Pnuma: En 2022 se desperdiciaron más de 1.000 toneladas de alimentos, la mayoría en los hogares

Actualizado
  • 02/04/2024 00:00
Creado
  • 01/04/2024 17:36
Mientras 783 millones de personas padecían de hambre y un tercio de la humanidad atravesaba inseguridad alimentaria, se desperdiciaron 132 kg de comida por persona

Datos del Índice de Desperdicio de Alimentos 2024, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), esta semana, evidencian que en 2022 se desperdiciaron 1.050 millones de toneladas de alimentos (incluidos los restos no comestibles).

La información compartida evidenció que del total de los alimentos desperdiciados ese año, el 60% se ocasionó en los hogares, el 28% en proveedores de servicios alimentarios y el 12% en el comercio minorista.

“Con el enorme coste que representa el desperdicio de alimentos para el medio ambiente, la sociedad y las economías mundiales, es necesario que tomemos medidas más coordinadas en todos los continentes y las cadenas de suministro”, dijo en un informe de Pnuma, Harriet Lamb, directora general de la organización WRAP, la cual fue responsable de confeccionar el documento.

En concreto, se desperdiciaron 1.000 platos de comida al día, en un año en que 783 millones de personas padecieron hambre y un tercio de la humanidad se hallaba pasando por inseguridad alimentaria.

Se trata de una realidad exacerbada por el cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la contaminación. “No solo se trata de un grave problema de desarrollo, sino que las repercusiones de este desperdicio innecesario están causando costes sustanciales al clima y a la naturaleza”, indicó Lamb.

El escrito apuntó que la pérdida de alimentos generó entre el 8% y 10% de las emisiones globales de efecto invernadero y una reducción significativa de la biodiversidad, pues ocupa casi un tercio de las tierras agrícolas del mundo, lo que se traduce en un perjuicio cercano a los $1.000 millones, en toda la economía del planeta.

“La buena noticia es que sabemos que si los países dan prioridad a esta cuestión, podrán revertir significativamente la pérdida y el desperdicio de alimentos, reducir el impacto climático y las pérdidas económicas, además de acelerar el progreso hacia los objetivos mundiales”, destacó la especialista.

El desafío es que no muchos de los países con bajos ingresos siguen sin poseer sistemas adecuados para dar seguimiento a la pérdida de comida. Algo que es muy importante si se considera que los países con climas más calurosos tienden a desperdiciar más comida que las naciones con temperaturas más frescas. “Con el enorme coste que representa el desperdicio de alimentos para el medio ambiente, la sociedad y las economías mundiales, es necesario que tomemos medidas más coordinadas en todos los continentes y las cadenas de suministro”, concluyó.

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