La Policía Nacional aprehendió al alcalde electo de Pocrí por presunto peculado, tras una investigación relacionada con proyectos no ejecutados del Conades...
- 01/09/2020 00:00
Martín Peterson nació en Panamá, corregimiento de Río Abajo, en 1968, y desde niño se identificó con el deporte y la competencia. “Soñaba con representar a mi país como lo hacían los deportistas de la época, para brindarle a la patria lo mejor de mí”, recuerda. Gracias al esfuerzo de sus padres pudo lograr este objetivo, y además estudió para convertirse en un profesional del deporte.

Siguiendo los pasos de su progenitor, Peterson se inició en tang soo do, arte marcial coreano parecido en algunas técnicas de patadas y movimientos al taekwondo. “A los 17 años logré ganar torneos nacionales en diferentes categorías (infantil y juvenil). En 1986 llegó el taekwondo a nuestro país, en el año 88 fue mi debut en un amistoso realizado en el gimnasio Yuyín Luzcando de Betania, en el 'Torneo de la Amistad entre Panamá vs Usa', donde conseguí empatar con el subcampeón mundial Patric Remark, de Costa de Marfil, quien formaba parte del equipo estadounidense”.
Desde su primer encuentro en esta disciplina, Peterson demostró que era su camino a seguir. Más tarde logró ganar por KO a varios de sus rivales en seis campeonatos nacionales. “Recuerdo que en una oportunidad se me acercó Hong Soon Young con un traductor para felicitarme: 'Veo en ti las futuras medallas para Panamá', y le respondí: 'Gracias, trataré de cumplirlo'. En ese momento, aquellas palabras marcaron mi vida”.
La carrera del panameño está llena de momentos inolvidables. Entre sus logros presume ser ganador en dos ocasiones del título a 'Mejor atleta del año 90 y 95', otorgado por el Comité Olímpico y el Inde (en la actualidad, Instituto Panameño de Deportes). Además, logró la medalla de plata para Panamá en un torneo internacional.

Con respecto a su participación en los Juegos Panamericanos y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, cuenta que durante su salida en busca de una medalla para el istmo, tuvo que atravesar necesidades y penurias. “No contaba con apoyo económico ni tampoco con instalaciones; menos con un equipo multidisciplinario que me respaldara. Los deportistas de los países a los que me tenía que enfrentar sí tenían el apoyo, pero eso nunca me detuvo, al contrario, quería enfrentarme a ellos para demostrarles que era el mejor”, relata Martín, quien agrega que en los JJC y del Caribe en México ganó cinco combates venciendo a Colombia, Puerto Rico, México, Guatemala, y la final la disputó ante Venezuela.
“En ese momento no tenía idea de lo que había logrado hasta que subí al podio para recibir la medalla de oro, mientras escuchaba las notas del himno nacional. En total hice 15 asaltos y terminé con ganas de seguir combatiendo, me sentía fuerte gracias a Dios. Estuvimos allá 15 días con frío y sin ropa adecuada; eso era típico en el trato al deportista panameño”, explica.
En cuanto a los Juegos Panamericanos Argentina en el 95, indica que la situación no cambió en absoluto, “me tuve que trasladar a Cuba para realizar parte de la preparación y así fue como realicé cinco combates. Recuerdo que Eileen Coparropa me apoyó desde las gradas. Terminé agotado y con golpes, pero feliz de lograr otra medalla histórica para mi país”.
Entre tantas anécdotas, el ahora instructor de taekwondo reconoce que pudo obtener cada uno de sus reconocimientos gracias a la disciplina, el carácter, la actitud y el amor a la patria. “Para triunfar en el deporte se requiere combatir con pasión, y tener lo necesario para prepararte desde Panamá, cosa que muchos no tuvimos”.
Con relación al desarrollo del taekwondo en la región, afirma que el deporte avanza significativamente. “Prueba de ello es que el continente americano tiene varios medallistas olímpicos y mundiales en diferentes categorías. Estamos al nivel de Europa y Asia”.
Peterson se muestra optimista sobre el relevo generacional. “El taekwondo ha crecido en diferentes provincias, solo falta seguir trabajando y dando oportunidades de mejoramiento y los medios necesarios a los deportistas. Nos hace falta avanzar mucho en cuanto a ese tema”.
Para mejorar la condición de los atletas locales propone crear los mecanismos necesarios. “Los deportistas deben estar concentrados bajo controles metodológicos de entrenamiento, con un equipo multidisciplinario 24/7 monitoreando cada proceso evolutivo, con gimnasios de entrenamiento y de competencia. También se debe contar con entrenadores calificados, dormitorios, comedores, clínicas, laboratorios deportivos y mucho fogueo internacional”.
“Hay que aportar económicamente a las categorías menores, ya que en nuestros barrios hay muchos niños y jóvenes que, por falta de un gimnasio, entrenador, implementos, alimentos, etc., son captados por bandas delincuenciales a temprana edad y eso disminuye la posibilidad de crecer como país deportivo”, asegura.
Martín describe que su faceta como preparador “es una bendición de Dios”, ya que ha podido llegar a muchos jóvenes por medio del deporte que le apasiona.
“Verlos crecer como atletas, ganar sus primeras competencias, a sus familiares felices, y luego convertirse en profesionales que siguen con el sueño olímpico de Francia 2024, es un orgullo. En mis años de enseñanza logré desarrollar al primer paratleta de taekwondo de nuestro país que participó el año pasado en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019”.
Por otro lado, comparte que en tiempos de pandemia ha tenido que modificar la metodología de enseñanza. “Estoy formando a tres grupos al día, los cinco días de la semana, entre categorías infantiles, cadetes y juveniles, y algunas selecciones nacionales. También he realizado charlas prácticas y teóricas, en estos seis meses de confinamiento”.
Peterson también se refirió a los aportes que desea dejarle a su amada tierra panameña. “En los Juegos Olímpicos de Barcelona en el 92, se me negó la oportunidad de asistir, ganando entonces la medalla de oro el estadounidense Hertz Pérez, a quien seis meses antes había vencido en un panamericano en Bayamón, Puerto Rico; eso fue duro para mi carrera deportiva, pero lo superé y ahora trabajo con un grupo de pupilos bien afilados desde niños, con miras a Francia 2024. Subir al podio a través de ellos y escuchar el himno nacional –por segunda vez en unas olimpiadas–, sería mi legado como técnico a mi Panamá”.