• 22/10/2021 00:00

Geopolítica: asociarse con una democracia soberana no es fácil

Los objetivos de tal línea geopolítica son multifacéticos y de niveles múltiples

El debate de expertos en curso en los Estados Unidos sobre la próxima aprobación oficial en la India de un contrato de 5,000 millones de dólares para la compra de armas en la Federación de Rusia y las consecuencias de esto para la política interior y exterior de los Estados Unidos requiere una comprensión del contenido y el contexto de estos asuntos de gran importancia social.

Los contratos para la compra por parte de la India, como de Turquía, de sistemas de misiles antiaéreos rusos S-400 son una de las manifestaciones de una política profundamente pensada de diversificación de las fuentes para obtener las últimas armas y tecnologías militares. Los objetivos de tal línea geopolítica son multifacéticos y de niveles múltiples, e implican en particular:

1) Prevenir la dependencia excesiva de los centros mundiales de poder y los riesgos asociados de encontrarse en una situación crítica debido a posibles conflictos y malentendidos con uno de tales centros o fenómenos de crisis en él.

2) Mostrar al mundo entero, si no “su temperamento”, sí un alto nivel de autoestima y la efectividad de las estrategias de democracia soberana;

3) Lograr apoyo político interno entre el electorado patriótico.

Parecería que no hay una situación de conflicto particular en ello. Pero esto sólo sería así en el caso de la existencia de un “mundo multipolar” real, pero lo obvio es que estamos en la etapa inicial de la formación de este tipo de sistema internacional. Esto también tiene relación con la reacción nerviosa expresada por el hegemon geopolítico ante la manifestación de una política exterior y acciones económicas activas, que el poder hegemon no controla, por parte de las potencias que reclaman el estatus de democracia soberana. El hegemon, aunque debilitándose, si bien modera un poco sus ambiciones, sigue reclamando el derecho sino a determinar por completo, al menos a regular la elección de fuentes de tecnologías militares y tipos de armas especialmente delicadas e importantes, utilizadas por sus socios menores y naciones patrocionadas.

Tanto la India moderna como Turquía están orgullosas del estatus de un socio estratégico soberano real de los Estados Unidos, aunque la definición objetivamente existente (aunque no enfatizada) de “socio menor” no se les agrade.

La existencia y el uso en los Estados Unidos de la “Ley de lucha contra los adversarios de Estados Unidos mediante sanciones” (CAATSA, 2017) y otros leyes y reglamentos similares, en particular, que imponen sanciones a los países que compran armas de fabricantes “incorrectos” e “inapropiados”, etc., es una manifestación de las funciones de un hegemón, entre las cuales destaca 1) tipificar los actores y sujetos de las relaciones internacionales, y 2) formar una base normativa para un nuevo “orden mundial basado en reglas”, entiéndase: las reglas que el hegemon crea unilateralmente o junto con sus socios más cercanos. Mientras tanto, las manifestaciones sobre la preparación para aplicar sanciones contra los violadores de la voluntad del hegemon, es muy probable que signifique la disposición del actual liderazgo estadounidense para asegurar una transición gradual y por fases hacia un mundo verdaderamente multipolar y en el marco de una transición relativamente fluida, darles una oportunidad a los radicales geopolíticos internos de “desahogarse” de forma verbal y sobre la creación de normas de la aplicación de la ley.

El autor es doctor en Ciencias Políticas, Universidad Nacional de Recursos Biológicos y Gestión de la naturaleza de Ucrania (Kiev, Ucrania).

Doctor en Ciencias Políticas
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