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- 18/08/2011 02:00
- 18/08/2011 02:00
PANAMÁ. Hace 20 años en Michigan, Estados Unidos nace con una sordera congénita Ashley Fiolek, pero esto no fue impedimento para que la hermosa chica se convirtiera en un ejemplo a seguir dentro y fuera de las pistas.
Fiolek, quien inició a los siete años de edad las competencias en el deporte dominado por los hombres, saltó al profesionalismo a sus 18 años (2008), para revolucionar el deporte. ¡Y de que manera!
En el año de su debut profesional ganó los tres campeonatos nacionales de la Asociación de Mujeres del Motocross (por sus siglas en ingles WMA).
Sus hazañas la llevaron a que la escudería Honda Red Bull contratara por primera vez a una mujer en sus filas.
La fémina, que si no fuera por su uniforme rosado y su hermosa cabellera rubia que se asoma fuera de su casco cada vez que va sobre su Honda 250 se confundiera con cualquier piloto masculino por su desempeño sobre las peligrosas pistas, llega a los prestigiosos X Games en el 2009 y logra la medalla de oro. Como si fuera poco repite la hazaña en el 2010 y el pasado mes de mayo pierde su título tras una lesión.
CAMPEONA DE LA VIDA
Ashley no puede ni si quiera escuchar el ruido de su motocicleta, pero pese a este impedimento, nunca dio su brazo a torcer y con la ayuda de su padre luchó por ser una gran campeona.
Junto a su familia se trasladó a San Augustine, Florida para ingresar en la escuela de Florida Para Sordos y Ciegos y es a los tres años que su padre, un amante del motociclismo, le obsequia su primera motocileta donde le enseña las primeras lesiones.
Ashley aprendió a realizar los cambios de la motocicleta a través de las vibraciones del motor y a saber la cercanía de sus rivales por medio de sus sombras.