Boletín del primer semestre del presidente Joe Biden: ¿América está de vuelta?

Actualizado
  • 18/06/2021 00:00
Creado
  • 18/06/2021 00:00
Tras seis meses de gobierno, ¿cuál es el balance internacional de la gestión de Joe Biden?
Boletín del primer semestre del presidente Joe Biden: ¿América está de vuelta?

A lo largo de su primera gira internacional como presidente de EE.UU., Joe Biden repitió e insistió como mantra “¡America is back (América ha vuelto)!”. Durante sus reuniones con los líderes del G7 y los aliados de la OTAN, Biden se mostró convencido de que su rol es liderar a las naciones amantes de la democracia. Sin embargo, la realidad geopolítica actual deja la duda: ¿América está de vuelta? Tras seis meses de gobierno, ¿cuál es el balance internacional de la gestión de Joe Biden?

El nuevo orden mundial y su liderazgo será determinado por: el “vencedor” de la crisis pandémica, la potencia que logre alinear una masa crítica de intereses multilaterales, el bloque de poder que garantice la mayor seguridad, y la propuesta tecnológica que dé mayor estabilidad a las relaciones internacionales del futuro.

Crisis pandémica: A-

Esta semana EE.UU. superó las 600 mil muertes por covid-19. Un tercio de ellas ocurrió desde el 20 de enero de 2021, bajo la administración de Joe Biden. El día de su toma de posesión, EE.UU. registró 185 mil nuevos contagios y solo 31 millones de sus ciudadanos habían recibido una dosis de vacuna contra la covid-19. Seis meses después el escenario es muy distinto. En promedio, el país registró esta semana menos de 12 mil nuevos contagios diarios. Y más de 173 millones de personas, es decir el 53% de la población, está inmunizada.

El aparente éxito epidemiológico en gran parte se debe a una serie de órdenes ejecutivas que el presidente Biden firmó durante su primera semana como presidente, que centralizaron la coordinación de los esfuerzos a nivel federal bajo el techo de la Casa Blanca. Autoridad que el presidente Trump rehusó utilizar (uso obligatorio de la mascarilla en todos los edificios federales y en el transporte público, cuarentena para viajeros provenientes de otros países, y 200 páginas de instrucciones a gobiernos federales).

El presidente Biden anunció que este 4 de julio el país celebrará su independencia de la covid-19. No hay duda que la creación de una estrategia nacional comprehensiva aceleró la recuperación epidemiológica. Sin embargo, la producción de vacunas a nivel nacional, el factor más importante en la disminución de casos según el propio gobierno de EE.UU., fue producto de la invocación del Defense Production Act por parte de Donald Trump y la coordinación de su programa Operation Warp Speed.

Multilateralismo: B-

Los cuatro años de presidencia de Donald Trump pusieron en duda el compromiso de EE.UU. con el orden mundial liberal que creo junto a sus aliados al final de la Segunda Guerra Mundial. El presidente Joe Biden ha buscado todas las maneras para convencer al mundo de que América está de vuelta. En su primera semana de vivir en la avenida Pensilvania, Biden confirmó la reintegración de EE.UU. a la OMS y el acuerdo de París. Junto a los países del G7, Biden lidera el compromiso de donar mil millones de dosis de vacunas a más de 100 países en desarrollo para combatir la pandemia. Y por instrucción del líder demócrata, EE.UU. está nuevamente negociando un acuerdo nuclear con Irán (con reuniones indirectas).

A pesar de las sonrisas y los pregones, el presidente Joe Biden mantuvo, durante sus primeros seis meses en el poder, la mayoría de las sanciones económicas contra la Unión Europea heredadas de la administración Trump. Y por más que los comunicados de la Casa Blanca quieran hacer ver que durante la cumbre del G7 Biden logró resolver las disputas entre EE.UU. y la Unión Europea en cuanto a Airbus y Boeing o los aranceles punitivos a las industrias de aluminio y acero, la realidad es que solo logró suspender las medidas. Una suspensión por cinco años, es decir, hasta que los europeos estén seguros de que habrá continuidad en los correctivos tomados por el Gobierno estadounidense.

Seguridad: C+

En materia de seguridad, el gobierno de Joe Biden priorizó las regiones de Centroamérica, el Indo Pacífico y el ciberespacio.

Tras registrar la peor crisis migratoria en décadas (cerca de medio millón de migrantes cruzando la frontera), la administración Biden aprobó el US Citizenship Act de 2021. Cerca de $4 mil millones en asistencia económica y humanitaria para la región centroamericana. Y un mensaje entregado directamente por la vicepresidenta Kamala Harris en sus viajes a Guatemala y México: ¡No vengan a EE.UU.!

A los sudamericanos, quienes están sumidos en la peor crisis epidemiológica y contracción económica a nivel mundial producto de la pandemia, el mensaje también fue tajantemente claro: ¡Su futuro está en sus propias manos!

En la región del Indo Pacífico, el nuevo gobierno de EE.UU. fortaleció los vínculos con el diálogo seguridad cuadrilateral conocido como “The Quad” (Australia, EE.UU., India y Japón). Biden apostó a que India, el productor de vacunas más grande del mundo, podía ser el perfecto aliado para contrarrestar la diplomacia de vacunas de Pekín en la región. Sin embargo, tan solo un mes después de la cumbre del diálogo cuadrilateral, en el mes de marzo, India detuvo las exportaciones de vacunas para atender la situación epidemiológica local.

En cuanto a la relación con la OTAN, la alianza militar del Atlántico norte, Biden solo logró consensos en: directamente catalogar a China y Rusia como rivales y riesgos de seguridad, y reforzar el compromiso al artículo 5 del tratado, incluso en materia de ciberseguridad.

Para algunos el cambio de lenguaje en el comunicado oficial evidencia un éxito en realinear los esfuerzos de seguridad de la OTAN. Pero para otros, la falta de un plan con compromisos específicos es seguir permitiendo ciberataques como los que registró SolarWinds, el oleoducto Colonial en EE.UU. y JBS S.A. y las constantes agresiones militares de China en el estrecho de Taiwán.

Igualmente, el presidente Biden tildó de constructiva su reunión con Vladimir Putin en Ginebra esta semana. La cumbre que ocupó el ciclo noticioso internacional durante tres días culminó sin ningún acuerdo, más allá de la normalización de relaciones diplomáticas en las embajadas de Moscú y Washington.

Tecnologías del nuevo orden mundial: C

De cara a la mayor crisis internacional desde la Segunda Guerra Mundial, es verdaderamente alarmante la ausencia de una propuesta o indicios de un liderazgo que impulse correctivos que restablezcan la estabilidad del orden internacional.

A nivel nacional, Joe Biden propuso un desembolso de cerca de $6 millones de millones para su plan “build back better” (reconstruir mejor). El plan busca modernizar la infraestructura de EE.UU., crear más de 10 millones de trabajos verdes, y dominar la industria automotriz a nivel mundial. En papel las iniciativas están bien detalladas, pero cuenta con toda la oposición de los republicanos en el legislativo. La contrapropuesta bipartita no alcanza ni $1 millón de millones. A lo interno de EE.UU. la polarización política solo permitió la aprobación de $110 mil millones (Endless frontier Act) en inversiones tecnológicas para hacer frente al auge tecnológico chino.

En la cumbre del G7, Biden relanzó su idea de “Build back better” y propuso “Build back a better world” (reconstruir un mundo mejor). El anuncio dejó mucho que desear, comenzando con que presentó la iniciativa, no como una iniciativa innovadora y propia, sino como una contrapropuesta al plan de desarrollo económico de China “one belt, one road” (la nueva ruta de la seda). El anuncio tampoco detalló ningún compromiso económico ni agenda prioritaria.

Promedio al corte de nota: 3,6/5

La gran mayoría de los estadounidenses aprueba la gestión pandémica de EE.UU. El país se perfila para ser la primera potencia en alcanzar la inmunidad de rebaño. El presidente Joe Biden aprobó con honores la asignación pandémica (a pesar de que algunos podrían decir que era una nota regalada).

Si bien la Casa Blanca no tardó en reintegrarse a sus compromisos multilaterales, los últimos seis meses no devolvieron la batuta del liderazgo mundial a Washington. A la fecha, a pesar de las promesas, EE.UU. solo donó menos de 20 millones de dosis de vacunas a México y Canadá, aunque tiene más de 80 millones de dosis en almacenamiento. Una postura poco liberal y no propia de un líder benevolente. La relación con los europeos no fue reparada. Tan solo un 50% de los alemanes y 60% de los franceses (las dos economías más importantes de Europa) confían en un liderazgo americano. Y el mundo no es más seguro desde el inicio del nuevo gobierno estadounidense. EE.UU. dejó a la deriva la región sudamericana y no ha diseñado medidas disuasorias contra las hostilidades rusas. Y peor aún, no ha habido ninguna acción importante que demuestre un frente unido contra la expansión china más allá de comunicados vacíos por aliados no convencidos.

Solo han sido seis meses. Pero no hay duda: América no está de vuelta. El mundo no es el mismo. Y las naciones amantes de la democracias necesitan un liderazgo, necesitan un plan urgente para sobrevivir no solo la pandemia, sino el avance del autoritarismo en el mundo.

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