La iniciativa se presenta como una estrategia de alto valor económico y turístico, capaz de posicionarse como producto insignia de la oferta cultural panameña....
- 23/10/2025 00:00
La iniciativa del Casco Peatonal, organizada por la Alcaldía de Panamá el último domingo de cada mes, se consolida como un catalizador económico para el sector gastronómico y cultural, al tiempo que emerge como un producto turístico con potencial de exportación. Sin embargo, su creciente éxito también expone tensiones logísticas y patrimoniales que aún requieren una planificación técnica de largo plazo.
El impacto económico del Casco Peatonal se hace tangible, especialmente en el sector de alimentos, bebidas, ocio y artesanía. Según Karla Duque, directora de Cultura y Turismo de la Alcaldía, los comercios han reportado incrementos en ventas de entre 25% y 50% durante los días del evento, con una incidencia directa en restaurantes, bares, cafeterías y pequeños comerciantes.
Este alivio resulta crucial en un contexto donde la industria de entretenimiento ha registrado una caída del 40% en facturación durante el primer semestre de 2025, según Aramis Cornejo, representante de la Asociación de Restaurantes, Bares y Discotecas. Cornejo destaca que eventos como este representan una inyección de liquidez inmediata para un sector altamente golpeado.
Desde el sector hotelero, Jaime Fernando Pons, directivo de la Asociación Panameña de Hoteles (Apatel), reconoce que el Casco Peatonal genera mayor afluencia de panameños residentes en el extranjero y turistas en tránsito, lo que impulsa el consumo general. No obstante, aclara que “aún no se cuenta con una medición precisa del impacto en la ocupación hotelera, lo cual será clave para escalar el proyecto con base en datos”.
Sobre este punto, Duque explicó que el impacto generado por Casco Peatonal se mide mediante encuestas, monitoreo de ventas y análisis de ocupación hotelera, como parte de un esfuerzo por comprender cómo cada edición incide en el movimiento económico, turístico y social del área.
Gremios como Apatel y la Asociación de Restaurantes, Bares y Discotecas coinciden en que el Casco Peatonal puede convertirse en un producto turístico ancla, replicable en otras zonas como Panamá Viejo, Amador o la Cinta Costera, con el objetivo de construir experiencias que destaquen la identidad panameña.
Ana Victoria Pinzón, directora de mercadeo de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), adelantó que como participan activos de la iniciativa, ya trabajan con touroperadores para incluir el evento en ofertas turísticas como “Tripea lo Tuyo”, lo que permitiría capitalizar los 50.000 pasajeros diarios que transitan por el Aeropuerto Internacional de Tocumen.
Apatel sugiere que el rol de la ATP y Promtur debería ir más allá de la promoción y asumir un liderazgo estratégico para convertir el Casco Peatonal en un mega evento mensual que motive estadías prolongadas y mayor gasto turístico, replicando modelos exitosos como Los Premios Juventud.
A pesar de su popularidad, el Casco Peatonal enfrenta tensiones crecientes relacionadas con la logística, la movilidad, la seguridad y la conservación del patrimonio histórico, que amenazan con socavar su propio éxito si no son abordadas con una estrategia integral.
Esther Marina Sánchez, presidenta de la Asociación de Moradores de San Felipe, denunció que el uso excesivo de sonido durante los eventos ha provocado efectos físicos sobre estructuras históricas. La petición es clara: establecer límites estrictos de decibeles para proteger el Patrimonio de la Humanidad.
“No está mal la promoción que hacen, pero hay que tener más cuidado y control con el sonido y la cantidad de personas que llegan. Los monumentos son de todos, no son solamente de la gente que vive en el Casco Antiguo, sino del mundo”, mencionó Sánchez.
Asimismo, Fernando Díaz Jaramillo, director ejecutivo de la Coalición Comunitaria del Centro Histórico, recordó que ya existen precedentes de colapsos estructurales debido a vibraciones. En su opinión, los eventos masivos actuales son incompatibles con la fragilidad del entorno arquitectónico, y requieren un rediseño técnico que respete su singularidad patrimonial.
Desde la Alcaldía, Duque sostuvo que se han tomado medidas correctivas como la reorganización de horarios y el control de sonido, buscando mantener un balance entre el disfrute del evento y la tranquilidad de los residentes. No obstante, voces comunitarias insisten en que las soluciones deben escalarse y formalizarse dentro de una planificación urbana más robusta.
El éxito del evento también ha desatado preocupaciones sobre seguridad, desorden y venta informal, lo que podría poner en riesgo tanto la experiencia del visitante como el impacto económico para los comercios establecidos.
“La seguridad, la venta informal de alimentos y permitir el acceso de coolers afectarían lo que buscamos: un consumo ordenado dentro de los locales que ya están en la zona”, enfatizó el representante de la Asociación de Restaurantes, Bares y Discotecas.
Díaz advierte que la actual lógica de “cierre de calles” no es suficiente para sostener un proyecto de esta magnitud. “Un evento tiene unas características; una decisión de movilidad, otras cosas”, afirmó, subrayando la necesidad de una planificación integrada que contemple parqueos disuasorios como el de Puerta Sur, rutas de acceso peatonal y señalización clara.
“La movilidad en el Casco Antiguo es un tema muy complejo y técnico; de ella depende no solo la comodidad de todos aquellos que residen, sino también la seguridad de quienes nos visitan, sean nacionales o extranjeros”, recalcó el director ejecutivo de la Coalición Comunitaria del Centro Histórico.
La Alcaldía, por su parte, confirmó que se implementará un vallado de seguridad con apoyo de varias instituciones, y se prohibirá el ingreso de coolers, envases de vidrio y la venta informal de licor, así como la presencia de vendedores ambulantes no autorizados.
Aunque todos los sectores coinciden en el valor del Casco Peatonal como una experiencia positiva, también coinciden en que no debe confundirse con una verdadera política de peatonalización urbana, la cual requiere inversión, gobernanza técnica y planificación a largo plazo.
Duque afirmó que la retroalimentación ciudadana —de residentes, comerciantes y visitantes— es constante, y que se busca minimizar impactos negativos mientras se perfecciona el modelo. Desde la ATP se insiste en que el evento debe evolucionar hacia una experiencia que conecte culturalmente al visitante con la identidad panameña, más allá de lo lúdico o festivo.
Para los distintos voceros consultados, el Casco Peatonal es una iniciativa con alto valor económico y turístico, capaz de posicionarse como producto insignia de la oferta cultural panameña. Pero su consolidación como evento sostenible requiere algo más que entusiasmo y participación: demanda un equilibrio entre dinamismo comercial, conservación patrimonial y orden urbano, sustentado en una gestión técnica rigurosa.
Advirtieron que, sin este enfoque estratégico, el éxito momentáneo podría transformarse en un factor de desgaste para un patrimonio invaluable y una comunidad que exige respeto por su entorno.