Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 18/08/2021 00:00

La conquista por parte de los talibanes de Afganistán 20 años después de que fueran expulsados del poder en una ofensiva lanzada por Estados Unidos con apoyo internacional tras los atentados del 11-S, y la salida del país del presidente, Ashraf Ghani, abre un periodo de incertidumbre en el país asiático.
Por el momento, el movimiento que fundó en los años 90 el mulá Omar aún no ha asumido el poder formalmente, mientras que en Afganistán algunos destacados dirigentes, como el expresidente Hamid Karzai o el negociador jefe con los talibanes Abdulá Abdulá, se han arrogado la tarea de gestionar un traspaso de poder pacífico.
Mientras esto ocurre, los talibanes están enviando mensajes de tranquilidad tanto a los afganos, y en especial a sus mujeres, como a la comunidad internacional, asegurando que tanto las embajadas como quienes trabajaron durante estos años para las fuerzas y organismos internacionales no tienen nada que temer. También han pedido a todos los funcionarios y trabajadores gubernamentales que vuelvan a sus puestos.
En este nuevo escenario, ¿quiénes son las personas que decidirán el futuro de Afganistán?
Hibatulá Ajundzada: Está al frente de los talibanes desde la muerte de Ajtar Mohamed Mansur en 2016, quien sucedió a su fundador el mulá Omar, en 2013 tras su muerte –aunque no se conoció hasta julio de 2015–.
Es una figura bastante enigmática y se conoce poco de su vida, más allá de que luchó contra los soviéticos y que encabezó los tribunales de la sharia impuestos por los talibanes en los años 90. Bajo su responsabilidad están los asuntos políticos, religiosos y de seguridad relativos al grupo, para lo cual tiene tres subalternos, si bien tiene la última palabra.
Abdul Ghani Baradar: Uno de los cofundadores del grupo, el mulá Baradar se ha convertido en los últimos tiempos en el rostro más visible de los talibanes al encabezar la delegación que negoció el acuerdo de paz con Estados Unidos y que estaba negociando con el Gobierno afgano.
Tras la invasión de Afganistán, huyó a Pakistán, donde fue detenido y encarcelado en 2010 para ser liberado a petición de Estados Unidos en 2018 para participar en las negociaciones de paz. Como responsable de la oficina política de los talibanes, se espera que desempeñe algún papel en el futuro del país ya que es una figura muy respetada dentro del movimiento.
Mohamed Yaqoob. Hijo del mulá Omar, es el responsable de las operaciones militares de los talibanes. Poco se sabe de él y de hecho no hay ninguna imagen suya hasta la fecha, si bien en la última semana ha publicado algunos mensajes instando a los combatientes a no atacar propiedades privadas y a comportarse adecuadamente para evitar las críticas. Es el responsable de las provincias del sur.
Sirajuddin Haqqani Actualmente es una de las figuras más controvertidas del grupo. Como uno de sus 'número dos' tiene a su cargo las provincias del este, pero su importancia estriba en que es el líder de la Red Haqqani desde la muerte de su padre, Jalaluddin Haqqani.
Este grupo ha sido responsable de buena parte de los ataques más violentos que se han venido produciendo contra las fuerzas afganas e internacionales en el país. Estados Unidos considera a este grupo como una organización terrorista y ofrece una recompensa de $10 millones por información sobre Sirajuddin Haqqani, cuyo paradero se desconoce.
Hamid Karzai. Líder de la tribu pashtún de los popalzai durrani, en Kandahar, Karzai ya sabe lo que es participar en una transición. En diciembre de 2001 fue nombrado presidente interino durante la Conferencia de Bonn tras la caída del régimen talibán, cargo que mantuvo hasta diciembre de 2004, cuando fue elegido en las primeras elecciones en el país. En 2009 obtuvo un segundo mandato.
Tras la conquista de Kabul por los talibanes, optó por permanecer en el país. Junto a Abdulá y a Gulbudin Hekmatiar ha creado el Consejo de Coordinación para “evitar el caos” y gestionar “los asuntos relacionados con la paz y el traspaso pacífico” de poder.
Abdulá Abdulá. Hasta ahora era el presidente del Alto Consejo Nacional de Reconciliación y jefe del equipo negociador con los talibanes en Doha, puesto creado para solventar la disputa tras las presidenciales de 2019 en las que volvió a imponerse Ghani. Ya en 2014 se creó igualmente para él el puesto de jefe ejecutivo –una especie de primer ministro– tras reivindicar tanto Abdulá como Ghani la victoria.
Oftalmólogo de formación, fue ministro de Exteriores con Karzai entre diciembre de 2001 y marzo de 2006. Anteriormente había ocupado este mismo puesto en la Alianza del Norte, la coalición de milicias formada para combatir a los talibanes y comandada por Ahmad Shah Masud, asesinado en vísperas del 11-S.
Gulbudin Hekmatiar. El líder y fundador de Hezb-e-Islami es otra figura histórica de Afganistán. Luchó contra los soviéticos y tras la salida de la URSS se convirtió en uno de los señores de la guerra que sembraron el caos en el país y fue durante un tiempo primer ministro de la Alianza del Norte.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha culpado este martes a los políticos afganos y a su falta de “liderazgo” de la “tragedia” que supone que los talibanes se hayan hecho con el control del país, al tiempo que ha pedido a los insurgentes que permitan la salida de todos los ciudadanos que decidan huir de Afganistán.
“Parte de las fuerzas de seguridad afganas lucharon con valentía, pero fueron incapaces de asegurar el país porque, en última instancia, el liderazgo político afgano fracasó en hacer frente a los talibanes y conseguir la solución pacífica que los afganos deseaban desesperadamente”, ha afirmado.
“Este fracaso de liderazgo afgano ha llevado a la tragedia que estamos viendo”, ha insistido el secretario general de la OTAN en una rueda de prensa.
Así, Stoltenberg ha asegurado que el “foco” de la Alianza Atlántica es ahora “garantizar una salida segura” del personal de la organización y de sus aliados, así como de la población afgana que ha trabajado o colaborado con la OTAN.
“Estamos comprometidos con la tarea de completar la evacuación lo antes posible. Los talibanes deben respetar y facilitar una salida segura de todas aquellas personas que quieran salir. El aeropuerto, las carreteras y los cruces fronterizos deben permanecer abiertos”, ha señalado el exprimer ministro noruego.
Para ello, ha explicado, es vital conseguir que el aeropuerto de Kabul siga estando “operativo” y por eso la organización mantiene a unos 800 civiles sobre el terreno a cargo de funciones “clave”, como la gestión del tráfico aéreo. Además, ha desvelado que algunos aliados han comunicado que enviarán aviones “adicionales” para acelerar la evacuación.