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- 02/09/2013 02:00
En general el costo de la canasta básica de alimentos no tiene oportunidad de bajar para los consumidores. Es claro que otros sectores económicos le generan más riqueza y ganancias al país. No obstante a los gobernantes les será difícil calmar el hambre cuando no haya que comer, debido a la falta de producción local.
El sector agropecuario muestra signos de depresión y desánimo en general y es real. Esta siendo atacado y acosado por todos los flancos incluyendo a las instituciones de gobierno. Hay incertidumbre y cada día se produce y se aporta menos al PIB. El Ministerio de Desarrollo Agropecuario hace su papel, pero no es suficiente, el país requiere una política real, clara y franca en apoyo al sector. Una revolución.
Hace poco unos empresarios venezolanos se me acercaron con una lista de productos para exportar de Panamá hacia el Caribe. En la lista habían vegetales y frutas, y mi primera impresión fue reírme. Cómo osan pensar en productos que nisiquiera hay para el mercado local. Estos empresarios querián revender productos panameños sin tener riesgo; es decir, trabajar con el dinero de alguien (productor) que no lo tiene o que se lo debe a alguien. Esa figura de negocio no va. Que no se vistan. Así no es la cosa.
Lo que necesita el sector es la figura de alianzas comerciales, pero reales, no de boca. Cómo así. Aquellos empresarios extranjeros que deseen exportar la producción local al exterior deben dar su aporte a la producción o invertir con dinero, insumos, tecnología en el campo para lograr producir esos alimentos.
Hay casos de éxito donde esas corporaciones invierten en los campos panameños, pues logran alianzas de éxito. Ambos inversionistas y productores logran buenos rendimientos y llegan a mercados del exterior con precios competitivos. Pero solo es posible con las alianzas comerciales ‘correctas’ donde cada parte aporte lo mejor de si con el propósito o bien común.
Hay que tomar las precauciones necesarias con los seguros agropecuarios y con los contratos legales donde ambas partes aseguren sus intereses y patrimonio. Que nadie salga perjudicado en la operación.
La idea no es producir por producir para luego ver quién compra y da cualquier cosa por el esfuerzo y trabajo de meses. Que no cojan los mangos bajos a costilla del productor. Sí quieren llevarse nuestros vegetales y frutas u otros rubros. Tienen que invertir. Los inversionistas extranjeros tienen que poner dinero en el campo y correr el riesgo que les toque. Eso es lo justo. De lo contrario, tendrán que pagar los precios altos por dicho producto, esfuerzo y sacrificio. No a consignación, que nos es más que un robo al productor, pero con un nombre bonito. Es un término que esta dentro de los libros de mercadeo y economía, pero que cada día es más perjudicial para el productor. Se debería eliminar esa figura.
Esta en manos de los gobernantes de turno y los futuros candidatos políticos a realizar y ejecutar una verdadera revolución del campo panameño en pro de contar por muchos años con una soberanía alimentaria para el beneficio de todos los ciudadanos, pues el producto costoso es aquel que no se tiene. Solo así en Panamá se contará con una mayor cantidad de alimentos y mejores precios en los campos y en las mesas. Un pueblo que se alimenta es un pueblo feliz que se educa mejor, y en el futuro puede contribuir aún más a la economía de su patria.
CONSULTOR DE COMERCIO INTERNACIONAL