Banco Mundial recorta sus previsiones para ALC en 2024 ¿Cuáles son los países que más crecerán?

Actualizado
  • 14/04/2024 01:00
Creado
  • 13/04/2024 17:38
El BM redujo sus proyecciones de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para la región, de un 2,3% en septiembre de 2023 a 1,6% en marzo de 2024; y sigue teniendo el desempeño más bajo comparado con las economías de otras regiones del mundo

El Banco Mundial revisó a la baja el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe (ALC) y aunque señaló que “la recuperación económica continúa, el crecimiento sigue siendo decepcionante”.

En un nuevo informe, titulado “Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?”, divulgado el 10 de abril, el Banco Mundial proyectó un crecimiento para la región de 1,6%, inferior a las previsiones dadas en septiembre 2023, de 2,3%.

Previsiones por país

Con esta nueva revisión, todo apunta a que ALC seguirá teniendo el desempeño de crecimiento más bajo que las economías de otras regiones del mundo.

Para fines de 2023, el PIB de la región era 7% más alto que en 2019, mientras que era 19% más alto en Asia Oriental y Pacífico y 18% más alto en Asia Meridional “Se prevé que esta tendencia continúe durante 2024, dado que las tasas de crecimiento de ALC siguen estando entre las más bajas del mundo”, estimó el Banco Mundial en su revisión.

Del documento se desprende que durante 2023, el crecimiento en la mayoría de los países de ALC se mantuvo “moderado”, en buena medida debido al débil desempeño de la inversión y el consumo.

En general, se espera que la economía de Argentina tenga un desempeño de -2,8%, Bahamas 2,3%, Barbados 3,7%, Belice 3,5%, Bolivia 1,4%, Brasil 1,7%, Chile 2,0%, Colombia 1,3%, Costa Rica 3,9%, Dominica 4,6%, Ecuador 0,7%, El salvador 2,5%, Granada 4,1%, Guatemala 3,0%, Guyana 34,3%, Haití -1,8%, Honduras 3,4%, Jamaica 2,0%, México 2,3%, Nicaragua 3,7%, Panamá 2,5%, Paraguay 3,8%, Perú 2,7%, República Dominicana 5,1%, San Vincente y las Granadinas 5,0% , Santa Lucía 2,9%, Surinam 3,0% y Uruguay 3,2%. Si todo se da como se prevé, este año Panamá perdería el liderazgo de crecimiento que mantenía por más tres décadas, pero el Gobierno estimó que lo recuperaría en 2025.

Según el organismo, si bien en la mayoría de los países, la recuperación de la pandemia dependió de un fuerte rebote de la demanda interna, del tercer trimestre de 2022 al tercer trimestre de 2023, la inversión y el consumo permanecieron bajos, en parte debido a políticas monetarias más estrictas y mercados laborales poco dinámicos. Para finales del año pasado, indicó, estaba teniendo lugar una recuperación incipiente del consumo en algunas economías, gracias a un aumento de los salarios reales y disminuciones de las tasas de interés. A excepción de México que muestran una expansión vigorosa de la demanda interna.

El documento señala que la debilidad de la demanda interna vino acompañada de un descenso en la demanda de importaciones. Al mismo tiempo, la resiliencia de la economía de Estados Unidos, así como la de China (sostenida por aumentos en el consumo de servicios debido a la reapertura de la economía china y a un nivel resiliente de inversiones en manufacturas y estímulos públicos para la infraestructura), incrementó la demanda de las exportaciones de algunos países, como Brasil y Colombia. A excepción de Argentina, todas las grandes economías de ALC mejoraron su posición externa, aunque algunas siguen registrando déficits de cuenta corriente significativos, apuntó.

Los factores que influyen

En su informe, el Banco Mundial detalló que los factores detrás de estas cifras incluyen bajos niveles de inversión y consumo interno, altas tasas de interés y elevados déficits fiscales, la caída de los precios de las materias primas y la incertidumbre en las perspectivas de socios importantes como Estados Unidos, China, Europa y otros países del G7. Y, advirtió que: un escenario global adverso, marcado por tensiones geopolíticas, interrupciones en el transporte a través del canal de Suez y el fenómeno de El Niño, podría perjudicar aún más las perspectivas regionales.

Al mismo tiempo indicó que el buen manejo de la inflación ha sido un “punto positivo “en la región, reflejo de décadas de reformas macroeconómicas sólidas. La inflación regional, excluyendo Argentina y Venezuela, se sitúa en el 3,5%, frente al 5,7% en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).

En la mayoría de los países, según el Banco Mundial, las expectativas inflacionarias siguen ancladas y se espera que los bancos centrales alcancen sus objetivos en 2024. Y, añadió que: para capitalizar este progreso y reavivar las economías, la región debe abordar desafíos de larga data. “Las reformas en infraestructura, educación y comercio son fundamentales para mejorar la productividad y la integración al mundo. El bajo nivel de crecimiento, de manera sostenida, no es sólo una estadística económica sino una barrera para el desarrollo. Se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad. Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para ayudar a ALC a romper con este ciclo”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para ALC.

Sugieren mejores políticas de competencia como motor del crecimiento

Fomentar la competencia es fundamental para reactivar la economía y recuperar la confianza de los inversores. Cuando la competencia se sustenta en políticas, instituciones y marcos sólidos, se alienta a las empresas a innovar, ser más eficientes y ofrecer avances tecnológicos. Los precios más bajos y la variedad de opciones benefician a los consumidores. Este es un asunto urgente. La región tiene bajos niveles de competencia, lo que socava la innovación y la productividad. Los consumidores también se ven perjudicados al enfrentar costos más altos que el resto del mundo.

El informe analiza las razones detrás de este escenario. El panorama empresarial está concentrado y existe un marcado contraste entre unas pocas grandes empresas que dominan los mercados y numerosas pequeñas empresas. El 70% de los trabajadores son autónomos o trabajan en empresas de menos de 10 empleados, ocupados en su mayor parte en actividades de baja productividad. Además, pese a que muchos países de la región cuentan con agencias y leyes de competencia, su aplicación es débil debido a que muchas agencias carecen de fondos o de personal suficiente. Las firmas poderosas suelen influir en las políticas gubernamentales, lo que reduce la eficacia de las leyes de competencia.

De acuerdo con el organismo, todo esto crea un ciclo en el que un puñado de grandes empresas dominan e influyen en los mercados, y tienen pocos estímulos para innovar. Con bajos incentivos para sobresalir, empresas poco productivas permanecen en el negocio y terminan mal preparadas para competir, sofocando su potencial para impulsar el crecimiento. A la vez que exploran nuevas vías para revitalizar el crecimiento, los países deberían evitar la tentación de limitar la competencia, lo que podría perpetuar el actual ciclo de baja productividad y crecimiento. Para corregir los marcos de competencia y mejorar la posición de los países de la región en el mercado global, el informe sugiere áreas clave de acción, que incluyen: Fortalecer las agencias de competencia; Apoyar las políticas de innovación, Potenciar la capacidad dirigencial.

“A medida retrocede el impacto de la pandemia, las tasas de crecimiento de la región vuelven a los niveles de la década de 2010. Esto muestra que la región no ha abordado los problemas persistentes que bloquean su potencial, incluidos los bajos niveles de educación, infraestructura deficiente y altos costos de inversión, que también alimentan el descontento social”, dijo William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Una agenda que impulse el crecimiento aborda seriamente estas brechas. De lo contrario, la región quedará estancada y no podrá atraer inversiones ni aprovechar nuevas oportunidades, como la relocalización de industrias o la economía baja en carbono. La mejora de los sistemas de competencia debería ser parte de estas estrategias, lo que beneficiaría a los consumidores y las empresas”, puntualizó.

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