Tendencias de la salud, guía a las reformas del sistema

Actualizado
  • 23/03/2019 01:00
Creado
  • 23/03/2019 01:00
Reconocer las tendencias son un medio de entendimiento del sistema de salud y su situación, fuente de información fundamental para el establecimiento de planes de acción que potencien las probabilidades de éxito en reformas que tienen como objeto un sistema de salud sostenible

Así como la educación, los sistemas de salud y sus servicios listan entre los principales temas que se debaten en el ámbito internacional con respecto al desarrollo humano. Y es que a pesar de que el gasto en salud aumenta paulatinamente, las cifras revelan que un significativo porcentaje de la población mundial continúa sin tener acceso a una atención médica digna.

En nota publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) sobre la calidad y costo de cuidado se reporta que el gasto mundial de salud representa un 10% del PIB mundial. Dicho porcentaje representativo es atribuible a los países de ingreso bajo y medio alto donde este gasto público reporta un incremento promedio anual de 6% versus un 4% en los países de ingreso elevado.

Las diferencias entre los distintos estratos económicos a nivel de país son un reflejo de que los Estados menos desarrollados requieren de un mayor esfuerzo en lo que a financiamiento de los sistemas respecta, acción que no es objeto de crítica si consideramos que el gasto es una inversión que propicia el desarrollo social que conlleva al bienestar humano que termina siendo promotor de crecimiento económico a nivel de país.

Sin embargo, en diversas jurisdicciones los incrementos de gastos de salud no han dado lugar a ese Estado deseado de bienestar, propiciando que muchos cuestionen la eficacia y eficiencia de los sistemas de salud y sus servicios, por lo cual se hace necesario que se analicen las situaciones actuales y las tendencias regionales como nacionales para identificar las raíces de los retos.

TENDENCIAS EN PANAMÁ

En la actualidad las mayores preocupaciones locales rondan la baja calidad y los altos costos de medicamentos así como de la atención médica. No obstante, consultando diversos indicadores demográficos-socioeconómicos, de salud, de factores de riesgo y del sistema de salud, es posible percatarse que estos problemas vienen siendo resultado de otros temas.

Por ello, lo que debería atenderse en primera instancia es la falta de equidad, las principales causas de mortalidad, la educación en materia de salud, el recurso humano y luego el financiamiento de la salud.

Los indicadores demográficos-socioeconómicos son una ventana a la reflexión sobre las fuentes de desigualdad que caracterizan la sociedad local. Para el período 2018, el índice de pobreza multidimensional alcanzó 19%, reportándose una leve mejora de 0.1% versus 2017 (19,1%), lo cual refleja que un significativo porcentaje de la población continúa viviendo en carencia.

En lo que a los indicadores de salud respecta, las tasas de mortalidad entre el 2016 y 2017 incrementan aproximadamente un 3.1%, cifra que interpretada en conjunto con la tasa de mortalidad general reportada en los Informes de Indicadores Básicos y de Salud emitidos por la OMS (2018) se torna más preocupante.

Para el período 2016 Panamá reportó una tasa de mortalidad de 5.0 por cada 1,000 habitantes la cual incrementó si se compara con el período 2014 (4.6). Si consideramos el incremento de mortalidad 2016-2017 previamente citado, en los próximos reportes nos podríamos encontrar con un incremento general de la tasa de muerte mucho más elevado.

Por otro lado, llama la atención que para los últimos períodos las enfermedades que listan como las principales causas de mortalidad no varían. Entre estas destacan los tumores malignos (16%), enfermedades cerebrovasculares (9%), enfermedades isquémicas del corazón (8%), otras enfermedades isquémicas del corazón (7%) y diabetes mellitus (6%).

En cuanto a los indicadores de factores de riesgo, se revela que tenemos una porción de la población significativamente expuesta a contraer problemas de salud. Las cifras de sobrepeso y obesidad en adultos indican que entre el 56% al 61% de hombres como de mujeres enfrenta este problema; mientras entre el 6% y el 6.5% de la población adulta consume productos nocivos como lo es el tabaco.

En cuanto al consumo de alcohol en adultos (litros/per capita) se reporta 7.9 por arriba de la cifra promedio de 6.9 que marca la región América Latina y El Caribe.

Con respecto a los indicadores de sistema salud, el Recurso Humano médico local es significativamente menor versus el resto de la región. En Panamá por cada 10,000 habitantes tenemos 9.3 médicos y 6.4 enfermeras, ambas cifras muy por debajo de los promedios regionales de 21.7 y 45.7.

En cuanto al gasto nacional de salud como %PIB, Panamá reporta un 4.3% ubicándose por arriba del promedio regional de 3.6%, cifras alineadas con los cocientes de gastos efectuados por los individuos como porcentaje del total de gasto de salud, los cuales representan 30.5% del gasto de salud total siendo este mayor al 28.4% regional.

¿POR QUÉ NO OBSERVAMOS UNA MEJORA?

En base a la situación que reflejan los indicadores citados, podemos notar que el sistema de salud —y por ende, sus servicios— está sujeto a numerosos retos para los cuales los esfuerzos económicos y otras acciones implementadas por diversas administraciones no han servido como paliativo ni para su control.

FICHA

La autora conduce el segmento ‘Su ventana financiera' en @Estrellaonline

Nombre completo: Laritza del Rosario Lezcano Navarro

Ocupación: Consultora Financiera

Resumen de su carrera: Master en Inversiones y Finanzas y Diplomado de Economía y Finanzas de la Universidad Queen Mary University of London. Licenciatura en Contabilidad, Banca y Finanzas de la Universidad Santa María La Antigua de Panamá. Experiencia laboral en auditoría comercial, análisis financiero e implementación de análisis cuantitativo.

Por eso en la actualidad, antes de abordarse temas específicos como los costos de las medicinas, citados constantemente en los reportes de las administraciones del gobierno de turno y aquellas que aspiran al futuro, se debe de iniciar por atender otros retos que emanan de las tendencias de salud, como las citados en esta nota, que podrían considerarse como la raíz de la cual germina la situación en la que se encuentra el sistema.

De estos temas se debe considerar a primera instancia la desigualdad que promueve una barrera para acceder a la atención primaria, pilar en dirección a la inclusión en los sistemas de salud y sus servicios.

Pero la desigualdad de salud no se genera de manera individual, esta en gran parte emana de la desigualdad económica, social y cultural que caracteriza a la sociedad local.

En lo que a desigualdad económica concierne, el coeficiente GINI de 50 nos indica que en Panamá las disparidades económicas persisten. En cuanto a desigualdad social y cultural, tenemos un porcentaje significativo de la población que vive en condiciones de pobreza. Esta última, una condición que limita no solo desde la perspectiva geográfica o locación donde habiten estas personas sino también educativa. De esta manera, se continúa promoviendo entonces la brecha que existe entre los estratos sociales dando lugar a mayor exclusión de una parte de la sociedad.

A partir de estas afirmaciones, se procede a deducir que la debida y deseada reforma en pos de la sostenibilidad del sistema de salud y sus servicios requiere de un análisis holístico que considere las tendencias y situaciones actuales, resultado en parte de un compuesto de factores que enmarcan los aspectos económicos, sociales y culturales, de manera que se propicie un escenario donde se puedan aprovechar las oportunidades y producir beneficios.

De lo contrario, continuaremos siendo testigos de las prácticas convencionales que se enfocan en atender aspectos básicos que secundan la importancia a la disminución de la desigualdad y atención a otros retos. Se debe de considerar que el gasto público solo reduce las desigualdades en el acceso cuando se establece la debida organización que otorga a la población en general una atención primaria de salud.

La salud es uno de los pilares que promueve el desarrollo y crecimiento económico sostenible. Por tanto, si como país buscamos posicionarnos en el ámbito internacional, no es posible continuar ignorando los verdaderos problemas del sistema. Se debe de trabajar en implementar las acciones con potencial resultado a la mejora y en camino a la sostenibilidad.

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