La crisis laboral tiene 'rostro joven'

Actualizado
  • 22/09/2023 00:00
Creado
  • 22/09/2023 00:00
Casi una cuarta parte de los jóvenes del mundo es nini. Los retrasos en recuperación se concentran en las economías en desarrollo. Una reseña que se presentará a partir de este 18 de septiembre propone acciones
En Centroamérica, uno de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 24 años no está en la escuela ni trabaja.

Un análisis realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluye que “el mundo está muy lejos de alcanzar casi dos tercios de los indicadores de progreso del ODS 8 (Objetivos de Desarrollo Sostenible)”.

El ODS 8 tiene como objetivo “Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos”. Pero después de la pandemia de la covid-19 las posibilidades de alcanzar las metas laborales se están frenando, especialmente para los jóvenes.

La reseña sobre políticas de desarrollo sostenible, trabajo decente y justicia social: Una actualización sobre el progreso hacia el ODS, se presenta desde el 18 de septiembre en la semana de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en Nueva York.

El trabajo recomienda acciones para mejorar las posibilidades de cumplimiento de las 12 metas, entre ellas, en relación con la protección social y laboral, el empleo y la informalidad, el empleo juvenil y la igualdad de género.

En tiempos de crisis los jóvenes sufren de manera desproporcionada y se recuperan más lentamente que otros grupos de edad.
Desempleo juvenil

Según los últimos datos [2022] de la OIT, los jóvenes de 15 a 24 años representaban alrededor del 21% de la población total en edad de trabajar, pero constituían menos del 13% del total de personas empleadas. Las cifras de desempleo son aún más crudas. El 33% del total de desempleados era jóvenes.

“Los mercados laborales para los jóvenes se han recuperado, pero no en todas partes. A nivel mundial, la recuperación total de los mercados laborales juveniles tras la crisis de la covid-19 aún no es evidente”, arroja un reciente informe de la OIT titulado '¿Se ha recuperado el empleo juvenil?' y que analiza la situación de los mercados laborales juveniles por la agitación provocada por la crisis de la covid-19.

En 2022, casi una cuarta parte de los jóvenes del mundo no estudiaba, trabajaba ni recibía formación. Esto supone más de medio punto porcentual por encima del nivel anterior a la covid-19, y equivale a unos 289 millones de jóvenes, señaló en un ensayo el analista de la Subdivisión de Empleo, Mercados de Trabajo y Juventud (Emplab), Departamento de Empleo, Dibyaudh Das.

De acuerdo con el documento de la OIT, la proporción de jóvenes que estaban empleados en todo el mundo en 2022 fue del 34,5%, es decir 0,7 puntos porcentuales por debajo del ratio de 2019. La cantidad de jóvenes que no estaban empleados ni estudiaban ni recibían formación (ninis) seguía siendo elevada, en 0,6 puntos porcentuales en comparación con el período anterior a la crisis.

Los retrasos en recuperación se concentran en las economías en desarrollo. En las economías de altos ingresos, los mercados laborales juveniles han vuelto a “encarrilarse”, con una proporción de empleo del 40,5% en 2022, un 49,1% de jóvenes en educación y una proporción de jóvenes ninis de solo el 10,4%.

En cambio, en los grupos de economías de ingresos bajos y medios, la proporción de jóvenes ninis se mantuvo elevada con respecto a la proporción anterior a la crisis, mientras que la proporción de empleo se mantuvo más baja. La recuperación más prolongada y limitada de los jóvenes en el mercado laboral es más evidente en las economías de bajos ingresos, cuya proporción de jóvenes ninis fue 1 punto porcentual mayor (un 27,7%) en 2022 con respecto a 2019.

El informe alerta que las mujeres jóvenes tienen aún más probabilidades de ser ninis que los hombres jóvenes, a pesar de que las tasas se han reducido en los últimos 16 años. La tasa de ninis de mujeres jóvenes sigue siendo más del doble que la de los hombres (32% y 15%, respectivamente, en 2022), en gran medida por las “desigualdades de género”.

Las regiones que se destacan como aún no proyectadas para mostrar un alivio de las dificultades para los jóvenes en el mercado laboral son: Estados árabes, Asia oriental, África subsahariana y, en menor medida, el sur. Asia (y Asia central y occidental solo para mujeres jóvenes). En estas regiones, las tasas de desempleo juvenil se han mantenido elevadas durante el período posterior a la crisis 2022-2023, especialmente para las mujeres jóvenes. La relación empleo-población se mantuvo por debajo del promedio anterior a la crisis. Las tasas récord de desempleo juvenil en China (que alcanzaron el 20,4% en abril de 2023) son un factor importante detrás de las tendencias en Asia oriental.

El reciente Monitor de la OIT sobre el Mundo del Trabajo advierte que situaciones de crisis múltiples (“policrisis”), a las que se enfrenta el mundo, como el cambio climático, los conflictos y la elevada inflación a escala mundial, y que se siguen viendo actualmente, están frenando la recuperación del mercado laboral en los países de ingresos bajos y medios.

Y añadió que mientras algunos países en desarrollo luchan por “recuperarse” en el contexto de fragilidad macroeconómica con alta inflación, altas tasas de interés y un riesgo creciente de sobreendeudamiento, las perspectivas para el empleo juvenil y las transiciones productivas del mercado laboral siguen siendo nubladas. En las economías avanzadas, por otro lado, en condiciones de escasez de mano de obra, los mercados laborales han mostrado una mayor resiliencia.

Los jóvenes también tienen más probabilidades de ocupar “malos” puestos de trabajo y el doble de probabilidades que los trabajadores adultos de vivir en la pobreza extrema, es decir, con menos de 1,90 dólar al día en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA). Peor aún, también tienen muchas más probabilidades de tener un empleo informal, con escasa o nula protección social. Según los últimos datos disponibles, la tasa de informalidad juvenil era del 78% en 2021, frente al 58% de los adultos.

Además, en tiempos de crisis, dijo Das, los jóvenes sufren de manera desproporcionada y se recuperan más lentamente que otros grupos de edad. Lo vimos durante la crisis de covid-19 y lo seguimos viendo durante la actual “policrisis”.

“El trabajo decente para todos solo puede lograrse mediante un enfoque coherente que reúna las políticas macroeconómicas, sectoriales, de capacitación y sociales en un único marco, basado en el diálogo entre los gobiernos y los representantes de los empresarios y los trabajadores. Es necesario reforzar las instituciones del mercado laboral para facilitar las transiciones hacia y dentro de los mercados laborales”, expuso Das.

La verdadera 'crisis' laboral apenas empieza: ¿Cuál es el panorama de Panamá?

Según cifras del Banco Mundial, en todo el mundo en promedio casi uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años está desempleado. Y en Centroamérica uno de cada cuatro jóvenes entre 15 y 24 años no está en la escuela ni trabajando. Los promedios más altos los tienen Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Panamá, mientras que la proporción más baja es la de Costa Rica.

En Panamá, entre 2017 y 2022, el número de ninis de 15 a 29 años subió en 56%. Hoy los jóvenes en esa franja de edad son 24% de los trabajadores y 54% de los desempleados del país. Y de cada 100 de ellos, 44 trabajan, 29 estudian y 27 son ninis.

Pero, “la verdadera 'crisis' laboral apenas empieza. El futuro del empleo ya llegó. Lo que estamos viendo en materia de precarización laboral y desempleo juvenil es solo 'la tarjeta de presentación' de lo que viene”, advirtió el consultor laboral René Quevedo.

El Mitradel pasó de tramitar 445.000 nuevos contratos laborales en 2017 a 240.000 en 2022. La economía perdió 205.000 contratos en 5 años, al tiempo que pasamos de generar unos 1.900 informales por mes (2017) a más de 10.000 en 2022, los ninis de 15 a 29 años aumentaron en 56% y la informalidad laboral creció de 40,8% a 48,2%.

La población económicamente activa creció en 147.000 personas. Se redujo la oferta (-205.000 plazas) y aumentó la demanda (+147.000), creando un déficit de 352.000 personas que quieren trabajar y no encuentran empleo digno.

La pandemia agravó la “hostilidad” del entorno laboral hacia los jóvenes, dijo Quevedo. Entre 2020 y 2021 la empresa privada perdió 407.000 empleos formales, 47% de los que había a agosto de 2019.

Sin embargo, a pesar de que el 40% de la expansión del empleo entre octubre 2021 y abril 2022 benefició a jóvenes entre 15 y 29 años, entre 2017 y 2022 la economía generó 60.514 nuevos empleos (todos informales), pero solo 1.294 fueron de jóvenes. Es decir, en esos cinco años, y superada la pandemia, solo uno de cada 50 nuevos empleos benefició a jóvenes menores de 15 años, según Quevedo.

Ya el producto interno bruto (PIB) y el empleo (población ocupada) superan las cifras prepandemia, pero el número de informales en la economía no se conocerá hasta el 30 de octubre de 2023, cuando el Inec publique el Informe de Situación de la Población Ocupada a agosto 2023.

No obstante, según el mismo Inex, entre enero y junio de 2019, Mitradel tramitó 34.200 nuevos contratos laborales por mes, y se incorporaron a la economía 3.079 nuevos informales mensualmente.

Para el mismo período de 2023 la entidad tramita 24.000 nuevos contratos mensuales (75% temporales) y la economía genera 10.008 nuevos informales por mes (cifra 2022). “Nuestra crisis laboral no es de empleo, sino de confianza. Urge crear confianza en el clima para inversión privada en el país. Sin inversión privada seguiremos generando informales, y nuestros jóvenes seguirán siendo las principales víctimas, condenados a una vida de informalidad y temporalidad laboral”, apuntó Quevedo.

Los jóvenes (15 a 29 años) son hoy 24% de los trabajadores y 54% de los desempleados del país. La crisis laboral tiene “rostro joven”, aseveró Quevedo.

Lamentablemente, añadió, no se conocerán nuevas cifras oficiales del mercado laboral hasta el 30 de octubre (la más reciente es de abril 2022). Aunque “estimo que cambiarán las cifras, pero no las tendencias”, proyectó.

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