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- 18/05/2013 02:00
- 18/05/2013 02:00
MADRID. El Atlético de Madrid ganó ayer viernes su décima Copa del Rey al imponerse por 2-1 al vecino Real Madrid en una intensa final que necesitó de una prórroga para declarar al vencedor.
‘Las finales son hermosas’, había proclamado en la previa el técnico argentino Diego Simeone y, pese a la gélida noche primaveral, el técnico del Atlético no se equivocó a tenor de lo visto en el estadio Santiago Bernabéu, donde hubo un choque vibrante en que los atléticos pusieron fin a 17 años de sequía en la copa y 14 sin vencer al eterno rival.
Cristiano Ronaldo avanzó al Madrid a los 14 minutos con un imperial cabezazo, pero una brillante asistencia del colombiano Radamel Falcao permitió a Diego Costa (35) nivelar por el Atlético y el también brasileño Miranda (98) culminó la remontada con otro cabezazo en el tiempo extra, permitiendo que los rojiblancos levantaran la copa por novena ocasión en el Bernabéu.
Simeone, quien desplegó sobre el tapete el mismo once que había anunciado 24 horas antes, le ganó la partida a su colega José Mourinho, quien tensó la cuerda con sus jugadores con polémicas en las últimas semanas y ni siquiera atendió la rueda de prensa previa.
La conquista de la copa significó el tercer título para el técnico argentino desde que fichó por el club en noviembre de 2011, pues suma a la Liga Europa y Supercopa europea logradas con anterioridad.
En su etapa como jugador rojiblanco, ‘El Cholo’ Simeone ya hizo doblete ganando la liga y la Copa en la temporada 1995-96.
Falcao, quien resultó clave en los dos títulos de la campaña anterior, también acumuló su tercera copa, pues ya ganó dos en Portugal con el conjunto del Porto, además de dos ligas y otra Liga Europa.
Mourinho, en cambio, cerró la campaña sin añadir título alguno a la Supercopa de España ganada en agosto.
Podría tratarse del último título del portugués con el Madrid si se cumplen los pronósticos sobre su inminente marcha, cerrando etapa con un discreto balance de una liga, una Copa y una Supercopa en tres temporadas.
Ante el fenomenal ambiente en las gradas, ambos equipos salieron revolucionados, y el primer gol no llegó hasta una vez superada la tormenta inicial, cuando apareció Cristiano como criminal silencioso y cabeceó la red un medido tiro de esquina lanzado por Mesut Oezil.
El salto imponente y testarazo certero del portugués pareció venir precedido de un leve empujón al uruguayo Diego Godín, mero obstáculo del astro en la jugada.
Curiosamente, el equipo de Simeone evidenció encontrarse más a gusto ante el reto de remontar, y pronto encontró un boquete por el flanco izquierdo de la zaga madridista y contó su primera ocasión en un cañonazo lejano de Gabi Fernández.