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- 24/02/2021 00:00

Hace dos años aproximadamente mientras observaba desde afuera del campo de juego un taller para jugadoras que dictaba una futbolista estadounidense en la cancha del 'Cascarita' Tapia, llamaron mi atención dos chicas que observaban igual, pero que confesaban a un amigo que se habían escapado del colegio para ver la práctica, una de ellas era Andrea Stanziola.
La joven jugadora panameña ha realizado un meritorio recorrido por los equipos femeninos de Costa del Este, CAI, Sporting SM, Universitario y esta temporada lo hará con el Plaza Amador. Igualmente ha integrado las selecciones nacionales sub 15, sub 16, sub 17, sub 20 y recientemente fue convocada a la Selección Mayor para los partidos amistosos jugados contra Guatemala en tierras chapinas.
Con 17 años se le presenta un panorama de oportunidades que pueden contribuir a convertirla en una jugadora de referencia, en un puesto en el campo de juego que demanda un enorme trabajo y sacrificio permanente: volante cinco, traducido a la jerga del fútbol, el jugador muro que antecede la protección defensiva de un equipo.
Realizó sus estudios en los colegios La Salle y Panamerican School, en agosto está encaminada a enrolarse en la Universidad Davis & Elkins, de Estados Unidos, donde aspira a distinguirse como jugadora y estudiante.
Comencé a jugar cuando tenía entre siete u ocho años, motivada por mis hermanos Joseph y Christian, y principalmente por mi papá, Miguel Stanziola. Salíamos a la canchita que hay en la barriada a practicar fútbol y básquetbol, por ellos aprendí, por ellos me gustó, luego mi escuela tenía un equipo de mujeres y jugamos el torneo Adecop. Era lo único que se veía para nosotras, había pocos equipos de deportes para mujeres, pero por suerte mi escuela tenía equipo de fútbol.
Sí, me atrajo más, además la verdad era que allí había más oportunidad, no había equipo en la escuela de otro deporte, no había equipo de baloncesto.

Tengo 17 años y estoy muy orgullosa de lo que he podido lograr, pero quiero seguir luchando por lo que las mujeres nos merecemos, ir a jugar a Estados Unidos para donde voy a irme pronto; quiero lograr algo allá y seguir luchando por el fútbol femenino en Panamá y a nivel mundial. Obviamente, primero pasar mis años de universidad académicamente bien y si se abre una puerta, jugar profesionalmente allá, en España u otro país de Europa.
Voy a estudiar psicología deportiva, quiero irme por ese camino. Si de aquí a cuatro años me interesa otra rama de la psicología, me iré por ella. Ahora me interesa la psicología deportiva.
Sí, la psicología en un jugador me parece súper interesante e importante; antes no se veía así, pienso que importaba más la salud física. Los clubes tienen psicólogos deportivos porque al final la mente juega mucho en un partido, si no estás claro te puede ir mal, la cabeza tiene que ver mucho con el juego, es algo que tienes que mejorar cada vez que puedas, influye en cómo compites y en tu rendimiento.
El apoyo de mis papás ha sido fundamental desde que empecé a jugar fútbol, como dije, mi papá fue el que me enseñó a jugar, siempre salíamos a practicar y no encuentro un día en que no hayan ido a mis partidos o no me hayan llevado a una práctica porque no quisieran. Siempre han estado ahí, me apoyaban, ahora igual. Mi mamá, Melissa Estenoz, al principio no era muy seguidora del fútbol, pero después le fue gustando. Sin su apoyo no hubiese sido posible alcanzar lo que he logrado.
Casi siempre he jugado de volante, me gusta porque es como el corazón del equipo, aunque todas las posiciones son importantes, pero el mediocampo es vital, me gusta esa responsabilidad y el juego en esa parte del campo.
Viajé con la Selección, no fue mi mejor proceso, pero estoy feliz de haber formado parte del equipo, del grupo, y claro la meta de todas es jugar de titular y todos los minutos que se pueda. Está en mis aspiraciones y metas ser titular en ese equipo, cada vez que voy a un equipo está en mi cabeza el propósito de ser titular y ganarme ese puesto.
Me costó, mi rendimiento no fue el mejor, igual estoy feliz de haber formado parte del grupo y de que ganáramos el segundo partido, somos un equipo. Es una experiencia que jamás voy a olvidar por estar al lado de las mejores jugadoras de Panamá y ser parte de ellas. Más allá de que jugué solo 27 minutos y no participé en el segundo partido.
Lo veo posible si se hacen las cosas como se tienen que hacer, una buena planificación, tener bastantes microciclos, prepararse mejor realizando amistosos como los que se tuvieron contra Guatemala, enfrentando a otros rivales. Ya vimos que casi llegamos al Mundial (Francia 2019) cuando perdimos con Jamaica en la tanda de penales, de verdad no lo veo lejos, lo veo posible. El sueño de toda jugadora es jugar en un Mundial, espero que se cumpla.

Me trajo buenas vibras, siento que puede hacer un muy buen trabajo en el fútbol femenino de Panamá y nos insistió: su meta es llegar al Mundial. Y es lo que queremos todas y estamos trabajando para ese objetivo. Ojalá lo logremos bajo su dirección.
Me gusta mucho como juega Julie Ertz, de Estados Unidos; aparte de jugar en mi posición, me gusta su estilo de defender y enviar los pases.
Con Toni Kroos, es un excelente jugador.
Sí, en marzo que debe iniciar el torneo estaré con el Plaza Amador buscando quedar campeonas y pendiente a que me llamen para algún microciclo de la sub-20 o la Selección Mayor.