Los Lakers y la necesidad de regresar al primer plano

Cuando comenzó la temporada 2018-2019 en la NBA, la gran novedad era la llegada de LeBron James a Los Ángeles Lakers.

Uno de los mejores jugadores en la historia de la liga dejaba la franquicia de los Cleveland Cavaliers, después de regalarse un campeonato en la temporada 2016, y cuatro viajes consecutivos a las finales, lamentablemente, para toparse con los Golden State Warriors, que les ganaron tres de esas cuatro series.

James no puede recibir cuestionamiento alguno por su rendimiento individual; ha sido Novato del Año, Jugador Más Valioso de la NBA en cuatro ocasiones, dos medallas de oro olímpicas y todo cuanto podría representarle el estar en la realeza del juego de baloncesto en los Estados Unidos.

MOVIDA ‘CALCULADA'

Después de la temporada 2017-2018, James aceptó un contrato de 154 millones de dólares por 4 temporadas con Los Angeles Lakers; un paso ‘calculado', según el propio jugador.

‘El Rey' veía varias cosas buenas en los Lakers: un plantel con mucha juventud talentosa, un entrenador conocido y una camiseta para la que siempre había querido jugar, por su historia.

TEMPORADA DIFÍCIL

A pesar de los buenos augurios, los Lakers naufragaron en el primer año de LeBron James con el equipo.

Por sexta temporada consecutiva, los colores púrpura y amarillo no se verían en los playoff, mientras que James quedaba fuera de la postemporada por primera vez en 13 jornadas.

‘La renuncia de Magic no cambia lo que siento por los Lakers, es una gran franquicia y claro que me gustaría jugar allí.'

ANTHONY DAVIS,

JUGADOR DE LOS PELICANS.

Los movimientos del gerente de operaciones, Magic Johnson, no impactaron al equipo. Primero, envió a D'Angelo Russell, de 23 años, segundo pique de primera ronda en 2015 a los Brooklyn Nets; luego enviaría al escolta Jordan Clarkson, de 26 años, a los Cavaliers.

Mientras Clarkson promedió 16.8 puntos y solo se perdió un partido con los Cavaliers, Russell también se perdió solo un juego con los Nets, a los que lideró en puntos anotados por partido (21.1), asistencias (7.0) y robos (1.3).

La mala decisión de Johnson le costó renunciar a su puesto con los Lakers, llevándose de paso al entrenador Luke Walton, que no ganó 100 juegos en las tres temporadas en el banquillo del equipo.

Un vistazo a lo que se quedó en Los Ángeles deja ver que el propio LeBron James solo jugó 55 partidos en esta temporada; mientras que por lesiones, Lonzo Ball jugó 47 partidos, Brandon Ingram (52) Josh Hart (67) y Kyle Kuzma (70).

A la vista, los Lakers tendrán que echar mano de los recursos con los que cuentan para atraer a un centro de calidad, y al menos un jugador que aporte ofensiva y defensiva en partes iguales.

Anthony Davis, cuyo posible traspaso de New Orleans a los Lakers se vio frustrado, aún está interesado en jugar para la franquicia angelina; es un canje que podría cuajar en la temporada baja.

Los Lakers necesitan revertir los malos resultados de las últimas temporadas; sin lesiones y tomando buenas decisiones. Ya debe ser materia de análisis.