Fin de cuarentena y nueva normalidad postpandemia

Actualizado
  • 29/04/2020 00:00
Creado
  • 29/04/2020 00:00
Hay que dibujar la transición hacia la nueva normalidad. Eso requiere estar preparados para dar asistencia sanitaria y garantizar la vigilancia epidemiológica ante la evolución de la pandemia

Comienzan a acumularse mayores esperanzas en la lucha contra el Covid-19, con escenarios alentadores. Ante esa nueva realidad, la mayoría de los gobiernos están preparando el terreno para poner fin, en forma planificada y gradual, a la cuarentena y el confinamiento.

Con diferente velocidad y de acuerdo a su experiencia interna, los países están dando pasos para volver a la nueva normalidad. Vietnam es un ejemplo cinematográfico de cómo enfrentó y superó la pandemia del nuevo coronavirus. El 6 de enero pasado, cuando el Covid-19 no había salido de Wuhan, un grupo de hackers contratado por el gobierno de Hanoi pirateó información del Ministerio de Gestión de Emergencias de China para saber lo que pasaba en ese país al hacerse evidentes las primeras señales del brote infeccioso. Vietnam, con 1,300 kilómetros de frontera con China, pudo de ese modo anticiparse a la enfermedad y fue uno de los primeros en iniciar la transición de la postpandemia.

Una investigación de la empresa estadounidense de ciberseguridad FireEye reveló que los hackers APT332 –activos desde 2012 vulnerando con éxito información confidencial de empresas privadas y gobiernos extranjeros– fueron contratados por Vietnam para conocer cómo combatir el virus. Pese a tener un deficiente sistema sanitario con solo ocho médicos por cada 10,000 habitantes, Vietnam logró contener el coronavirus registrando menos de 300 contagios y ningún muerto, dentro de una población de 96 millones. El confinamiento, la cuarentena y la disciplina de la población fueron la clave para que los vietnamitas iniciaran la semana pasada las actividades productivas.

Dibujar la transición

La experiencia de Vietnam es única. Pero el comportamiento del resto del mundo es similar al momento de pensar en el escenario postcoronavirus. Primero hay que dibujar la transición hacia la nueva normalidad. Eso requiere estar preparados para dar asistencia sanitaria, garantizar la vigilancia epidemiológica ante la evolución de la pandemia, disponer de mecanismos de identificación temprana, el tratamiento de los nuevos casos que puedan surgir y contar con la protección colectiva para evitar nuevos contagios.

Ningún país puede enamorarse de la cuarentena y mantenerla en forma indefinida. Debe ponerse en marcha un plan de apertura como el abrir la pluma poco a poco, sin dejar salir el chorro de agua de una vez. Para iniciar el proceso de desconfinamiento cauteloso y flexible, deben pasar por lo menos dos semanas en las que las cifras de infectados y fallecidos disminuyan en forma consistente. Comienza, entonces, el relajamiento por fases –programadas y con restricciones– de las medidas de cuarentena.

Todas las acciones, que se toman para relajar las medidas de contención, están acompañadas de cierto nivel de incertidumbre, porque existe la posibilidad de que en algún momento haya que imponer nuevamente restricciones temporales. Siempre habrá el riesgo de volver atrás, por lo que debe evitarse, en lo posible, dar pasos en falso.

En la mayoría de países europeos y algunos latinoamericanos la construcción, la industria, el comercio y el sector educativo han retomado sus actividades. La agroindustria no se paralizó garantizando la provisión de alimentos a la población.

En el caso de Panamá, se anticipa que en las próximas cuatro semanas se activará en forma escalonada el sector público y privado, el comercio, la construcción, la industria y el transporte interprovincial, con el debido distanciamiento y permanentes medidas de higiene.

Guías de seguridad sanitaria

Se aconseja que el personal de oficina trabaje en turnos espaciados, tomarse diariamente la temperatura y disponer de guías de seguridad sanitaria para blindar al personal ante posibles contagios.

Algunos países están prohibiendo salir de lugares de trabajo al exterior, ni siquiera a fumar, ni usar celulares u otros efectos personales para no contaminar. Disponen, además, de áreas específicas para recibir productos de proveedores y desinfectarlos, lo mismo que planes de contingencia para reaccionar si un trabajador enferma.

En estaciones de trenes y autobuses, aeropuertos, oficinas públicas y privadas, hospitales, escuelas, restaurantes y lugares públicos, algunos países de Asia y Europa están incorporando cámaras de termografía infrarroja para detectar la temperatura corporal en tiempo real y aplicar las medidas preventivas.

Dubai adquirió recientemente cascos inteligentes para la policía capaces de medir al instante, con dos cámaras, la temperatura de hasta 200 personas por minuto a cinco metros de distancia. Si alguien presenta temperatura alta es asistido de inmediato por paramédicos y trasladado a un hospital.

En ese contexto, el Metro de Panamá ha instalado en sus principales estaciones un sistema de medición masiva de la temperatura corporal de sus usuarios, antes de que ingresen a la zona paga, para anticipar posibles estados febriles.

Ese modelo –el primero que se implementa en los metros de América Latina– incorpora un programa respaldado con inteligencia artificial direccionado a la frente y la cara que procesa las imágenes en tiempo real. Quienes superen los 37.5 grados son sometidos a una segunda revisión, antes de aplicarle el protocolo establecido por el Ministerio de Salud. El sistema puede monitorear entre 15 y 20 personas por segundo.

En los países donde se han abierto restaurantes se ha reducido su capacidad al 50%, espaciando las mesas y, en algunos casos, como Italia, ensayando mamparas transparentes entre los comensales. En las tiendas el personal deberá atender con guantes y mascarilla, los clientes tendrán acceso limitado y mantendrán la distancia física. Diariamente se desinfectarán la ropa y artículos. Se recomienda una exhaustiva limpieza, por ejemplo después de cada transacción con tarjetas de crédito.

Muchos países han abierto las guarderías infantiles y las escuelas, con un máximo de 15 alumnos por salón y dos turnos, lo mismo que las librerías, consultorios médicos y peluquerías. Las universidades permanecen cerradas. Las iglesias solo podrán recibir un máximo de 50 feligreses. Eventos como ferias, juegos deportivos, discotecas, bares, teatros, cines, museos, clubes recreativos, acceso a playas, áreas sociales de condominios, actividades culturales y de ocio están prohibidas temporalmente. La industria del turismo y la hotelería tendrá que esperar más tiempo para reactivarse. En Europa y algunos países latinoamericanos están permitidas las caminatas en solitario y ejercicios al aire libre, guardando la debida distancia.

Pasaportes sanitarios

Alemania y Estados Unidos están promoviendo los certificados sanitarios y haciendo pruebas de inmunoglobulina para validar que una persona ha superado la enfermedad. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que no existe certeza de que las personas que se curaron del Covid-19 –a pesar de tener anticuerpos o demostrar una aparente inmunidad– están fuera de peligro de contagiarse por segunda vez, lo que aumenta el riesgo de transmisiones continuas. Esos certificados están siendo considerados para los viajes internacionales una vez que se reinicie, quizá a finales de julio, el transporte aéreo.

Se anticipa que los aviones tendrán bloqueados los asientos centrales para mantener el distanciamiento y que reducirán el contacto con las comidas, bebidas y se regulará el equipaje de mano. Líneas como Emirates, que pueden costearlo, proponen una prueba de sangre rápida en el área de abordaje con resultados en 10 minutos para comprobar el estado de salud de los pasajeros.

El primer día de desconfinamiento para los menores de 14 años en España este domingo, fue descrito por una madre, citada por el diario La Razón, como “un pequeño paso para un niño, pero un gran salto para la normalidad”.

Panamá está a pocas semanas de decir que ha logrado aplanar la curva de la emergencia sanitaria. Como no va a entrar en la nueva normalidad a ciegas, el gobierno de Nito Cortizo está realizando una planificación ordenada y una estrategia centrada en estudios del comportamiento de la pandemia a nivel local y global. Diseñar el día después, con planes económicos, sociales y laborales, requiere decisiones políticas. Hay que dibujar un escenario prudente y moderado optimismo hacia el futuro.

El desconfinamiento depende mucho del comportamiento social, la responsabilidad, la disciplina y el compromiso de los panameños. Está en las manos de todos, principalmente en las medidas de higiene, salir antes, después o retroceder.

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