Más de 3,000 yazidíes siguen en manos de EI, cuatro años después del genocidio

Actualizado
  • 04/08/2018 02:00
Creado
  • 04/08/2018 02:00
Otra destacada activista yazidí, Lamia Haji Bachar, también pide al mundo ‘protección internacional' para sobrevivir

Más de 3,000 yazidíes siguen esclavizados por el Estado Islámico (EI) cuando se cumplieron ayer cuatro años del genocidio cometido por el grupo terrorista contra esta minoría religiosa de etnia kurda asentada en el norte de Irak, cuyas raíces se remontan a 2,000 años antes de Cristo.

Cerca de 6,500 yazidíes, la mayoría mujeres y niños, fueron secuestrados durante el brutal ataque llevado a cabo por el EI el 3 de agosto de 2014 en la comarca iraquí de Sinyar, hogar durante siglos de esta comunidad que ya ha sufrido 74 genocidios a causa de su religión, basada en el zoroastrismo.

Los yihadistas separaron a las mujeres de los hombres, a los que ejecutaron (se calcula que a unos 5,000), mientras las féminas fueron violadas, torturadas y vendidas como esclavas sexuales y los niños, entrenados para matar y cometer atrocidades en nombre del EI.

Cerca de 400,000 personas, la práctica totalidad de los miembros de esta comunidad, huyeron, mientras cientos o miles —la cifra se desconoce— murieron de hambre y sed al ser cercados durante días por el EI en un monte de la zona.

Las imágenes de los cadáveres de niños en las laderas del monte Sinyar, donde los yazidíes intentaron refugiarse de los yihadistas, conmocionaron al mundo, pero sus líderes, sin embargo, no han mostrado una verdadera voluntad de ayudar a las mujeres y niños que siguen esclavizados sin que se sepa dónde.

A mediados de julio, el responsable de la Oficina de Asuntos para los Yazidíes Secuestrados de Irak, Husein Qaidi, aseguró que 3,312 habían sido liberados en este tiempo, pero que unos 3,100 siguen cautivos, unas 1,450 mujeres y 1,650 hombres.

‘La razón principal de que no podamos rescatar a todos los secuestrados es que el Gobierno iraquí no nos ha ayudado en este asunto (...) por eso nuestras familias están todavía en manos del EI', dijo en declaraciones al canal kurdo NRT.

La falta de ayuda es una de las mayores quejas de los yazidíes, que se sienten abandonados también por la comunidad internacional, cuya intervención consideran fundamental para su supervivencia.

‘Seremos eliminados en los próximos 20 años si el mundo no nos protege. Sin protección internacional nuestro futuro es desolador', dijo a Efe el activista y experto Mirza Dinnayi al cumplirse el tercer aniversario de la masacre.

Desde entonces, las cosas no parecen haber cambiado.En un informe divulgado hace cuatro meses por la fundación ‘La iniciativa de Nadia', de la activista, embajadora de la ONU y antigua esclava sexual del EI Nadia Murad, se explica que la situación en Sinyar es ‘terrible' y que ‘a menos que los yazidíes puedan regresar a su patria y hacerse una vida, el genocidio del EI habrá sido un éxito'.

Actualmente hay más de 300,000 yazidíes en el Kurdistán iraquí, la mayoría en campamentos de desplazados donde ‘malviven en la miseria sin tener cubiertas sus necesidades más básicas'.

Los pocos que han regresado a su tierra natal (unos 70,000) se enfrentan a la muerte por la abrumadora cantidad de minas dejadas por el EI, mientras las familias luchan cada día para satisfacer sus necesidades básicas de nutrición, salud y educación.

‘Debemos establecer mecanismos que no solo lleven el genocidio ante la justicia, sino que socaven su efectividad como táctica', se indica en el documento.

Otra destacada activista yazidí, Lamia Haji Bachar, también pide al mundo ‘protección internacional' para sobrevivir.

‘Pido al mundo un Tribunal Penal Internacional y protección para mi pueblo, ayuda a los refugiados y a los que han huido de la esclavitud del EI, que necesitan tratamiento psicológico, la única manera de superar esto', dijo Bachar en un entrevista con Efe en su última visita a Madrid.

Lo que está claro es que ‘cuatro años después del genocidio, los yazidíes tienen que seguir luchando por su supervivencia', explica a Efe el psicólogo alemán Jan Ilhan Kizilhan, que ha tratado a más de 1,400 jóvenes usadas como esclavas sexuales por el EI y que forma a profesionales para que hagan esta misma labor en la Universidades de Baden-Wurttemberg (Alemania) y Duhok (Irak).

‘No hay ninguna seguridad en que lo logren, por lo que recordar y no olvidar es para el pueblo yazidí una estrategia de supervivencia', recalca.

ANÁLISIS / MARTA RULLÁN

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