Los antillanos, pioneros en la hípica panameña

Actualizado
  • 14/02/2018 01:00
Creado
  • 14/02/2018 01:00
Fueron estos inmigrantes dueños de esta tradición heredada de los colonizadores ingleses, quienes brindaron el espectáculo en Panamá

Con la celebración de una carrera conmemorativa, la empresa operadora del Hipódromo Presidente Remón rendirá este domingo un merecido reconocimiento a la colonia antillana, pilar fundamental en el desarrollo inicial de esta actividad y en su posterior desenvolvimiento.

Por ello, destacamos el aporte en cuanto al conocimiento y fuerza laboral que jugó un papel preponderante en el hipismo panameño.

La afición por la hípica en Panamá data de finales del siglo XIX, cuando inmigrantes norteamericanos y antillanos llegaron al país para la construcción del ferrocarril transístmico inicialmente, y luego del Canal de Panamá, quienes por tradición inglesa llevaban en sus venas por sapiencia y vocación el fuego sagrado de las carreras de caballos.

En esta etapa participaron varios connotados caballeros de Estados Unidos, e inmigrantes antillanos y de otros países, quienes organizaron las competencias, que empezaron como un pasatiempo.

En cuanto a la colonia antillana, su presencia y participación en la vida hípica fue notoria, ya que la gran mayoría venían de Jamaica, donde se celebraban carreras y sentían gran pasión por esta actividad.

En base a esta experiencia, tenían los conocimientos sobre el trato y el acondicionamiento de los jamelgos para presentarlos en competencia, además de ser una fuente de apoyo, quizás la más importante, porque en su sangre hervía el deseo de apostar unos cuantos pesos a los ejemplares, cosa que no podía decirse de los panameños, que nunca antes habían contemplado un espectáculos de esa naturaleza.

La colonia antillana produjo la fuerza laboral de los establos, desde los humildes peones hasta los entrenadores y los jinetes. Y también suministró el gran volumen de apostadores iniciales que permitieron al hipódromo cubrir gastos desde sus comienzos.

Desde entonces, la influencia de los antillanos y sus descendientes habría de ser decisiva en el desarrollo del hipismo nacional.

FIGURAS DESTACADAS

Entre los más famosos acondicionadores y dueños de caballos están Jim Towey, todo un caballero en el amplio sentido de la palabra; y Henry ‘Takeaway' White, una verdadera ‘catedral' de conocimientos hípicos.

Es bueno recordar también entre los primeros dueños a Mr. John Walker y a Arthur ‘Poquito Poquito' Davis, además de David Barnes, Edward Gittens, un gran sastre y un excelente acondicionador de pencos de carreras; a Charlie Archambeau e Iván Grace, que además fueron jinetes en sus faenas de asistente del juez de partidas con las de dueño y criador de caballos.

Podemos seguir mencionando a ‘Pee Wee' Brown, quien alegaba haber ganado la primera carrera pública que se celebró en Juan Franco y después fue excelente acondicionador; a Doc Brown; Alberto Bloomfield, John Doyle, uno de cuyos hijos fue jinete; a Oscar James, cuyo hijo fue jinete estelar que llegó a ganar seis carreras en una tarde.

OTROS QUE APORTARON

La familia Surgeon, de Bocas del Toro, fue una de las primeras en dedicarse a la cría de caballos.

Los programas de carreras de hoy día todavía lucen algunos nombres de descendientes de aquellos antillanos que vinieron a construir el canal y que ayudaron a fomentar el hipismo en nuestro medio. Otro pionero de la hípica y criador del fina sangre de carrera fue John J. Harrison padre.

En la crónica hípica también tomaron parte importante capacitados e inteligentes descendientes de antillanos como Hugo Wood, Víctor Gray, Chino Williams, Alberto Montilla, David Constable, J.J. Harrison, Conrado Sargeant y muchísimos otros.

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