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Exportaciones panameñas desafían la guerra comercial y buscan ganar terreno internacional

- 06/05/2025 01:00
La actual presión comercial del Gobierno de Estados Unidos al imponer un arancel adicional del 10 % a las importaciones provenientes de Panamá, podría convertirse en un catalizador para fortalecer el tejido productivo panameño y reposicionar al país en el comercio mundial.
Líderes del sector privado coinciden en que el panorama actual, aunque desafiante, también abre nuevas puertas. El hub logístico panameño, el Canal, las zonas francas y el sistema financiero podrían salir fortalecidos si se implementa una estrategia efectiva de diversificación y expansión de mercados.
Recientemente, el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, convocó a representantes del sector privado para trazar una estrategia nacional unificada. “No estamos en una fase desfavorable, sino todo lo contrario”, afirmó, destacando la ventaja competitiva de Panamá gracias a su ubicación estratégica y plataforma logística.
Según Juan Arias, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap), el país exporta anualmente cerca de 180 millones de dólares a EE.UU., principalmente en banano, pescado y mariscos, seguidos por azúcar y otros productos.
Estos rubros representan más del 50 % del total exportado. Aunque el arancel del 10 % impacta directamente, Panamá podría posicionarse como alternativa competitiva frente a países con aranceles más altos, gracias a sus costos más accesibles.
La mejor apuesta es potenciar el hub logístico panameño como un punto estratégico para empresas que buscan reexportar hacia América. Aunque no se eliminan los aranceles impuestos por Estados Unidos, el país puede atraer inversión extranjera interesada en reducir costos logísticos y maximizar rutas comerciales, resaltó Severo Sousa, expresidente de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón y expresidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep).
La preocupación por una crisis inflacionaria es legítima. Sousa advierte de que el incremento arancelario afectará directamente a los consumidores estadounidenses, mientras que en Panamá podría generarse una inflación indirecta debido a la devaluación del dólar en otras regiones, encareciendo productos importados e insumos clave para la producción local.
El economista Raúl Moreira advierte de que en una guerra comercial “nadie gana”. Propone que Panamá busque alianzas estratégicas con bloques regionales como el Mercosur, que le otorgan mayor poder de negociación y permitan redirigir exportaciones hacia otros mercados.
Moreira alertó sobre el impacto en los más humildes, “los importadores pasan el incremento a las empresas y estas se lo pasan a los consumidores, quienes al final pagan por el aumento de los aranceles a través de los bienes y servicios dentro de la economía”.
A pesar de la incertidumbre, Adolfo Linares, expresidente de la Cciap, destaca que Panamá aún se encuentra en una posición comparativamente ventajosa: enfrenta un arancel del 10 %, mientras que otros países deben lidiar con tarifas del 25 % al 35 %. Este margen podría ser clave para atraer nuevos negocios durante este periodo de reajuste global.
Aunque el nuevo escenario arancelario impone desafíos inmediatos, también representa una oportunidad única para que Panamá se reinvente como líder logístico y comercial en la región. La clave estará en la acción rápida, la colaboración público-privada y una visión clara de hacia dónde se deben redirigir los esfuerzos económicos.