Siniestros: causas similares

PANAMÁ. Un incendio en una discoteca de Brasil ubicada en la ciudad de Santa María, próxima a la frontera entre el país carioca y Urugua...

PANAMÁ. Un incendio en una discoteca de Brasil ubicada en la ciudad de Santa María, próxima a la frontera entre el país carioca y Uruguay, dejó el domingo pasado al menos 231 personas muertas, cuando una bengala que era parte de la pirotecnia de un espectáculo prendió en llamas el aislamiento acústico del edificio.

La tragedia del atestado club representa la mayor de las registradas en la historia reciente, apuntan diversos medios internacionales.

Sin embargo, esta no es la primera vez que ocurre. En el pasado lejano y reciente, más de un millar de personas ha perecido tras accidentes que suelen tener los mismos componentes: espacios cerrados con pocas salidas de emergencia; elementos inflamables en componentes de la construcción de los recintos; abuso del límite de personas que permite el aforo del establecimiento; e incluso, en algunos casos, la negativa de los administradores de los lugares siniestrados por dar puerta franca de salida a los afectados, con la excusa de no perder el dinero de las cuentas aún no pagadas.

CASOS DEL PASADO

Con esto, diversos medios internacionales han hecho eco de las últimas tragedias sucedidas durante la década pasada y en los casos que el número de víctimas supera las 400 muertes.

La peor de ellas ocurrió el 28 de noviembre de 1942 en la ciudad de Boston, en un club llamado ‘Coconut Groove’, en donde 492 personas perdieron su vida. También en Brasil, pero en 1961, ocurrió la segunda mayor tragedia relacionada: 503 personas murieron en la ciudad de Niteroi, Río de Janeiro, en un circo por un incendio provocado intencionalmente. Ya en cuanto a la historia reciente, los trágicos siniestros acontecidos en centros de entretenimiento comienzan desde el año 2000.

El 29 de marzo de 2000 una sala de videos de nombre ‘Paradise’, en Jiaozuo, en la provincia china de Henan, trajo 74 muertos.

Luego, el 25 de diciembre de 2000, el centro comercial de Luoyang, en China, se prendió en llamas y trabajadores del edificio y personas celebrando fiestas navideñas formaron el grupo de 309 personas fallecidas.

El 1 diciembre de 2002, el club nocturno ‘La Guajira’, en Caracas, también cobró la vida de 50 personas por un incendio ocurrido en el interior del local.

Ya el 20 de febrero de 2003, unos fuegos artificiales durante un concierto en el interior del club nocturno ‘Station’, ubicado en West Warwick, Rhode Island, EEUU, tomó la vida de 100 personas.

Luego, el 30 de diciembre de 2004 en un local de nombre ‘República de Cromañón’, en Buenos Aires, Argentina, un elemento de pirotecnia provocó un incendio durante una fiesta de año nuevo, dejando al menos 192 muertos.

Por otro lado, en Bangkok, un club nocturno llamado ‘Santika’ terminó con la vida de 61 personas el 1 de enero de 2009, durante una fiesta de año nuevo.

Finalmente, el 5 de diciembre de 2009, el club nocturno Lame Horse, en la ciudad rusa de Perm, terminó con la vida de al menos 155 personas, por un espectáculo de fuegos artificiales en el recinto cuyo techo era de mimbre.

OTROS SINIESTROS

Por su parte, la cadena de noticias BBC Mundo destaca otros accidentes fatales de este tipo ocurridos en Latinoamérica en la última década.

El 20 de diciembre de 1993 un fuego en la discoteca ‘Kheyvis’, ubicada en el residencial barrio de Olivos, en Buenos Aires, le costó la vida a 17 jóvenes.

En tanto, en Quito, capital de Ecuador, 13 personas murieron en abril de 2008 en la discoteca ‘Factory’. El incendio se produjo cuando se prendió una bengala durante el espectáculo y propagó el fuego al techo, que contenía material inflamable.

Por último, la BBC destaca que en noviembre de 2001, los fuegos artificiales de un espectáculo de samba iniciaron un incendio que mató a seis personas en una discoteca en la ciudad brasilera de Belo Horizonte que no tenía salidas de emergencia.

Otro elemento en común que tienen estos accidentes es el drama que viven los familiares afectados de muchos de los lugares nombrados.

Los casos de México y Argentina tienen la peculiaridad de que muchos de sus culpables se mantienen impunes ante la ley.

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