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- 12/06/2025 19:15
Desde marzo pasado, Panamá cuenta con la Ley 464, que establece el marco legal para la siembra, cultivo, cosecha, transformación, exportación, almacenamiento, transporte, comercialización, distribución, uso y posesión de semillas de cáñamo; una hierva de uso industrial que pertenece a la especie Cannabis sativa al igual que la marihuana.
No obstante, la normativa todavía no cuenta con la reglamentación y corresponde a los ministerios de Desarrollo Agropecuario, de Comercio e Industrias, de Salud, de Gobierno y el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (Idiap) crearla.
Ayer, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) informó que su viceministro, Francisco Ameglio, se reunió con Jorge Altamirano Duque, embajador de la Latín American Industrial Hemp Association, y Gene Fernando Bisbal, representante de Caribe Hemp, quienes manifestaron su disposición en colaborar en la creación de la reglamentación de la producción y comercialización del cáñamo industrial.
“El cáñamo representa una gran oportunidad para el país. No solo permite diversificar la producción agropecuaria, sino que abre las puertas al desarrollo de una industria sostenible y multifacética. Con esta planta se puede fabricar desde ropa, ladrillos y muebles, hasta vehículos, biocombustibles y viviendas”, afirmó Ameglio.
Ameglio indicó que Panamá, gracias a su plataforma logística como hub regional, puede convertirse en un actor estratégico en la cadena de valor del cáñamo industrial. “Esta es una actividad con potencial para generar empleos y dinamizar las economías rurales”. destacó.
El viceministro anunció que planean trabajar en un plan integral que incluya desde un plan de negocio, financiamiento, aseguramiento agrícola y supervisión.
Adelantó que el proyecto podría presentarse en un plazo no mayor a los seis meses, para que cumpla con las legislaciones nacionales e internacionales, y ofrezca garantías tanto a productores como a inversionistas.
El cáñamo y la marihuana pertenecen a la misma especie, pero la primera tiene una baja concentración de delta-9-THC (sustancia que intoxica temporalmente el ánimo, pensamientos y percepciones de una persona) que a escala industrial es empleada para la fabricación de diversos productos industriales y de consumo, como textiles, materiales de construcción, papel, telas, jabón, alimentos, suplementos alimenticios y cosméticos.