Marcelo Bielsa: la locura y el método

Actualizado
  • 30/07/2020 00:00
Creado
  • 30/07/2020 00:00
El retorno del Leeds United a la Premier League, de la mano del brillante entrenador argentino Marcelo 'Loco' Bielsa, llenó los titulares en publicaciones deportivas del mundo entero. Fueron 16 años de ardua travesía en los desiertos de segunda división, hasta lograr el ansiado retorno. La gesta del Leeds tiene un protagonista excluyente. Esta es una ocasión inmejorable para repasar la trayectoria, las anécdotas, los métodos de Bielsa

Puedes amarlo u odiarlo, pero lo que es cierto es que difícilmente Bielsa deja a alguien sumido en la indiferencia. Su pasión fronteriza con lo obsesivo, su actitud de monje ascético, sus brutales niveles de exigencia hacia él mismo y sus colaboradores, la inflexibilidad de sus principios personales, son factores que han contribuido a la hora de construir un mito viviente e impredecible. Obsesivo hasta el extremo, perfeccionista y exigente, Bielsa deja huellas imborrables en sus jugadores. No solo los mejora en el campo, también incide fuera de él. No es que Bielsa sea perfecto, ni muchísimo menos. En su trayectoria hay éxitos insospechados y desastres sorpresivos. Pero el impacto que ha generado en un sinfín de jugadores que estuvieron bajo sus órdenes, no puede ser cuestionado. Tampoco su intensidad contagiosa. Ni mucho menos sus muchos éxitos. Como el más reciente, con el Leeds.

Marcelo Bielsa

Desde que Bielsa puso pies en suelo inglés, generó una expectativa cercana al delirio en una afición sedienta. Por supuesto, sedienta de éxitos, pero también de identidad futbolística y de esperanzas nacidas de opciones reales, y no de delirios exaltados.

El Leeds supo abrazar a Bielsa y el argentino devolvió el abrazo con creces. Si en su primera temporada rozaron el ascenso a la Premier League, en la segunda lo consiguieron con plenos poderes y merecimientos.

Una loca trayectoria

Como tantísimos entrenadores, Bielsa empezó como jugador. Era defensa y no tuvo mucho éxito. Las lesiones y un talento relativo no lo acompañaron. Pero su destino más profundo comenzó a forjarse cuando entró a trabajar a Newell's Old Boys como cazador de jugadores y forjador de nuevos talentos. Son legendarias sus visitas a humildes casas argentinas, en medio de la noche, dispuesto a convencer a padres reticentes de incorporar a sus hijos a la disciplina de su equipo. Sus esfuerzos permitieron conseguir algunos jugadores que se convertirían en leyenda, como Batistuta.

Su éxito formativo le abrió las puertas para dirigir al primer equipo. Con un plantel plagado de jóvenes, Bielsa ganaría el campeonato argentino de la temporada 90-91, venciendo en la final al poderoso Boca Juniors.

El argentino Marcelo Bielsa cuando era entrenador de la selección de Chile

Allí no se apagó el impulso. Con el mismo equipo llegó a la final de la Copa Libertadores 1992, donde perdió por penales con Sao Paulo.

Tuvo un breve e irregular recorrido por el fútbol mexicano y regresó a Argentina para ganar el título, una vez más, en 1998 con Vélez Sarsfield.

De allí vendría el salto a Europa. Dirigió al Espanyol de Barcelona por muy poco tiempo, interrumpido por el llamado irresistible para dirigir la selección argentina.

Su paso por la selección fue contradictorio. Durante las eliminatorias para el Mundial de Corea-Japón, produjo un fútbol potente y eficaz, llegando al campeonato del mundo como uno de los incuestionables favoritos. Entonces, llegó la hecatombe. Argentina fue eliminada en la fase de grupos, pero pese a la debacle, la Federación no prescindió de sus servicios. Dos años después llegó a la final de la Copa América, donde perdió contra Brasil en la tanda de penales. Luego, se haría cargo de la selección olímpica, con la que conquistó la medalla de oro en los juegos de Atenas.

De allí pasaría a dirigir la selección chilena, con la que no ganó ningún título importante, aunque consiguió devolverle el ánimo y la calidad a una selección apagada y errática, llevándola al Mundial de Sudáfrica, donde Chile ganaría su primer partido mundialista después de unos largos 50 años. No pasaron de octavos, pero su juego les permitió ganarse el respeto de la comunidad futbolera del mundo.

Luego vendría el Athletic de Bilbao, equipo con el que forjó una huella extraordinaria y profunda. Un equipo capaz de generar una presión asfixiante, coronada por veloces contragolpes, que se ajustaba a la perfección a la identidad futbolística de los leones.

Después llegó su paso por Francia, marcado por la irregularidad de sus equipos, el Olympique de Marsella y el Lille. Sin embargo, Bielsa supo generar un fútbol atractivo, definido por él mismo con estas características: "Protagonismo, ocupación del campo rival, ataque, equilibrio defensivo, evitar la pérdida del balón antes de que el ataque se concrete, mucha movilidad para facilitar el juego de asociación, de pases ofensivos”.

Bielsa y Guardiola

El entrenador del Manchester City fue siempre un profundo admirador de Bielsa y desde antes de su debut como técnico en el Barça B buscó el modo de conocer y dialogar con el técnico argentino. En 2006 lo consiguió. Guardiola viajó a Argentina y tuvo un encuentro con Bielsa. Fueron 11 horas seguidas de discusión, observación de videos, simulaciones tácticas. A Guardiola lo acompañaba el cineasta David Trueba, que tiempo después revelaría un diálogo ejemplar entre Bielsa y Guardiola. Estaban a punto de despedirse, cuando Bielsa le dijo: “¿Por qué usted, que conoce toda la basura que rodea al mundo del fútbol, aún quiere volver ahí y meterse además a entrenar? ¿Tanto le gusta la sangre?”. Dice Trueba que Guardiola respondió de inmediato: “Es que necesito esa sangre”.

Pocos meses más tarde Guardiola debutaría como entrenador. El resto es historia.

¿Y ahora?

Hoy, Bielsa ha devuelto al Leeds al lugar que le corresponde, la Premier League. Y uno de los mayores alicientes será reeditar sus clásicos y feroces enfrentamientos con el Manchester United. De un modo indirecto, pero con incuestionable peso histórico, esta podría ser la rivalidad con raíces más antiguas en la historia del fútbol. Seguramente oíste hablar de la Guerra de las Rosas. Fueron guerras civiles que enfrentaron a dos linajes que buscaban el control de la corona británica, de modo no muy distinto a Game of Thrones.

Por un lado, combatía la casa de Lancaster (donde se ubica la ciudad de Manchester) representada por una rosa roja, como la camiseta del United. Y en el bando contrario, la casa de York, condado en el que se encuentra la ciudad de Leeds, representada por una rosa blanca, tan blanca como el uniforme del Leeds United. Aunque para ser totalmente honestos, el blanco del Leeds proviene de la admiración que tuvo uno de sus presidentes durante el período más glorioso del Real Madrid, y no del bando de York.

Pero aunque los jugadores y sus hinchas no estén pensando en los legendarios enfrentamientos de las guerras civiles británicas, la ferocidad de los choques entre Leeds y Manchester United parece provenir directamente de las raíces más encarnizadas y violentas de la historia.

Ahora flota en el aire la pregunta inevitable sobre lo qué podría aportar este Leeds a la Premier League. ¿Será acaso uno de esos equipos que asoman la nariz a los lujos del mayor nivel futbolístico de Inglaterra, para volver a despeñarse poco tiempo después en los abismos de segunda? ¿O de la mano de Bielsa el Leeds ha llegado para reclamar su lugar y volver a establecerse como una potencia futbolística en el más alto nivel del fútbol de Inglaterra?

Solo el tiempo sabrá respondernos.

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