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- 09/09/2014 02:00
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La Panamá del ‘boom’ es un país de paradojas. En la segunda nación más rica de Latinoamérica, con 13 de los 15 rascacielos más altos de la región y casi dos teléfonos celulares por habitante, 3 de cada 5 ciudadanos son pobres y uno de cada cuatro trabajadores con empleos formales no puede alimentar a su familia porque sus ingresos mensuales están por debajo del costo de la canasta básica.
Su población joven es una bomba de tiempo. El 65% de quienes buscan trabajo en este país tiene menos de 30 años, pero estos jóvenes sólo obtienen uno de cada 28 nuevos empleos estables generados por la economía, y uno de cada cuatro de ellos no estudia ni trabaja (nini).
En contraste, representan el 54% de la población penitenciaria y el 60% de las 70 mil detenciones que efectúan nuestros organismos de seguridad todos los años.
Sólo el 38% de los jóvenes en edad escolar asiste a clases, y si bien el 64% de los estudiantes de clase media y alta, que culmina sus estudios secundarios e ingresa a la universidad antes de cumplir los 25 años, sólo el 5% de los pobres lo hace.
Entre el 2004 y 2009 la economía generó 15,700 plazas de trabajo estable para jóvenes cada año, pero a partir del 2009, son sólo 1,788, mientras que nuestras universidades gradúan a 22 mil profesionales anualmente, y a marzo de 2014, en Panamá habían 210 mil Ninis de 15 a 29 años. Matemática simple: 22 mil + 210 mil no caben en 1,788.
Entre el 2004 y 2007, el 26% de las nuevas plazas de trabajo estables agregadas a la economía benefició a jóvenes, porcentaje que disminuye casi a la mitad (14%) durante los 5 años posteriores (2007-2012), período en el cual el número de pandilleros activos aumentó en 441%, 23 veces más que la expansión del empleo.
Las empresas no están contratando a jóvenes para empleos estables, y éstos tampoco están durando en sus trabajos. La edad promedio del personal contratado en los últimos 5 años (2009-2014) es de 48 años (54 en hombres, 43 en mujeres) y su media de escolaridad 13.3 años aprobados, 2.1 años por encima del nivel de educación de la fuerza laboral panameña en el 2014 (11.2 años). El mercado laboral está demandando madurez y educación.
En la última década el tamaño de la economía se duplicó, pero también se duplicaron los homicidios y robos a mano armada, triplicaron los delitos, quintuplicaron los pandilleros y sextuplicaron los casos de violencia doméstica. Panamá vive los niveles de crecimiento económico, generación de empleo y alienación social más altos de su historia, a la vez.
La situación se agravará. La firma Nathan Associates, en su Informe Final a la Junta Directiva de la ACP en mayo 2012, con respecto al Impacto Económico de la Expansión del Canal, indicó que del 28 y 45% de los nuevos empleos a ser creados en la economía panameña entre el 2013 y 2025, requerirán la importación de mano de obra extranjera, lo cual ya viene sucediendo, y acentuará la exclusión juvenil del ámbito laboral.
Necesitamos reversar la alienación laboral de nuestros jóvenes humildes, creando oportunidades para que puedan generar ingresos dignos y sostenibles, de lo contrario, tendremos pandillerismo y delincuencia ‘para rato’.
ASESOR EMPRESARIAL