Jóvenes nicaragüenses huyen por temor a ser apresados o a que los maten

Actualizado
  • 24/07/2018 22:31
Creado
  • 24/07/2018 22:31
El ataque, que se extendió por más de 8 horas entre la noche del lunes y la madrugada de este martes

Jóvenes del barrio Sandino, en el municipio de Jinotega, al norte de Nicaragua, se encuentran huyendo por temor a ser apresados o a que los maten, tras un enfrentamiento armado que dejó al menos tres civiles muertos y cinco policías heridos, informó hoy la Iglesia Católica.

"Ellos (los jóvenes) salieron del barrio y huyen por sus vidas, porque tienen miedo de ser apresados o tienen miedo de ser asesinados", dijo a Efe uno de los sacerdotes de la diócesis de Jinotega, Juan Carlos Rivera.

El suceso se registró este martes cuando las fuerzas policiales realizaban labores de restablecimiento de la libre circulación en ese lugar "que estaba secuestrado por grupos de terroristas", indicó en un comunicado la Policía Nacional, en alusión a los que protestan contra el Gobierno.

Esos grupos mantenían bloqueos en la vía y barricadas en las calles de ese barrio donde cometían "asaltos, lesiones, extorsiones, amenazando a personas y propietarios de negocios, causando terror y zozobra en los habitantes", de acuerdo con la información policial.

El sacerdote dijo que anoche hubo una caravana de los sandinistas en ese municipio y los habitantes del barrio Sandino que protestan contra el Gobierno levantaron barricadas para protegerse de un posible ataque y la Policía ingresó para limpiar esas calles.

Los manifestantes "autoconvocados" de la ciudad de Jinotega denunciaron que se trató de un ataque de las llamadas "fuerzas combinadas" del Gobierno, integrada por policías, antimotines, parapoliciales y paramilitares.

El ataque, que se extendió por más de 8 horas entre la noche del lunes y la madrugada de este martes, ocurrió en el barrio Sandino, de Jinotega, 163 kilómetros al norte de Managua, conocido como "el Monimbó del norte", debido a la fuerte resistencia ante el Gobierno de Daniel Ortega, según los "autoconvocados".

Posterior a esos enfrentamientos, según el sacerdote, los jóvenes "salieron del barrio, ya no hay jóvenes en el barrio, andan huyendo" en las montañas por sus vidas.

Los familiares de los tres fallecidos denunciaron el excesivo uso de la fuerza de la Policía Nacional.

"Mataron a niños, no tienen corazón, son vende patrias", dijo a Acan-Efe una vecina que por razones de seguridad omitió su nombre.

Entre 277 y 351 personas han muerto en más de tres meses de protesta, según organizaciones humanitarias locales e internacionales.

Nicaragua está sumergida en la crisis más sangrienta de su historia en tiempos de paz, y la más fuerte desde la década de los años 1980, también con Daniel Ortega como presidente.

Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias".

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