertido, sus actuaciones han arrastrado al éxito a los suyos, y anoche en una nueva actuación memorable, con un nuevo triplete, recolocó a empujones al Barça en una Liga que empezaba a despedir.

Lionel Messi es el emblema del Barça. Nadie discute a estas alturas de la película que el hambre de títulos lleva al argentino a un nivel de exigencia de cuyo resultado su equipo está viviendo los momentos más excelsos de su historia.

Messi marca la diferencia y los goles, y en este apartado aquellos récords que parecían inviolables, están cayendo uno a uno.

Ayer fue otro, el que tenía el legendario Aldredo Di Stéfano como máximo goleador de los clásicos (18 tantos). Ya no lo es, porque su compatriota con un nuevo triplete encabeza esta estadísticas entre los dos más grandes de la Liga, con 21.

También anoche hizo saltar por los aires otro récord, éste mucho más contemporáneo, al tratarse de las hazañas de uno de los delanteros más letales que ha tenido la Liga en los ochenta y noventa, como fue Hugo Sánchez (234 goles en la Liga).

El triplete de Messi (236) ha superado al exmadridista y exatlético. Ahora en el horizonte sólo le queda el gran Telmo Zarra (251 goles). Cuestión de tiempo.

Hace unos días, a otro legendario azulgrana, Paulino Alcántara (369 goles), le fue arrebatado una marca que nadie pensaba que algún día alguien pudiese ni acercarse.

Messi, que marcó hace una semana otro triplete, se puso con 371 como el barcelonista con más goles.

Y la leyenda sigue. Anoche fue en el Bernabéu, donde el argentino acudió al rescate de los suyos, como siempre ha hecho.

Con nueve jornadas para concluir la Liga, además de la Champions, el pichichi momentáneo de Cristiano y la final de la Copa del Rey, el buen estado de forma de Messi hace vislumbrar a los azulgrana que su conseguidor les puede traer muchos regalos antes de que arranque el mundial de Brasil.