Sobre ‘Wikileaks’ e inflación a la panameña

Actualizado
  • 23/05/2011 02:00
Creado
  • 23/05/2011 02:00
PANAMÁ. En las pasadas semanas el país ha estado envuelto por una especie de bruma política a raíz de las revelaciones de Wikileaks. No ...

PANAMÁ. En las pasadas semanas el país ha estado envuelto por una especie de bruma política a raíz de las revelaciones de Wikileaks. No evaluaremos los concomitantes sicológicas o políticos que explican cómo estas ‘personalidades’ acudieron a la Embajada de Estados Unidos en Panamá en busca de una especie de refugio confesionario. Tampoco analizaremos la veracidad o no de las serias implicaciones que se desprenden de la citada fuente.

Lo que sí es un hecho es que la precaria coyuntura acarrea repercusiones económicas que no deben subestimarse.

En lo inmediato el Gobierno distrae su atención y esfuerzos de problemas acuciantes como el alza del costo de la vida y la seguridad que parece estar tomando un segundo aire. Además el mal manejo de las revelaciones puede provocar que se vaya deteriorando a mediano y largo plazo la percepción de la institucionalidad y Gobernabilidad del país.

En esto último han coincidido especialistas y empresarios por igual. Lo más preocupante es que resulta impredecible saber qué otra información emergerá a la opinión pública y más difícil aún resulta predecir las reacciones del Gobierno que hasta ahora ha exhibido respuestas poco efectivas. De hecho la desbordada beligerancia de su campaña publicitaria y la ‘línea’ de los voceros oficiosos por igual han encrespado el ambiente generando más dudas que respuestas y más ansiedad que sosiego.

El hecho es que aun cuando se despejara el velo de la duda que recubre estos escándalos, lo que parece improbable por ahora, el país habrá de enfrentarse igual a la amenaza inminente de un sostenido aumento inflacionario y de un agigantado incremento de la deuda pública (incluyendo los fementidos proyectos ‘llave en mano’ que a la fecha ya suman más de 10 mil millones de dólares).

Y es que cada vez pareciera haber mayor consenso entre economistas e instituciones internacionales de que el Gobierno debe reducir la demanda agregada y domar la presión inflacionista conteniendo el desbalance fiscal.

Y a propósito del tema fiscal, La Estrella del lunes 9 de mayo del corriente recogía información según la cual el Ministro de Economía y Finanzas; Alberto Vallarino parecía advertir que los señalamientos que viene haciendo el Fondo Monetario Internacional sobre el recalentamiento de la economía aplica más bien a otros paises de la región.

Si bien la economía local presenta características ‘sui generis’, igual que cualquier ésta está sujeta a una situación potencial de recalentamiento cuando se da un exceso de demanda. Pero si quedara duda, por esos mismos días un representante del Banco Interamericano de Desarrollo fue específico en señalar la necesidad de que el Gobierno de Panamá redujera el gasto público.

De paso tenemos que suponer que el BID, además de advertir está consiguientemente aplicando una contención de las operaciones de préstamos que se otorgan al país en aras de esa aconsejada prudencia.

En resumen, a nivel de teoría económica la relación positiva que hay entre crecimiento e inflación no es nuevo; lo que sí resulta relativamente nuevo desde hace más o menos un quinquenio es que Panamá ha logrado mejorar considerablemente su ritmo de crecimiento, entre otros gracias a la creciente diversificación y fortalecimiento de su base económica.

En otro artículo se hablará más sobre el tema; pero el caso es que el crecimiento siempre estará asociado a un aumento en la inflación lo que genera a corto plazo un ‘trade off’ entre expansión y precios (es decir a mayor crecimiento mayor inflación y viceversa). De allí que la idea del ‘fine tuning’ o ajuste que aplican los gobiernos consista en logar ese balance vital entre ambas variables.

Panamá, por su bajo crecimiento entre otros factores, se había caracterizado justamente por su estabilidad de precios. Por ende en términos relativos, los agentes económicos locales probablemente tienden a ser más sensibles ahora ante la evolución de los precios. Si esta premisa es cierta, la inflación entonces es un tema de trascendencia política y económica en Panamá.

Otro aspecto, de carácter estructural, que puede estar provocando que el precio que se paga en Panama por el crecimiento en términos de inflación sea alto es la insuficiente oferta de mano de obra calificada lo cual crea una especie de cuello de botella en el mercado laboral.

De hecho, puede presumirse que en general la falta de fluidez de algunos mercados producto de distorsiones y posibles prácticas anti competitivas puede estar siendo un obstáculo para logar que el país goce de mas crecimiento con menos inflación.

Y hablando de mercados imperfectos (donde no hay libre oferta y demanda), un acontecimiento que ha pasado inadvertido es que el Presidente de la Republica, Ricardo Martinelli, durante una reunión con miembros de la CONEP, señaló que tenía indicios de que se estaban dando prácticas no competitivas en la cadena de distribución de alimentos en Panamá.

Sus aseveraciones se basaban aparentemente en cifras de ACODECO, según las cuales se registraba una gran variabilidad de precios entre distintos puntos de distribución del área metropolitana. El deber del Gobierno en todo caso (léase ACODECO) sería actuar de oficio y presentar una demanda formal. En lo personal sentimos que esta acción tendría un efecto multiplicador de mucha mayor monta que eliminar la venta de ‘chances casados’.

Pero hablemos sobre inflación. Las gráficas reflejan la evolución del índice de precios en Panamá cuya tasa de crecimiento parece haber aumentado en meses recientes. Un análisis más cuidadoso nos indicaría que los alimentos, combustible y transporte son los rubros cuyos precios más han crecido y que representan un peso importante como parte del gasto promedio de las personas sobre todo los de menor ingreso.

De allí que una estrategia para combatir la inflación exija intervenir ahora en forma estratégica esos mercados aplicando políticas que refuercen el uso eficiente de los recursos e induzcan mayor competitividad.

T omemos de ejemplo el mercado de combustibles. Ningún estudio demuestra a la fecha que en Panamá los distribuidores actúan de una forma que atente contra la competencia y que por consiguiente los precios del mercado nacional estén significativamente por encima de los del mercado internacional. A la fecha sólo existe un documento elaborado por la antigua CLICAC que formula esta aseveración pero no hay aun un fallo en firme respecto de la demanda.

Aun así se puede modificar la llamada Ley de Hidrocarburos a efectos de estimular una mayor competencia u oferta --sin mermar aspectos fundamentales que aseguran el cumplimiento de normas y estándares internacionales que garanticen la calidad del combustible y la seguridad de las operaciones de distribución.

Por otra parte el actual Presidente de la República ofreció en campaña eliminar o reducir el impuesto a los combustibles. Hoy esta medida estaría más que justificada y debería en todo caso aplicarse sólo el ITBM a la venta de este bien (7%). Tomando como base los precios de la gasolina de 95 Octano a mayo del 2011, y el impuesto de 60 centavos por galón que aplica el Gobierno, ello equivaldría a que el impuesto efectivo que se instrumenta hoy por hoy a ese combustible es de un 15% en promedio, es decir casi dos veces el ITBM.

Se entiende que en el pasado la medida ha sido una fuente de fondos para el Estado pero mantener ese impuesto en un momento crítico como el actual sólo le resta de manera directa competitividad a ese mercado.

Una de las razones que los gobiernos pasado, y el actual, insiste en dejar este tributo es porque el combustible es un bien inelástico, es decir la cantidad que se demanda disminuye poco aun cuando el precio suba mucho (lo cual asegura una recaudación estable y sustancial).

Finalmente el congelamiento total o parcial del precio es una medida que mas temprano que tarde habrá que suspender a fin de reducir el riesgo de desestimular la oferta de combustibles.

En resumen, la inflación es un tema al que el Gobierno panameño pocas veces ha tenido que enfrentarse debido a la estructura y contexto económico en el que había evolucionado el país. Las condiciones han cambiado y si el Gobierno quiere demostrar energía una vía para hacerlo es atacando el tema de manera estructural. No hacerlo le va a acarrear un alto costo político y al país un gran costo económico.

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