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- 16/04/2011 02:00
El petróleo es uno de los recursos naturales no renovables más importantes y debido a ello, su extracción y comercialización se encuentra supeditada a una serie de factores políticos, geográficos, económicos e incluso climatológicos (los huracanes recurrentes en la zona del golfo de México), que escapan del control de los gobiernos de países dependientes o no productores, como es el caso de la República de Panamá.
En este sentido, la inestabilidad del Medio Oriente, donde conflictos armados afectan a naciones como Israel, Irak, Kuwait e Irán, por citar algunas, han ocasionado durante los últimos años grandes crisis petroleras, aumentando con ello los precios del barril de crudo, lo que ha traído como consecuencia directa, aunque no en forma inmediata, el alza de los precios de los derivados, como la gasolina y el diesel, afectando los eslabones de las cadenas de producción y el costo de la vida.
Otros factores que han influido de igual forma son: el agotamiento de las reservas de las grandes potencias, el crecimiento de los principales polos económicos del mundo, Estados Unidos y China; la gran demanda de los países europeos y Japón (actualmente afectado por desastres naturales) y de aquellos con mercados emergentes como Brasil e India, así como también la disminución de la producción de la petrolera rusa Yukos, una de las más grandes del mundo y la especulación de las diferentes bolsas bursátiles.
En la actualidad la guerra civil en Libia, las protestas de la población en contra de los regímenes de los países árabes, unido a todo lo anteriormente explicado, ha disparado los precios nuevamente y en lo que respecta a países como el nuestro, estamos supeditados a los vaivenes internacionales y a decisiones externas que son tomadas por los principales actores, entre los que se encuentran la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), los países exportadores no alineados y las grandes potencias económicas.
Dos situaciones internas han contribuido a que en Panamá los precios se hayan incrementado, la más determinante es que no se han encontrado yacimientos de petróleo que permitan su explotación rentable (lo que acarrearía contar con una refinería) y además la demanda nacional no es significativa internacionalmente.
Todo indica que el precio de los hidrocarburos puede ser aún más creciente a largo plazo, por lo que se debe promover el uso del gas natural en las industrias y en la generación de electricidad, al igual que la fuerza hidráulica y eólica, fomentar la utilización de energías alternativas en el transporte y promover la exploración de petróleo y gas de una forma responsable.
Por el lado del consumo nacional, la población debe tomar conciencia de lo que está ocurriendo y aplicar medidas que disminuyan el uso de diesel y gasolina, como lo son, por ejemplo, la utilización de un solo vehículo en aquellos hogares donde hay más de uno y para lo necesario, mantener el motor de los mismos en buenas condiciones, así también como las llantas, tratar de adquirir vehículos con bajo consumo.
En cuanto a la canasta básica, que es uno de los campos en donde más se ha sentido la escala de precios, comprar en los lugares más baratos como las Jumbo Ferias.