Comienza la fuga de recolectores

CHIRIQUÍ. La zafra cafetalera está por iniciar y con ella resurge una antigua preocupación entre los productores del distrito de Renacim...

CHIRIQUÍ. La zafra cafetalera está por iniciar y con ella resurge una antigua preocupación entre los productores del distrito de Renacimiento, provincia de Chiriquí. Se trata de la migración de mano de obra panameña, especialmente de la etnia ngäbe buglé, al otro lado de la frontera.

La cosecha en los cafetales comenzará dentro de un mes, pero el movimiento de personas hacia Costa Rica ya comienza a fraguarse.

El fenómeno se ha repetido en los últimos años. Los recolectores se van en busca de mejores salarios.

Para los productores la situación es preocupante y la escasez de mano de obra se traduce en pérdidas, las cuales han llegado hasta el 40%.

Durante todo el año los indígenas tramitan salvoconductos que les permiten llegar a Costa Rica; sin embargo, para el periodo de cosecha, las cifras se disparan.

El año pasado, por ejemplo, la mayor cantidad de permisos se concedieron en septiembre y octubre (884 y 1,069, respectivamente). En total se otorgaron 1,588 salvoconductos. Según la dirección Regional de Migración, hasta el momento se han tramitado mil 88 permisos y la cantidad promete elevarse.

El paso fronterizo de Río Sereno es la ruta predilecta de los indígenas panameños para cruzar a Costa Rica. Le sigue Paso Canoa, en el distrito de Barú.

Pero no todos los que salen de Panamá lo hacen legalmente, dice Ariadne Ávila, directora regional del Migración, por lo cual se han habilitado ventanillas para facilitar el proceso.

POR QUÉ SE VAN

Ausencio Montezuma asegura que prefiere los cafetales costarricenses porque — según él— ofrecen mejores condiciones de vivienda y salud y mejor salario.

Los inmigrantes que llegan a Costa Rica (panameños y nicaragüenses mayormente) satisfacen la demanda laboral de un mercado agroexportador que recientemente ha asumido la tarea de atender las condiciones laborales y de protección social.

Cada año, Costa Rica requiere de unos 200 mil recolectores para las diferentes fincas cafetaleras.

El productor panameño Quintín Pitty asegura que su gremio ha tratado de ofrecer mejores condiciones a los recolectores, con el fin de frenar la fuga de mano de obra. ‘Tenemos buenas habitaciones, agua potable. Hemos tratado de mejorar las condiciones, según nos lo han pedido’, asegura.

El año pasado, en las fincas panameñas se pagaba entre 2 y 3 y dólares por cada lata de café; pero este año no hay garantía de que el precio se mantenga —según Pitty— debido a la caída de los precios en los mercados internacionales.

PRECIOS

Los precios del café han estado en descenso, entre otros factores por la sobre oferta de Brasil, el mayor productor del grano.

Para este año, el país esperaba una cosecha récord del rubro. En junio pasado, el grano registró su precio más bajo en los mercados internacionales.

Para el periodo de cosecha de este año, sólo en el distrito de Renacimiento se requerirá entre ocho mil y 10 mil personas para recolectar el café.

En el distrito de Renacimiento hay unos mil 200 productores y se cultivan unas tres mil 500 hectáreas del grano.

ACUERDO

Panamá y Costa Rica unificaron criterios en un acuerdo para evitar la explotación comercial, laboral y social de estas familias indígenas denunciadas por largo tiempo.

El acuerdo comprometió a los Gobiernos de ambos países a crear un comité técnico permanente, con el objeto de ordenar y controlar los movimientos migratorios de trabajadores y sus familias.

El acuerdo alcanza los derechos de los niños y su incorporación a las labores de trabajo en las fincas costarricenses.

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