Brasil, ¿colapsará políticamente?

Actualizado
  • 17/08/2015 02:00
Creado
  • 17/08/2015 02:00
El problema mayor que enfrenta Brasil actualmente es cómo reactivar su desastrosa economía

La oposición política ha empezado a pedir insistentemente la dimisión de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, pues suponen que otro dirigente podrá salvarlos del colapso económico. Se trata de una premisa ficticia, pues la crisis política oficialista por corrupción, que afectó directamente la confianza en el partido oficialista, al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece la mandataria, es únicamente el inicio de una espiral de problemas que enfrenta Rousseff, no el problema determinante en la crisis económica. El problema mayor que enfrenta Brasil actualmente es cómo reactivar su desastrosa economía.

Ante el evento de la hipotética dimisión de Rousseff, cualquier político que la sustituya en el tormentoso cargo tendría que intentar lo mismo que ella: intentar un lento cuesta arriba lleno de obstáculos. En primer lugar los externos, donde dos factores son claves, la crisis monetaria y la baja demanda de sus exportaciones. Los economistas aseguran que reactivar la economía en base a tales factores es casi que imposible, especialmente pues la crisis en China ha disminuido notablemente las importaciones chinas de productos brasileños como el petróleo y la soja, determinantes para el crecimiento económico de Brasil.

En el mar de dificultades que enfrenta la economía global por la disminución bajada de la demanda china de productos básicos, alimentarios y minerales, es solo un factor. Recientemente, el mundo bursátil cayó en pánico tras tres días consecutivos de devaluación del yuan, por el Gobierno de la República Popular de China. El real bajó bruscamente, al igual que casi todas las monedas en sus mercados bursátiles. El cambio de su moneda está en un 2.80 reales por dólar. Una alarma nacional, pues el pueblo brasileño ya vivió largos años, durante las décadas de los 80/90, de una grave hiperinflación.

La crisis económica ha hecho que la sociedad brasileña haya perdido la confianza en su gobernante como lo indican las encuestas. La peor parte la lleva el PT, tras los escándalos de sobornos en Petrobras. Pero cuando un gigante se tambalea no necesariamente cae, aunque a su lado muchas cosas van al suelo. Rosusseff tiene un complicadísimo ‘cuesta arriba' para levantar su economía. Pero los tiempos políticos son más breves, lo cual quizá no le dé tiempo suficiente para resolver tantos problemas.

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