CEPAL: mayor autonomía de las mujeres reduce la desigualdad

Actualizado
  • 04/06/2017 02:01
Creado
  • 04/06/2017 02:01
De acuerdo a la CEPAL, en América Latina, el valor promedio de del Coeficiente Gini es 0.469 (considerando información disponible a 2015)

La desigualdad de la distribución del ingreso se mantiene en América Latina y el Caribe, concluye el último informe de panorama social publicado esta semana por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Para determinar la desigualdad en la región, el organismo internacional acudió a la metodología del coeficiente de Gini. En este método, si el resultado del Coeficiente Gini arroja que es 0, significa que no hay desigualdad, y si el resultado es 1, significa que los niveles de desigualdad son los máximos.

De acuerdo a la CEPAL, en América Latina, el valor promedio de del Coeficiente Gini es 0.469 (considerando información disponible a 2015).

Según estimaciones del organismo regional, en 2015, por cada dólar que recibió un integrante del quintil de menos ingresos de la población, en promedio, los integrantes del quintil de mayores ingresos recibieron $1,220.

GÉNERO

Para la CEPAL, uno de los pilares fundamentales para reducir la desigualdad de los ingresos, es logrando una mayor autonomía económica para las mujeres.

Hay evidencias empíricas suficientes, asegura, de que el aumento de la participación y de los ingresos laborales de las mujeres tienen efectos significativos en la reducción de la pobreza y la desigualdad de ingresos.

Las mujeres tienen menos acceso a los recursos productivos y financieros, los recursos monetarios, la capacitación y el uso de las tecnologías, revela la investigación de la CEPAL.

Por otra parte, debido a su alta carga de trabajo doméstico no remunerado, las mujeres disponen de menos tiempo para su uso personal, lo que atenta contra sus posibilidades de capacitarse y mantener una presencia continua en el mercado laboral.

Sin excepciones, entre los países considerados en el estudio de la CEPAL, las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en los quintiles más bajos de ingresos, específicamente, en los primeros dos o tres quintiles. Las mujeres entre 25 y 59 años de edad, están sobrerrepresentadas en el quintil de menores ingresos, hasta en un 40%, respecto de los hombres, arroja los cálculos del organismo regional.

Esto se debe, añade la evaluación, a que las mujeres suelen recibir ingresos más bajos, a causa de la dificultad para conciliar el trabajo no remunerado en el hogar con la participación en el mercado laboral. Además, porque se desempeñan, por lo general, en ocupaciones asociadas a bajas remuneraciones y suelen estar sobrerrepresentadas en la jefatura de los hogares monoparentales.

Además, el porcentaje de mujeres que recibe un ingreso por su participación en el mercado laboral o en forma de jubilaciones, es considerablemente menor que el de los hombres.

Según los cálculos de la CEPAL, basado en un promedio de 15 países de la región, arroja que, en los hogares del primer quintil de ingreso, el porcentaje de personas que no cuentan con ingresos propios llega a un 44% en el caso de las mujeres y 23% en el caso de los hombres.

En la región, solamente una de cada dos mujeres en edad de trabajar tiene un empleo o lo busca, al mismo tiempo que las mujeres perciben en promedio únicamente el 83.9% del salario que reciben los hombres. Esto tiene una importante incidencia en la desigualdad social si se considera que la principal fuente de ingresos, tanto de los hombres como de las mujeres, son los sueldos y salarios, que alcanzan al 54% del volumen total de sus ingresos personales.

En suma, tanto la sobrerrepresentación de las mujeres en los quintiles de menores ingresos, como una mayor proporción de mujeres sin ingresos propios, principalmente en esos quintiles, redundan en que un conjunto amplio enfrente situaciones de privación e inequidad, evalúa la CEPAL.

DESAFÍOS

Como desafío, la CEPAL postula la necesidad de un nuevo estilo de desarrollo que ponga la igualdad y la sostenibilidad en el centro, y señala la relevancia de disminuir los altos niveles de desigualdad que afectan a los países de América Latina y el Caribe.

La experiencia reciente de los países de la región en sus esfuerzos de reducción de la pobreza, indica que alcanzar ese objetivo solo es posible poniendo el énfasis en el combate a la desigualdad y avanzando hacia su disminución sustantiva, en sus diversas dimensiones e interrelaciones, señala la CEPAL.

En una reciente entrevista con La Estrella de Panamá , la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, dijo que para afrontar el problema de la desigualdad ‘es importante controlar la inflación y apuntalar el empleo'. ‘Es la llave maestra para cerrar las brechas de la desigualdad', apuntó Bárcena.

PANAMÁ

Panamá es el país número 10 del mundo con la peor desigualdad, revela un informe del Banco Mundial. De acuerdo al organismo internacional, los primeros cinco países en el ranking de la desigualdad son africanos, seguidos por cinco naciones latinoamericanas. Los países de América Latina con mayores desigualdades son Honduras, que ocupa la posición 6 del mundo, seguido de Colombia (7), Brasil (8), Guatemala (9) y Panamá (10).

DESIGUALDAD SALARIAL

Las mujeres perciben en promedio únicamente el 83.9% del salario que reciben los hombres. Esto tiene una importante incidencia en la desigualdad social si se considera que la principal fuente de ingresos, tanto de los hombres como de las mujeres, son los sueldos y salarios, que alcanzan al 54% del volumen total de sus ingresos personales.

El reporte del Banco Mundial coincide con los resultados de un reciente estudio elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que concluye que la mala distribución de la riqueza continuó incrementándose en Panamá.

Según el reporte del MEF titulado ‘distribución de ingresos de los hogares', el 10% de las familias más rica de Panamá tenían 37.3 veces más ingresos que el 10% de las familias más pobre del país en 2015. Este nivel de desigualdad es superior a 2014, cuando se encontró que el 10% de la población más rica tenía 33.9 veces más que el 10% de la población más pobre.

El MEF reconoce que en Panamá existe una concentración de ingresos, y concluye que, sin los subsidios que otorga el gobierno nacional a la población más pobre, el rostro de la mala distribución de la riqueza sería peor. ‘Sin las transferencias estatales la desigualdad de los ingresos entre los hogares hubiese sido superior', concluye el MEF en su informe sobre la distribución de la riqueza en Panamá.

Según los cálculos oficiales, sin los subsidios, el coeficiente de concentración de la riqueza se hubiera ubicado en 0.03 puntos en 2015, por encima de 0.49 que finalmente resultó. Esto, última, hubiese significado que el 10% de las familias con mayores riquezas hubieran percibido 55.7 veces más ingresos que el 10% de las familias más pobres, en vez de 37.3 veces, como resultó oficialmente en los cálculos.

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