La próxima brindemos con VAR

Actualizado
  • 04/06/2019 02:06
Creado
  • 04/06/2019 02:06
A la final de la LPF y de la LNA respondieron gratamente una numerosa cifra de aficionados, no dejemos de sorprenderlos en cada ocasión para provocarles siempre su atención. El VAR debería ser un motivo.

F ue emotivo sentir en la final de la Liga Panameña de Fútbol y en la Liga Nacional de Ascenso, que los clubes tienen aún raíces insospechadas para convocar a aficionados que no se manifiestan semanalmente en la taquilla, pero que se identifican interiormente con sus colores por el espacio geográfico y cultural que representan o por el corazón futbolero que inclina su simpatía hacia determinado equipo.

Las irrisorias cifras de asistencia a las jornadas semanales de ambos torneos se superan regularmente con los partidos finales, es tema sabido. Aunque sí hay aspectos particulares en la proyección de las dos finales que se deben analizar y reforzar, para encaminar el crecimiento del fútbol nacional.

En la final del Ascenso entre el Atlético Chiriquí y Leones de América, desde lo futbolístico salió un partido redondo. El perdedor Leones de América dejó la sensación que tiene una propuesta muy interesante como equipo para llegar a la primera, y la vuelta del Atlético Chiriquí a esta categoría es una bocanada de aire fresco para la LPF. Incorpora una afición regionalista, tiene cerca la influencia de un país futbolero en la vecina Costa Rica y el acontecer económico de la provincia, uno de los más altos del país, mira sin que se le conquiste para el fútbol.

Aquí es importante que la Federación interfiera como un agente de apoyo para que con sus influencias facilite al club una mayor y mejor gestión ante las empresas chiricanas que todavía no ven el potencial del fútbol local como un vehículo para la difusión de sus marcas. La expansión regional de la LPF pasa por tener en Chiriquí un representante con aspiraciones tanto en el torneo local como en la liga de la Concacaf.

LPF es hora de acercarse al Var

Por ser una final que citaba por primera vez a dos conjuntos de La Chorrera, históricamente un área con transcendencia en el fútbol nacional, se esperaba que la motivación se tradujera en una buena concurrencia. Superó las expectativas. La presencia de 16,423 personas según el registro estadístico de la Liga, es una cifra más que halagadora a futuro.

Sin embargo, debemos recordar que una final para quienes la presencien en directo como para los que la vean por televisión, debe ser un plato a degustar y repetir. El espectáculo en la cancha debe ser intenso, con muestras de desarrollar y no impedir el buen fútbol. Fue un partido muy cortado, muchas veces con permisividad a jugadores que con la excusa de la garra imponen un fútbol que afea. Tarjetas amarillas que aparecieron cuando ya no importaba.

Teniendo como patrocinadores empresas que son consorcios televisivos y de tecnología de punta, sería interesante que para la próxima final se explorase la posibilidad de la implementación del VAR (Video Assistant Referee) como apoyo arbitral en la final. Promocionaría un evento atractivo desde lo deportivo, como incorporaría un elemento moderno que demostraría que la Liga innova para atraer y mejorar.

La señal parte de un juego… que no quería cambiar

¡AL VAR VAMOS!

Si bien el VAR se contempla para cuatro momentos puntuales: goles, penales, tarjetas rojas, más confusión de identidad, su implementación ha rebasado estos límites actuando también como elemento disuasivo. Tanto el juego brusco como ciertas ‘picardías' han disminuido al sentirse los jugadores observados y registrados en las cámaras que develan su comportamiento. El limitado alcance que puede tener la vista de un árbitro y sus asistentes para un campo amplio y un deporte cada vez más veloz, se han visto beneficiado con esta herramienta. En el actual Mundial Sub-20 ha actuado hasta en infracciones provocadas con mala intención no perceptibles al árbitro.

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