'Fue devastador ver morir sola a tanta gente'

  • 19/06/2020 00:00
Paolo Miranda, un enfermero italiano habla de su experiencia durante el enfrentamiento con la pandemia en su país, uno de los más golpeados en Europa por el contagio del nuevo coronavirus

El mundo quedó impactado cuando medios de comunicación de diversas partes del mundo divulgaron imágenes de una larga caravana de camiones militares, en Italia, que transportaban decenas de víctimas fatales, producto del nuevo coronavirus.

Mientras hacía su trabajo, Paolo Miranda tomaba fotografìas, pues su idea es preparar un documento para la historia sobre un hecho sin precedentes.

Italia ha sido uno de los países de Europa más golpeados por la pandemia, a tal punto que los cadáveres no cabían en los cementerios y se acumulaban en las funerarias.

Una de las regiones donde más se produjo el contagio fue en Lombardía, ubicada al norte del país europeo. Allí queda Cremona, una ciudad donde existe un hospital del mismo nombre.

Paolo Miranda es un enfermero italiano de 33 años, que trabaja en el Hospital de Cremona y que ha sido testigo de lo que él denomina como “una catástrofe” para su país y el mundo.

Hubo días que en Italia se produjeron hasta mil muertos. Por momentos, el joven enfermero sentía que se derrumbaba. Él, así como muchos de sus compañeros, en ocasiones lloraba desconsoladamente, por la impotencia que sentía cuando sus pacientes no mejoraban y muchos morían.

Paolo vivió miles de episodios relacionados con la pandemia. Confiesa que tiene el corazón roto y que no sabe si se recuperará algún día. Nunca olvidará a Mattia, un joven de 18 años, a quien le llegó la hora de entubarlo, pues estaba realmente grave...ya no podía respirar. '¿Quieres que llame a tu mamá para que le digas que te vamos a entubar?', le preguntó al muchacho, a lo que este respondió con dificultad: 'no, prefiero enviarle un mensaje de voz'.

Y lo hizo de esa manera, porque, según dijo, la voz queda y una llamada se pierde. Pensaba que esa sería la última vez que hablaría con su madre. Pero un tiempo después de haber permanecido hospitalizado, el joven fue declarado libre del virus, y Paolo lo publicó en sus redes.

Cuando le dieron salida, una gran cantidad de periodistas lo esperaba fuera del hospital y el joven le dijo a Paolo: 'quiero que me acompañes cuando salga, porque tú eres mi héroe'.

Durante el tiempo que lleva de ser enfermero, Paolo ha visto morir a muchas personas, pero lo que más le ha afectado durante esta pandemia, es ver a tanta gente morir sola, pues para evitar el contagio, no se permiten las visitas.

“Todos mueren solos, como si no tuviesen familia”, expresa el enfermero, al tiempo que inevitablemente sus ojos se llenan de lágrimas.

Cuando regresa a su casa, después de cumplir con su turno, se siente destrozado y casi no puede dormir. Lo mismo le ocurre a la mayoría de sus colegas.

Pese a la increíble experiencia vivida, hoy Paolo se siente un poco optimista, pues son pocos los casos que llegan al hospital...solo espera que la pesadilla que ha vivido su país y el mundo, llegue a su fin.

En Italia, con una población de más de 60 millones de habitantes, han muerto más de 34 mil personas como consecuencia del virus; entre las víctimas se han reportado 208 trabajadores de la salud, de los cuales 168 eran médicos y 40 personal de enfermería.

¿Qué ha significado para usted lo vivido durante la pandemia?

Ha sido una experiencia  muy fuerte y emotiva por distintas razones. Es cierto que somos profesionales y estamos acostumbrados a tratar con la vida cada día, pero esta emergencia ha sido distinta. Teníamos muchos pacientes, y muy graves, los espacios en los hospitales no alcanzaban y muchas veces  nos sentimos impotentes, porque el número de muertes era altísimo. Otro aspecto doloroso era que los pacientes morían solos, pues los familiares no podían verlos ni siquiera para darles un último abrazo. Esto para mí fue devastador.

Ahora que las cosas han mejorado y tenemos tiempo para pensar sobre lo que hicimos en los días difíciles, el estrés es más fuerte, pues en mi caso, no puedo dormir, y cuando concilio el sueño, a veces me despierto en la madrugada pensando en la tragedia que vivimos.

Describa un día de trabajo en el Hospital de Cremona durante la crisis sanitaria.

Durante la emergencia debimos reorganizar todo nuestro trabajo; el número de pacientes aumentaba y nosotros éramos siempre el mismo grupo de personas que teníamos que laborar. Para poder hospitalizar a la mayor cantidad de personas, tuvimos que organizar los turnos y trabajábamos en dos turnos de 12 horas, día y noche, y en ocasiones, hasta tres. Fueron días durísimos, con un ritmo de trabajo altísimo; teníamos que transferir a los pacientes que estaban un poco estables a otros hospitales. En tanto que continuábamos entubando a los pacientes que se agravaban, que es cuando se les introduce un tubo en la tráquea para conectar el ventilador mecánico que les permite respirar.

Regresábamos a casa muertos de cansancio, solo con ganas de caer en un profundo sueño para no pensar en nada.

¿Qué lecciones le ha enseñado esta terrible experiencia?

Me ha enseñado o, mejor dicho, me ha hecho entender aún más el valor de las cosas que antes me parecían normales, por ejemplo, la libertad.  Pero la lección más importante que nos ha dejado la tétrica experiencia, sobre todo a quienes nos gobiernan, es que el sector sanitario o la Salud Pública, es un bien inestimable y que se necesita invertir en el mismo y dotarlo del presupuesto necesario, para que nunca más nos pase lo que ha ocurrido con la pandemia, que a todos nos tomó por sorpresa y no estábamos preparados para enfrentarla.

¿Dice que Italia no estaba preparada?

Nadie estaba preparado. No sabíamos cómo curar a los pacientes. Llegaban al hospital muy graves; al principio, la covid-19 no mostraba síntomas graves, por ejemplo, la persona podía tener un cuadro pulmonar grave y no lo sabía, y al momento de hacerle los exámenes nos dábamos cuenta de que ya era imposible entubarla; por eso hubo tantas muertes.

He visto que usted tomaba fotos de todo lo que sucedía en el hospital, mientras trabajaba...

Sí. Quise documentar todo con la fotografía, que es mi pasión. Se trata de un episodio importante, histórico y sin precedentes, que no podía pasar por alto. Fueron meses muy duros y todas esas fotografías las quiero plasmar en un documento para la historia.

¿Cómo está la situación ahora mismo en Cremona en cuanto a los datos de contagios y muertos?

No quisiera decirlo mucho, pero no me lo explico... es como si el virus llegó y se fue, son casi dos semanas que en el Hospital de Cremona no tenemos un paciente con covid-19. En algunas áreas hay casos, pero no son graves o tienen síntomas leves.

¿Qué consejos puede dar a Panamá y a Latinoamérica?

Les aconsejo que no subestimen la situación, esto es realmente serio. Lo importante es romper la cadena del contagio; si les imponen reglas de cuarentena u otras, respétenlas... absolutamente.

Panamá ha tenido que regresar a las medidas restrictivas por el aumento de los casos, ¿qué piensa al respecto?

Se necesita llegar a un pico del contagio para tomar decisiones. Mira, en este tema todo el mundo está aprendiendo. En el caso de Italia, por ejemplo, los que más se contagiaron fueron los ancianos y todavía tenemos muchas incógnitas. Lo que sí estamos viendo es que ahora el virus es menos fuerte y hemos entendido cómo tratar mejor a los pacientes antes de que lleguen al hospital.

¿Me dice que el virus en estos momentos en menos agresivo?

Ahora estamos más claros en cómo debemos tratar a los pacientes. Al principio no teníamos tiempo para estudiarlos, hacíamos lo imposible para salvar la mayor cantidad de vidas que se pudiera. Después nos dimos cuenta de que muchísimos de los pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos tenían una embolia pulmonar grave.

Tengo entendido que en Italia se ha usado mucho la heparina para evitar la embolia pulmonar...

Absolutamente, sí. Nosotros utilizamos la heparina que sirve para  prevenir la embolia pulmonar o las microembolias que empeoraban el cuadro clínico de los pacientes con covid-19 y eso ha sido muy positivo.

¿Cuál es el promedio de edad de las personas más afectadas por el virus en su país?

Tuvimos pacientes jóvenes, así como de mediana edad y de edades avanzadas; la diferencia era que los jóvenes respondían mejor a las terapias que una persona de 70 u 80 años. Otra cosa que descubrimos fue que uno de los factores de riesgo para los contagiados, es la obesidad. Muchos pacientes obesos que contrajeron la enfermedad, murieron.

Según su experiencia, ¿cómo quedan los pacientes que han estado graves con coronavirus, cuando son declarados libres de la enfermedad?

Los pacientes inician una larga rehabilitación, debido a las consecuencias que deja el virus, como problemas pulmonares, algunos con daños permanentes, seguramente no todos podrán correr ni hacer ejercicios, al menos por ahora. Sí quedan secuelas en muchos de los pacientes y hay que tratarlas. Y una secuela que va a quedar en mucha gente, y no solamente en quienes han sufrido la enfermedad, son las consecuencias psiquiátricas y psicológicas...esto ha sido realmente grave, y hay que tener cuidado con este tema.

Con la colaboración y traducción de la periodista Jeny Lee Martínez.

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