¿Por qué emprender?

Actualizado
  • 03/04/2017 02:00
Creado
  • 03/04/2017 02:00
Tener un empleo es el dolor de cabeza para el que lo tiene y para el que no lo tiene. 

‘Déjeme su hoja de vida sobre esa bandeja y le estaremos llamando por cualquier cosa'. La joven, de unos 25 años, lindos ojos café, con semblante triste y cansado, se marchó del lugar. Era viernes de una semana muy dura: había entregado 21 currículos en los últimos 4 días sin ningún resultado visible.

Tener un empleo es el dolor de cabeza para el que lo tiene y para el que no lo tiene. El primero, por no perderlo un día de estos y el segundo, por conseguir uno.

En realidad, las personas no quieren necesariamente un empleo sino una fuente de ingresos, pero para la mayoría el empleo es la única forma que conoce de crear ingresos y más en un país como el nuestro que no valora el instinto emprendedor.

¿Recuerda usted cuando en la escuela el profesor le decía a sus estudiantes (o sea, a usted y a sus compañeros de clase): ‘Cuando vayan a buscar trabajo…', o ‘Cuando su jefe les diga…', entre otras expresiones como estas? Programaban la mente del muchacho para aceptar lo que en unos años debía ser normal: abandonar los sueños de la niñez y la juventud, para ahora de adulto ‘pisar tierra', ser normal e infeliz, trabajando en la construcción del sueño de un empleador.

Así surge ese estado de comodidad que acepta ‘un empleo seguro' como única forma de ganarse la vida y socialmente respetable, que incluye a un jefe que le diga: qué hacer, cómo hacerlo, dónde hacerlo, cuándo descansar y cuánto ganar. Pero algo ocurre en el camino: el 85% de los empleados no se siente feliz de trabajar donde lo hace. Un 15% está realizado o solo conforme.

Por otro lado, salvo en su etapa triunfal luego de muchos años de trabajo duro y disciplinado, el emprendedor es poco apreciado. Los funcionarios del Ministerio de Trabajo y de los medios se refieren a la iniciativa individual de ser su propio empleador, de luchar por un proyecto o un sueño por sí mismo despectivamente como: ‘empleo informal', ‘empleo irregular' y ‘economía informal', entre otros nombres. Para ellos, el ‘establishment local', lo recomendable es que estas mentes libres, estos individuos soñadores dejen su libertad y ‘se regularicen' o sea que entren al redil, a las filas del llamado empleo formal. En un sistema de valoración de emprendedores como el que actualmente se reconoce, personas como: Juan Ramón Poll, el creador del imperio llamado El Machetazo partiendo de un puesto de buhonería; Haralambos Tzanetatos, que empezó con un pequeño negocio de compra y venta de comestibles en 1954 mientras aprendía a hablar español; Fortunato Mangravita que con solo 18 años en 1946 se inicia con un pequeño negocio de venta de carnes, solo para dar un ejemplo de tantos soñadores que empezaron con muy poco para construir verdaderos emporios comerciales, deberían haberse regularizado y buscar un empleo serio. ¿Puede imaginarse a Evangelos Georgios Koumanis mejor conocido como Jimmy o Angelo, dueño de la famosa Parrillada Jimmy y del Restaurante Jimmy, entre otros negocios, a sus 28 años durmiendo en una silla del Parque Urracá en 1967, mientras daba forma a sus sueños?

¿Por qué emprender y cómo hacerlo? El primer problema que debe solucionar una persona para iniciar un emprendimiento es su miedo interior basado en una falacia: la seguridad laboral. La tradición habla de los empleos seguros donde una persona podía tener uno o dos empleos en su vida y era visto como el estado ideal. Hoy eso no existe: si usted no es dueño de la empresa, usted no puede tener un empleo seguro. Hay hijos de los fundadores del negocio, primos, tíos, amigos, recomendados, intereses políticos y nuevas tecnologías que tarde o temprano se quedarán con su fuente de ingresos.

Por otro lado, el emprendedor sabe que no tiene nada seguro, pero lo toma con sentido deportivo, igual que los que van de pesca: nadie les garantiza que la pesca será buena, pero madrugan y se maravillan con las luces del amanecer, disfrutan de una buena conversación, admiran el paisaje y harán su mejor esfuerzo por traer pescados. Si no, se ganó experiencia y la próxima salida será mejor. Alguien dirá: pero, yo no puedo manejar así mi vida, ¿mis compromisos, mis deudas…? La planificación, el estudio del mercado y sus vaivenes, el manejo de sus emociones, entre otros aspectos, disminuirán los riesgos pero no le darán seguridad. Bueno, un empleo tampoco se lo puede dar. Conclusión: tanto el ser empleado como el ser empresario tiene sus riesgos, entonces ¿Qué camino tomar? el de empresario porque puede tener una mayor recompensa. Empiece con algo a tiempo parcial para ganar confianza y experiencia. Por eso hay que emprender.

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