Proponen reforma a telecomunicaciones en México

Actualizado
  • 11/03/2013 22:35
Creado
  • 11/03/2013 22:35
Una reforma de telecomunicaciones presentada el lunes por el presidente Enrique Peña Nieto, pondría fin a los lucrativos monopolios de C...

Una reforma de telecomunicaciones presentada el lunes por el presidente Enrique Peña Nieto, pondría fin a los lucrativos monopolios de Carlos Slim en la telefonía y el duopolio de las cadenas de televisión.

La reforma presentada con el apoyo de la oposición, contempla la creación de dos nuevos canales nacionales de televisión, una poderosa comisión reguladora independiente con el poder de sancionar y desintegrar empresas monopólicas, y permite la inversión extranjera en radio y televisión hasta en un 49 por ciento.

Conforme a la nueva regulación, que tiene que ser aprobada por el Congreso y al menos 16 de las 32 legislaturas locales, las cadenas de televisión estarán obligadas a facilitar de manera gratuita su programación a la mayoría de los operadores de cable, los operadores de cable estarán obligados a transmitir todos los canales, y abre la telefonía a la interconexión, con lo que las empresas no podrán decidir a quién conectan y a qué precios, como sucede ahora.

"De entrada por lo menos parece que están planteados temas que son, digamos, sustanciales, para hacer un cambio estructural en el modelo de telecomunicaciones y radiodifusión en el país. Me parece que tiene cosas, principios, que son sumamente valiosos", dijo Aleida Calleja, dirigente de la Asociación Mexicana del Derecho a la Información, que promovió una regulación más estricta .

Gabriel Sosa Plata, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en telecomunicaciones, dijo que hasta ahora la legislación de telecomunicaciones ha sido a modo para favorecer los monopolios.

"Las reglas del juego serán más justas sobre todo para la pequeña y mediana industria que han estado amarradas para desarrollar y hacer crecer sus negocios por las prácticas monopólicas de Carlos Slim y las televisoras, en particular Televisa", dijo.

La influencia de Televisa en la política se había convertido además en uno de los reclamos centrales de la izquierda mexicana, que a menudo acusa a esa empresa de canjear cobertura positiva de políticos por trato regulatorio favorable.

Las protestas previas a las elecciones dirigidas contra Peña Nieto tuvieron como motivo los vínculos de éste con Televisa, un aliado histórico del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al que pertenece el mandatario y que había gobernado México durante siete décadas hasta que perdió la presidencia en 2000.

"El Ejecutivo Federal ya no será quien otorgue ni revoque concesiones en materia de radio y telecomunicaciones. Las decisiones sobre cada concesión serán técnicas y no políticas", dijo Peña Nieto en la presentación de la reforma.

En sus primeros 100 días de mandato, Peña Nieto logró un acuerdo nacional con la oposición para impulsar reformas, y ha dado golpes mediáticos como una reforma educativa no consensada con el magisterio y el dramático encarcelamiento de la titular del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo.

Quienes apoyan la nueva reforma a las telecomunicaciones y la televisión la consideran un golpe de similares dimensiones a intereses especiales arraigados.

Aseguran que la medida abrirá a la competencia el sector de las telecomunicaciones, un negocio que alcanza miles de dólares al año en México, y que hará bajar las tarifas del servicio telefónico, que se cuentan entre algunas de las más altas del mundo, y diversificará el mercado televisivo dominado por Televisa y TV Azteca.

Telmex, la compañía telefónica propiedad de Slim, controla el 80% de las líneas fijas en México y el 70% del mercado de la telefonía celular. La empresa Televisa abarca 70% del mercado televisivo y más del 45% de la televisión por cable.

Aún no queda claro hasta qué punto las compañías de telecomunicaciones pueden ser sancionadas e incluso obligadas a vender parte de sus activos para evitar los monopolios. Un borrador de la reforma hablaba de medidas más estrictas para aquellas empresas que controlaran más del 50 por ciento del mercado o las concesiones.

Raúl Trejo Delarbre, experto en telecomunicaciones y por décadas promotor de la reforma, dijo que si la nueva legislación no establece cuándo una empresa es monopólica, será función del nuevo órgano regulador.

En un comunicado, Televisa dijo que le daba la bienvenida a la reforma, porque promueve la competencia. Telmex no respondió de inmediato a la solicitud de que hiciera declaraciones sobre el particular.

Las acciones de Televisa en la bolsa de valores cayeron hoy ligeramente, mientras que las de América Móvil, propiedad de Slim, bajaron 2%.

La reforma permitirá a las compañías de Slim ofrecer el triple play: telefonía, internet y televisión.

Christopher King, analista en telecomunicaciones con la firma Stifel Nicolaus llamó a la reforma "malas noticias" para Televisa y América Móvil, pero dijo que el impacto se verá cuando una vez aprobada la reforma salga la ley reglamentaria.

Trejo Delarbre coincidió con King en que "el diablo está en los detalles".

King dijo que la capacidad de las autoridades para posiblemente obligar a las empresas a una desinversión a fin de reducirles su poder en el mercado y evitar el retiro de las licencias es "una herramienta bastante poderosa y sin precedentes en México".

Las comisiones pertinentes no tienen capacidad para alterar los permisos, ordenar desinversiones o emitir multas.

Las empresas de Slim han mantenido márgenes de utilidad de casi el doble del promedio entre las 34 naciones integrantes en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, mientras que México registra las tasas más bajas en inversiones per cápita en telecomunicaciones y se ubica en o casi en el fondo en cuanto a número de líneas fijas o números móviles per cápita entre el bloque, de acuerdo con un informe cáustico de la OCDE difundido en 2012. El documento, parte de cuyo contenido Slim rechazó con firmeza, concluye que lo que describe como la disfunción en las telecomunicaciones cuesta al año a la economía mexicana más de 30.000 millones de dólares.

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