El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 18/04/2024 23:00
- 18/04/2024 16:48
La pérdida del grado de inversión se suma a una serie de choques negativos, que estarían golpeando el crecimiento económico de Panamá, como ya lo está haciendo el fenómeno de El Niño, la crisis hídrica del Canal, la migración, la incertidumbre del cambio de gobierno y las políticas que la nueva administración tendrá después de las elecciones del 5 de mayo, así lo aseguró Ernesto Revilla, economista jefe de América Latina en Citi, en una entrevista con este medio, como parte de una visita reciente que hizo a Panamá.
“Ahora hay mayor atención por parte del mercado internacional, porque Panamá se halla en una encrucijada en la que hay focos amarillos sobre ciertos temas, en los que las calificadoras internacionales ya pusieron atención, específicamente en el tema fiscal”, afirmó el economista.
Revilla, quien también ha trabajado con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, hizo referencia a la decisión que tomó la agencia calificadora Fitch Ratings de rebajar la nota de Panamá y quitarle el grado de inversión, tras el cierre de la mina de cobre y el incremento de la deuda.
En concreto, la calificadora degradó la calificación de incumplimiento de emisor en moneda extranjera a largo plazo de Panamá a “BB+” desde “BBB-”, con perspectiva “estable”. Un “BB+” de grado especulativo de Fitch Ratings denota un “posible riesgo de incumplimiento, vulnerable a las condiciones económicas”.
Aunque el país puede tener oportunidades de hacer ajustes y retomar las sendas del crecimiento sostenido y de finanzas públicas sustentables, el economista, sin embargo, aclaró que ahora el país enfrenta un nivel de incertidumbre mayor al que se había visto en otras ocasiones, que “con justa razón hace que el mercado internacional ponga mayor atención sobre Panamá”.
Mencionó que Panamá, en términos del precio de sus bonos y activos, ya se comporta como un país que desafortunadamente bajó su calificación crediticia.
Señaló que aunque la decisión no se ha dado todavía de manera formal, el mercado internacional ya reaccionó porque la reducción del grado de inversión en nivel de cómo están los precios de los bonos, les da una idea de qué es lo que va a suceder.
“Nosotros no creemos que el destino ya está marcado. Creemos que aún existe la posibilidad de cambiar la trayectoria, pero el mercado ya ha reaccionado con un ajuste que requiere un mayor costo de financiamiento en Panamá de lo que era antes y a nosotros nos parece que todo es una llamada de atención para recordar que la confianza toma mucho tiempo para ganarse y se puede perder rápidamente, y que los fundamentos fiscales requieren atención constante y comunicación con el mercado”, subrayó Revilla.
“Me parece que ese es el mensaje que el mercado internacional y las calificadoras le han dado a Panamá, de que es importante mantener una comunicación muy estrecha con el mercado, sobre todo en tiempos en que hay muchos ajustes y variables que están cambiando en estos momentos”, añadió.
Con la pérdida del grado de inversión para Panamá, el término de “ángel caído” comienza a tomar fuerza porque se hace referencia a aquel país que tuvo un grado de inversión y lo perdió. En la región, los ejemplos más cercanos son Brasil y Colombia.
Según el economista, hay dos lecciones para Panamá sobre este tema. La primera y la más importante es evitar ser un “ángel caído” porque algunos creen que deberían pasar entre seis a siete años para recuperar el estatus de grado de inversión. Contó, por ejemplo, que Brasil y Colombia todavía no se han podido recuperar de ello.
Otra lección que se ha visto, dijo, es que después de la primera bajada de calificación, como ya sucedió con la calificadora Fitch para Panamá, la siguiente suele pasar en un lapso de alrededor de seis a siete meses. El economista cree que después de las elecciones del 5 de mayo, “curiosamente Panamá tiene una extraordinaria oportunidad con la nueva administración para mostrarle al mercado internacional, a las calificadoras y al público en general, que hará lo que sea necesario para mantener la fortaleza de las finanzas públicas y el grado de inversión”.
Insistió en que el país todavía tiene una oportunidad de recaudar fondos, ya que el mercado está atento a ver qué pasa con las elecciones y las propuestas del próximo gobierno. Lo primero y más importante, según Revilla, es que se perciba desde el sector público, el mercado internacional y las calificadoras de riesgos, que hay un consenso social y público de que las finanzas responsables sí son importantes, independientemente del partido que esté en el poder o de la composición de la Asamblea.
En detalle, explicó que es relevante mostrar que el país está dispuesto hacer un esfuerzo para mejorar la calidad y el nivel de sus ingresos públicos, también para seguir ajustando el gasto público para que sea eficiente, responsable, y que se convierta en un importante retorno para los contribuyentes.
“Eso es lo que en general las calificadoras y los mercados internacionales están esperando de un país: que pueda mostrar que será responsable en el mediano y largo plazo para satisfacer sus necesidades, pero de una manera en la que no cause mayores problemas en el tiempo”, subrayó.
No estar en listas discriminatorias, ser una economía abierta al mundo, contar con un sistema financiero sólido y desarrollado; así como tener infraestructuras logísticas como puertos y un Canal son ventajas que todavía tiene Panamá, destacó Revilla, quien aclaró que esos temas ya no son una sorpresa.
“La sorpresa debería venir por el lado fiscal, según mi opinión. Una de las principales prioridades que debe tener la próxima administración es cómo va a atender el tema fiscal y la seguridad social, porque eso puede cambiar la narrativa a corto plazo, ya que el resto de la narrativa es buena y ya el mercado internacional la conoce, y ahora lo que se está evaluando es hacia dónde va a llegar el nivel de la deuda pública y si se puede estabilizar o reducir en el futuro”, concluyó el economista.