Fe y confianza, claves para Hernán Laguerre en la esgrima

Abrazar un deporte desde muy joven puede ser un camino largo, pero a la vez muy reconfortante.

A Hernán Laguerre, la dedicación a la esgrima le viene de sus genes maternos. “Está en mi sangre. Mi madre y mis tías fueron esgrimistas”, comenta el joven atleta que sueña con llevar el pabellón nacional a los podios internacionales.

Laguerre comenzó a competir localmente a los diez años. En esos primeros años, su madre y sus tías fueron la principal influencia y motivación.

“Era divertido aprender y entrenar con mi familia, después se convirtió en una expresión de mí, en busca de satisfacer el anhelo de representar a Panamá”, apuntó Laguerre.

El muchacho comenzó a crecer en la esgrima. Escogió la modalidad de florete para competir. A los 18 años tiene su primera experiencia competitiva fuera del país.

“Fue en El Salvador en 2019, en un torneo para mayores. Quedé en la décima posición, pero fue algo tan grande, que me motivó a seguir adelante, trabajando más fuerte y continuar mejorando”, contó el esgrimista.

Pandemia y entrenamiento En ese año llegó la pandemia de la covid-19, y el mundo deportivo entró en pausa. Hernán debió adecuarse a las circunstancias para continuar entrenando.

“La pandemia me trajo un reto. Hicimos adecuaciones en mi casa para poder entrenar y no perder el nivel de competencia y todo lo que había podido avanzar. Fue duro, pero conseguí mantener las condiciones de competencia”, apuntó.

Una vez se abrieron las competencias, Laguerre logró situarse como el número dos en el escalafón nacional, reiniciando las participaciones internacionales.

Obtuvo un quinto puesto en la Copa Bicentenario de El Salvador, una de las competencias más importantes en el nivel mayor.

Hernán Laguerre combina el trabajo deportivo con sus estudios universitarios en la Universidad Tecnológica de Panamá, donde cursa la carrera de licenciatura en gestión de la producción industrial.

“La Universidad me ha ayudado, he podido entrenar físicamente en el gimnasio, y en las tardes voy a entrenar en El Cangrejo”, explicó el joven atleta.

También ha recibido el respaldo por parte de la diputada Ana Irene Delgado, exesgrimista y actual vicepresidenta de la Federación Internacional de Esgrima.

“Ana Irene me ha apoyado en todos los sentidos. Ha sido una ayuda fundamental para poder continuar adelante, estoy muy agradecido con su apoyo. Es lo que un dirigente deportivo debe hacer por sus atletas”, señaló Laguerre.

A través de las gestiones de la dirigente internacional se logró el contacto directo con el embajador de Panamá en El Salvador, David Palacios, quien le ha brindado ayuda para seguir adelante en competencias y entrenamiento.

Gracias a esto estará en San Salvador, del 30 de enero al 5 de marzo, en un campamento de entrenamiento, junto con la selección nacional de esgrima, como parte del trabajo previo a su participación en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe que se celebrarán en el mes de junio en la capital salvadoreña.

La fe y la confianza en sí mismo están llevando a Hernán Laguerre por la senda del éxito como atleta, pero además, su preocupación por estudiar una carrera y ser un profesional le encuentra en un momento donde la entrega y el sacrificio se requieren en grado máximo.

“El atleta debe dar siempre la milla extra. Sacrificarse en los entrenamientos da frutos en la competencia, y sacrificarse en los estudios te labra un futuro como profesional”. Con este mensaje, el joven promete llevar su florete a lo más alto por Panamá.